Por: Gustavo Cotes Medina La economía de nuestro país entró en forma definitiva en el tema de la internalización y el proceso ya no tiene marcha atrás. Hoy, la Región Caribe tiene oportunidades casi ilimitadas en los mercados de la minería, en la venta de los productos sin valor agregado y también en los bienes […]
Por: Gustavo Cotes Medina
La economía de nuestro país entró en forma definitiva en el tema de la internalización y el proceso ya no tiene marcha atrás. Hoy, la Región Caribe tiene oportunidades casi ilimitadas en los mercados de la minería, en la venta de los productos sin valor agregado y también en los bienes elaborados. La Región recibirá importantes movimientos de capital industrial, inversiones públicas y privadas en infraestructura, transformación educativa y la generación de 200.000 empleos con solo la implementación del TLC con los Estados Unidos.
Las oportunidades se ampliarán en el 2012 con el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea y de esta manera el horizonte de una Colombia globalizada se estará pintando de verde esperanza. Quedan pendientes los tratados con los países de África. El comercio exterior será la palanca de nuestro desarrollo con un mar de oportunidades, pero también con algunos lagos de amenazas. Por lo tanto, ¡tenemos que ponernos las pilas!, como dijo el presidente Santos en el cuarto Foro Caribe realizado en Barranquilla.
Está clara la necesidad que tenemos de innovar nuestras prácticas comerciales, no podemos equivocarnos en la identificación de los mercados, en los diseños elaborados, empaques y, sobre todo, en el cumplimiento de las entregas. Según los pronósticos anunciados, Colombia pasaría del puesto 25 al quinto en el escalafón de los países que comercian con los Estados Unidos. Por lo tanto, es indispensable tener iniciativa de cambios radicales y desarrollar inteligencia de mercado para saber qué comprarles y qué venderles.
Nos llegó la hora de pensar en grande y de construir un mejor futuro económico y social para la Región Caribe, sobre la base de una internacionalización seria, diversificada y bien entendida. Existen muchas cosas por hacer, pero hay otras que ya se están haciendo. La meta es triplicar las exportaciones no mineras en los próximos diez años, para darles impulso a los sectores débiles de la economía como manufacturas, bienes y servicios.
El TLC con los Estados Unidos significa más empleo y menos pobreza e impulsará un crecimiento de un 1% en el Producto Interno Bruto.
La calidad en la educación, el conocimiento del inglés y la infraestructura, no se deben considerar como un límite para el TLC, sino una oportunidad para mejorar. Estados Unidos representa nichos de mercados con más de 300 millones de consumidores que tienen un ingreso per cápita de 45.000 dólares anuales y una población latina de 45 millones de personas.
De acuerdo con el perfil del comercio estadounidense, las oportunidades de negocios están representadas en el consumo de alimentos orgánicos 100% natural, autopartes, productos gourmet, textiles y confecciones, aparatos eléctricos, servicios, muebles, confitería y galletería, gelatina, langostinos, camarones, langostas, cosméticos y materiales de construcción. Las ventajas que se obtienen en materia de desgravación arancelaria representan la oportunidad de un acceso más competitivo al mercado de Estados Unidos, por la vía de precios. Pilas, “No podemos quedarnos sentados a ver lo que pasa.”
AGREGADO: Desde esta columna registramos complacidos el esfuerzo que realiza Agricaribe con el envío a España de 400 toneladas de melón llegando a niveles de buenas prácticas agrícolas con toda la tecnología posible. El clima ideal en algunas zonas del Cesar y en las regiones de Barrancas y Fonseca, ofrece las condiciones para la siembra del melón “piel de sapo”. El gerente, Jorge Eliécer Quintero, está mostrando, con resultados, que la fruticultura es uno de los caminos para generar empleo con el libre comercio. ¡Hay que atreverse!.
Policías y Militares: ¡Bienvenidos a la libertad y a la vida! Hoy, soplan vientos de paz, pero a la colombiana. Falta la liberación de 405 secuestrados civiles para empezar a soñar que es posible acabar con la locura de la guerra.
