Un proyecto impulsado por habitantes nativos de la Sierra Nevada abre la vía para el comercio de esta zona en el exterior.
Cultivar la caña de azúcar, luego procesarla y convertirla en panela orgánica, para después bajarla desde la Sierra Nevada de Santa Marta y así enviarla por barco a Australia y Alemania, en donde el producto es llamativo como sucesor del azúcar convencional.
Esta es la primera vía de exportación para la panela orgánica pulverizada que están produciendo los indígenas arhuacos en Pueblo Bello, Cesar, que buscan crecer y sostenerse económicamente a través de las exportaciones.
El proyecto busca internacionalizar el producto bajo la marca ‘Arahuaco’ para el beneficio de 35 familias indígenas que viven en la Sierra Nevada, cuya economía depende principalmente del café, así como de las mochilas, frutas y hortalizas, productos que también están en adecuación para poderlos exportar.
“Tendrán en la caña de azúcar una alternativa de sustento económico y en la panela orgánica un producto con potencial en varios mercados en donde la demanda se concentra en proyectos que como este tienen un impacto positivo en el medio ambiente y en lo social”, indicó la presidenta de ProColombia, María Claudia Lacouture.
“Se vio la necesidad de diversificar los cultivos porque no podemos depender solamente del café. La idea también es darle a conocer al mundo más sobre nuestra cultura”, explicó Luis Guillermo Izquierdo, conocido también como el mamo Menjavi, líder espiritual de la comunidad.
El primer paso del visionario programa fue adecuar el trapiche en Pueblo Bello, porque para exportar panela pulverizada necesitaban cumplir con las normas de etiquetado, trazabilidad, inocuidad y cantidades.
Para ello, han contado con ingenieros de alimentos y agricultores, así como expertos en el montaje de trapiches y comercio exterior, con un mensaje que resume la razón de ser del proyecto: “la internacionalización es para todos aquellos que se atrevan a conseguirla”.
Posteriormente, se dictaron charlas de sensibilización sobre la adecuación del producto con expertos de cultivo de caña panelera y en el montaje de trapiches para que ahora, en la última etapa, entrara el sector privado a ayudar.
Así se estructuró ‘Doña Panela’, una de las principales empresas exportadoras de panela en Colombia, con ventas en países como Corea del Sur y Bulgaria, y ahora el socio comercial de los arahuacos que los acompañará para que empiecen a exportar directamente.
“El mercado de orgánico en Colombia está limitado a unas dos mil toneladas al año. Tenemos un déficit de más o menos unas 400 a 500 toneladas año, esto es de lo que el mundo nos podría pedir como país en panela”, sostuvo el gerente de la compañía, Freddy Ramírez.
El producto hecho en Pueblo Bello, llegará en los próximos días a Europa, puesto que ‘Doña Panela’ comenzó la compra del producto orgánico para enviarlo a Alemania y Australia. “Paralelo a esto les vamos haciendo la capacitación para que ellos puedan acceder directamente a esos mercados. Ese es el compromiso”, agregó Ramírez.
Los arhuacos son una comunidad de unos 9.394 indígenas, de esos 6.643 (el 71.24%) corresponden a asentamientos ubicados en el Cesar. Ellos tienen como objetivo que en seis meses diversas comunidades comiencen a exportar directamente, algo que ya los tiene soñando. “La panela, para nosotros, es también amor por la tierra, entonces a través de ella queremos llevar el mensaje de que no es cultivar por cultivar, es cultivar con conciencia”, concluyó el mamo Menjavi.
ProColombia identificó que debido a la percepción de que el azúcar es poco saludable, la panela surge como un endulzante natural. Hay oportunidades comerciales para la pulverizada, granulada y en cubos, como bebida instantánea natural o saborizada para consumo directo fría o caliente, tanto para el producto convencional como para panela orgánica.
“Tenemos que abrir el paragua”
Aunque parte como gran iniciativa la exportación para la comunidad asentada en Pueblo Bello, la organización arhuaca no la incluye como base para el crecimiento comercial de la misma.
El secretario general, cabildo arhuaco Hermes Torres, dijo que en la Sierra Nevada han creado varias asociaciones y marcas con diferentes reconocimientos, y algún grupo de estos abandera la iniciativa de exportar panela orgánica, pero no es de manera oficial.
“Se utiliza la imagen del pueblo Arhuaco para responderle a ciertos sectores y es lo que ha venido pasando en ciertos sectores, pasa que están beneficiando a ciertas personas, pero desde la organización del pueblo, que representan, debemos organizar realmente las proyecciones arhuacas y que haya beneficio para todo un pueblo”, declaró Torres.
La máxima autoridad de esta comunidad explicó “el tema del comercio se ha dado de manera muy tradicional, pero frente al mundo actual hay esa posibilidad de aportar los productos orgánicos; el café, la panela, así como otros, por ejemplo la mochila arhuaca que es como el Festival Vallenato, porque es un símbolo de Colombia y nuestra región”, agregó Hermes Torres que “están imitando las mochilas arhuacas y se debe denunciar ante la opinión pública”.
Pero si la organización jerárquica arhuaca no aprueba aportes como los 35 familias de Pueblo Bello, ¿por qué no articula proyectos a sus diferentes ramas?.
“Nos ha faltado, estamos frente a un nuevo escenario y creo que no hemos sido conscientes que tenemos que abrir el paragua de manera organizada y que responda a los intereses del pueblo arhuaco como tal, no a particulares o solamente un grupo determinado”, declaró Torres.
Hermes Torres explicó que el café se cultiva en la parte baja de la Sierra Nevada, así como también la caña de azúcar, mientras que en la parte alta nacen productos de primera necesidad como las hortalizas y verduras, mientras en el centro hay cultivos de pancoger y tubérculos.
El proceso de la panela
Para los arahuacos, el rito es más importante que la siembra. Por eso antes bautizan cada semilla de caña con un ritual de danza. Así le brindan una ofrenda a la madre tierra y mantienen su conexión con ella. La cosecha y el corte se hacen cuando la luna está en su fase menguante. Para abonar utilizan residuos de la tierra y ceniza de la caña.
Organizados
De los 9.394 arhuacos, 6.643 (el 71.24%) corresponden a asentamientos ubicados en el Cesar. Según las organizaciones internacionales, son el grupo que más se ha organizado para defender su territorio, es así como familias de Donachui, Sogrome, Melloca, Izma, Yosaka, Seinimin, Atikimake, Yechiquín, Simonorruá, Geinengeka y Pueblo Hundido, se unen para luchar por un propósito que no es más que salir adelante.
En la Sierra Nevada
Este territorio declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera, del Hombre y de la Humanidad en 1979, se convierte en un sitio curioso para los ‘bunachis’ (en arhuaco) o ‘suntalo’ (en wiwa) que traduce hombre blanco. Los indígenas, en su mayoría, consideran que su estadía por el lugar sagrado hace daño. Esta imponente montaña se ubica en el norte de Colombia y ocupa los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar.
En la Sierra Nevada de Santa Marta habitan cuatro comunidades indígenas que conservan diversas tradiciones ancestrales y que suman alrededor de 50.000 personas: Koguis, Arhuacos, Wiwas y Kankuamos.
Para este territorio, el Gobierno Nacional no ha podido desarrollar un modelo de inversiones a paso firme, mientras autoridades municipales, departamentales y del orden general miran como motor de desarrollo el macizo aislado de la Cordillera de los Andes (aproximadamente 16.400 km2), sus principales habitantes, los indígenas, ven este crecimiento como un atraso al futuro del mundo.
Uno de los principales problemas que enfrenta la Sierra Nevada es que desde 1977 se está presentando un fenómeno continuo de calentamiento y reducción de los glaciares en todo el mundo. En términos generales y según el Ideam, en Colombia, los picos más altos de la Sierra Nevada entre 1954 a 1995 perdieron 71.5 kilómetros cuadrados y en el año 2050, posiblemente se estimaría la desaparición total de la nieve. Provocando un déficit de agua en las regiones que se nutren de ríos que nacen en la parte alta de esta.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
[email protected]
Un proyecto impulsado por habitantes nativos de la Sierra Nevada abre la vía para el comercio de esta zona en el exterior.