[email protected]
Por: Gustavo Cotes Medina La economía de nuestro país entró en forma definitiva en el tema de la internalización y el proceso ya no tiene marcha atrás. Hoy, la Región Caribe tiene oportunidades casi ilimitadas en los mercados de la minería, en la venta de los productos sin valor agregado y también en los bienes […]
Por: Gustavo Cotes Medina
La economía de nuestro país entró en forma definitiva en el tema de la internalización y el proceso ya no tiene marcha atrás. Hoy, la Región Caribe tiene oportunidades casi ilimitadas en los mercados de la minería, en la venta de los productos sin valor agregado y también en los bienes elaborados. La Región recibirá importantes movimientos de capital industrial, inversiones públicas y privadas en infraestructura, transformación educativa y la generación de 200.000 empleos con solo la implementación del TLC con los Estados Unidos.
Las oportunidades se ampliarán en el 2012 con el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea y de esta manera el horizonte de una Colombia globalizada se estará pintando de verde esperanza. Quedan pendientes los tratados con los países de África. El comercio exterior será la palanca de nuestro desarrollo con un mar de oportunidades, pero también con algunos lagos de amenazas. Por lo tanto, ¡tenemos que ponernos las pilas!, como dijo el presidente Santos en el cuarto Foro Caribe realizado en Barranquilla.
Está clara la necesidad que tenemos de innovar nuestras prácticas comerciales, no podemos equivocarnos en la identificación de los mercados, en los diseños elaborados, empaques y, sobre todo, en el cumplimiento de las entregas. Según los pronósticos anunciados, Colombia pasaría del puesto 25 al quinto en el escalafón de los países que comercian con los Estados Unidos. Por lo tanto, es indispensable tener iniciativa de cambios radicales y desarrollar inteligencia de mercado para saber qué comprarles y qué venderles.
Nos llegó la hora de pensar en grande y de construir un mejor futuro económico y social para la Región Caribe, sobre la base de una internacionalización seria, diversificada y bien entendida. Existen muchas cosas por hacer, pero hay otras que ya se están haciendo. La meta es triplicar las exportaciones no mineras en los próximos diez años, para darles impulso a los sectores débiles de la economía como manufacturas, bienes y servicios.
El TLC con los Estados Unidos significa más empleo y menos pobreza e impulsará un crecimiento de un 1% en el Producto Interno Bruto.
La calidad en la educación, el conocimiento del inglés y la infraestructura, no se deben considerar como un límite para el TLC, sino una oportunidad para mejorar. Estados Unidos representa nichos de mercados con más de 300 millones de consumidores que tienen un ingreso per cápita de 45.000 dólares anuales y una población latina de 45 millones de personas.
De acuerdo con el perfil del comercio estadounidense, las oportunidades de negocios están representadas en el consumo de alimentos orgánicos 100% natural, autopartes, productos gourmet, textiles y confecciones, aparatos eléctricos, servicios, muebles, confitería y galletería, gelatina, langostinos, camarones, langostas, cosméticos y materiales de construcción. Las ventajas que se obtienen en materia de desgravación arancelaria representan la oportunidad de un acceso más competitivo al mercado de Estados Unidos, por la vía de precios. Pilas, “No podemos quedarnos sentados a ver lo que pasa.”
AGREGADO: Desde esta columna registramos complacidos el esfuerzo que realiza Agricaribe con el envío a España de 400 toneladas de melón llegando a niveles de buenas prácticas agrícolas con toda la tecnología posible. El clima ideal en algunas zonas del Cesar y en las regiones de Barrancas y Fonseca, ofrece las condiciones para la siembra del melón “piel de sapo”. El gerente, Jorge Eliécer Quintero, está mostrando, con resultados, que la fruticultura es uno de los caminos para generar empleo con el libre comercio. ¡Hay que atreverse!.
Policías y Militares: ¡Bienvenidos a la libertad y a la vida! Hoy, soplan vientos de paz, pero a la colombiana. Falta la liberación de 405 secuestrados civiles para empezar a soñar que es posible acabar con la locura de la guerra.
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