Cultivar la caña de azúcar, luego procesarla y convertirla en panela orgánica, para después bajarla desde la Sierra Nevada de Santa Marta y así enviarla por barco a Australia y Alemania, en donde el producto es llamativo como sucesor del azúcar convencional.
Esta es la primera vía de exportación para la panela orgánica pulverizada que están produciendo los indígenas arhuacos en Pueblo Bello, Cesar, que buscan crecer y sostenerse económicamente a través de las exportaciones.
El proyecto busca internacionalizar el producto bajo la marca ‘Arahuaco’ para el beneficio de 35 familias indígenas que viven en la Sierra Nevada, cuya economía depende principalmente del café, así como de las mochilas, frutas y hortalizas, productos que también están en adecuación para poderlos exportar.
“Tendrán en la caña de azúcar una alternativa de sustento económico y en la panela orgánica un producto con potencial en varios mercados en donde la demanda se concentra en proyectos que como este tienen un impacto positivo en el medio ambiente y en lo social”, indicó la presidenta de ProColombia, María Claudia Lacouture.
“Se vio la necesidad de diversificar los cultivos porque no podemos depender solamente del café. La idea también es darle a conocer al mundo más sobre nuestra cultura”, explicó Luis Guillermo Izquierdo, conocido también como el mamo Menjavi, líder espiritual de la comunidad.
El primer paso del visionario programa fue adecuar el trapiche en Pueblo Bello, porque para exportar panela pulverizada necesitaban cumplir con las normas de etiquetado, trazabilidad, inocuidad y cantidades.
Para ello, han contado con ingenieros de alimentos y agricultores, así como expertos en el montaje de trapiches y comercio exterior, con un mensaje que resume la razón de ser del proyecto: “la internacionalización es para todos aquellos que se atrevan a conseguirla”.
Posteriormente, se dictaron charlas de sensibilización sobre la adecuación del producto con expertos de cultivo de caña panelera y en el montaje de trapiches para que ahora, en la última etapa, entrara el sector privado a ayudar.
Así se estructuró ‘Doña Panela’, una de las principales empresas exportadoras de panela en Colombia, con ventas en países como Corea del Sur y Bulgaria, y ahora el socio comercial de los arahuacos que los acompañará para que empiecen a exportar directamente.
“El mercado de orgánico en Colombia está limitado a unas dos mil toneladas al año. Tenemos un déficit de más o menos unas 400 a 500 toneladas año, esto es de lo que el mundo nos podría pedir como país en panela”, sostuvo el gerente de la compañía, Freddy Ramírez.
El producto hecho en Pueblo Bello, llegará en los próximos días a Europa, puesto que ‘Doña Panela’ comenzó la compra del producto orgánico para enviarlo a Alemania y Australia. “Paralelo a esto les vamos haciendo la capacitación para que ellos puedan acceder directamente a esos mercados. Ese es el compromiso”, agregó Ramírez.
Los arhuacos son una comunidad de unos 9.394 indígenas, de esos 6.643 (el 71.24%) corresponden a asentamientos ubicados en el Cesar. Ellos tienen como objetivo que en seis meses diversas comunidades comiencen a exportar directamente, algo que ya los tiene soñando. “La panela, para nosotros, es también amor por la tierra, entonces a través de ella queremos llevar el mensaje de que no es cultivar por cultivar, es cultivar con conciencia”, concluyó el mamo Menjavi.
ProColombia identificó que debido a la percepción de que el azúcar es poco saludable, la panela surge como un endulzante natural. Hay oportunidades comerciales para la pulverizada, granulada y en cubos, como bebida instantánea natural o saborizada para consumo directo fría o caliente, tanto para el producto convencional como para panela orgánica.
“Tenemos que abrir el paragua”
Aunque parte como gran iniciativa la exportación para la comunidad asentada en Pueblo Bello, la organización arhuaca no la incluye como base para el crecimiento comercial de la misma.
El secretario general, cabildo arhuaco Hermes Torres, dijo que en la Sierra Nevada han creado varias asociaciones y marcas con diferentes reconocimientos, y algún grupo de estos abandera la iniciativa de exportar panela orgánica, pero no es de manera oficial.
“Se utiliza la imagen del pueblo Arhuaco para responderle a ciertos sectores y es lo que ha venido pasando en ciertos sectores, pasa que están beneficiando a ciertas personas, pero desde la organización del pueblo, que representan, debemos organizar realmente las proyecciones arhuacas y que haya beneficio para todo un pueblo”, declaró Torres.
La máxima autoridad de esta comunidad explicó “el tema del comercio se ha dado de manera muy tradicional, pero frente al mundo actual hay esa posibilidad de aportar los productos orgánicos; el café, la panela, así como otros, por ejemplo la mochila arhuaca que es como el Festival Vallenato, porque es un símbolo de Colombia y nuestra región”, agregó Hermes Torres que “están imitando las mochilas arhuacas y se debe denunciar ante la opinión pública”.
Pero si la organización jerárquica arhuaca no aprueba aportes como los 35 familias de Pueblo Bello, ¿por qué no articula proyectos a sus diferentes ramas?.
“Nos ha faltado, estamos frente a un nuevo escenario y creo que no hemos sido conscientes que tenemos que abrir el paragua de manera organizada y que responda a los intereses del pueblo arhuaco como tal, no a particulares o solamente un grupo determinado”, declaró Torres.
Hermes Torres explicó que el café se cultiva en la parte baja de la Sierra Nevada, así como también la caña de azúcar, mientras que en la parte alta nacen productos de primera necesidad como las hortalizas y verduras, mientras en el centro hay cultivos de pancoger y tubérculos.
El proceso de la panela
Para los arahuacos, el rito es más importante que la siembra. Por eso antes bautizan cada semilla de caña con un ritual de danza. Así le brindan una ofrenda a la madre tierra y mantienen su conexión con ella. La cosecha y el corte se hacen cuando la luna está en su fase menguante. Para abonar utilizan residuos de la tierra y ceniza de la caña.
Organizados
De los 9.394 arhuacos, 6.643 (el 71.24%) corresponden a asentamientos ubicados en el Cesar. Según las organizaciones internacionales, son el grupo que más se ha organizado para defender su territorio, es así como familias de Donachui, Sogrome, Melloca, Izma, Yosaka, Seinimin, Atikimake, Yechiquín, Simonorruá, Geinengeka y Pueblo Hundido, se unen para luchar por un propósito que no es más que salir adelante.
En la Sierra Nevada
Este territorio declarado por la Unesco como Reserva de la Biosfera, del Hombre y de la Humanidad en 1979, se convierte en un sitio curioso para los ‘bunachis’ (en arhuaco) o ‘suntalo’ (en wiwa) que traduce hombre blanco. Los indígenas, en su mayoría, consideran que su estadía por el lugar sagrado hace daño. Esta imponente montaña se ubica en el norte de Colombia y ocupa los departamentos de Magdalena, La Guajira y Cesar.
En la Sierra Nevada de Santa Marta habitan cuatro comunidades indígenas que conservan diversas tradiciones ancestrales y que suman alrededor de 50.000 personas: Koguis, Arhuacos, Wiwas y Kankuamos.
Para este territorio, el Gobierno Nacional no ha podido desarrollar un modelo de inversiones a paso firme, mientras autoridades municipales, departamentales y del orden general miran como motor de desarrollo el macizo aislado de la Cordillera de los Andes (aproximadamente 16.400 km2), sus principales habitantes, los indígenas, ven este crecimiento como un atraso al futuro del mundo.
Uno de los principales problemas que enfrenta la Sierra Nevada es que desde 1977 se está presentando un fenómeno continuo de calentamiento y reducción de los glaciares en todo el mundo. En términos generales y según el Ideam, en Colombia, los picos más altos de la Sierra Nevada entre 1954 a 1995 perdieron 71.5 kilómetros cuadrados y en el año 2050, posiblemente se estimaría la desaparición total de la nieve. Provocando un déficit de agua en las regiones que se nutren de ríos que nacen en la parte alta de esta.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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