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Columnista - 23 agosto, 2010

Apoyo a la promoción y a la divulgación

EL TINAJERO Por José Atuesta Mindiola La literatura, esa fiesta de la imaginación decorada por la sensibilidad del lenguaje, en el departamento del Cesar viene contando con el apoyo a través de programas de promoción y divulgación, que lideran la Coordinación Departamental de Cultura y la Corporación Biblioteca “Rafael Carrillo Lúquez”. De manera periódica se […]

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EL TINAJERO

Por José Atuesta Mindiola

La literatura, esa fiesta de la imaginación decorada por la sensibilidad del lenguaje, en el departamento del Cesar viene contando con el apoyo a través de programas de promoción y divulgación, que lideran la Coordinación Departamental de Cultura y la Corporación Biblioteca “Rafael Carrillo Lúquez”.

De manera periódica se realizan talleres de narración de cuentos y de poesía, conferencias, conversatorios y exposiciones.  La Corporación Biblioteca institucionalizó un concurso de cuento corto, hace cinco años. Y la Coordinación de Cultura ha venido realizando el concurso de poesía, desde el año anterior, incluyó  la modalidad de novela.

Las presentaciones de libros es otra forma de divulgación que brindan estos dos entes culturales. En días pasados se presentaron tres libros: Antología Premio departamental de poesía, con los poemas de Pedro Olivella Solano, ganador del concurso de 2009,  y  de siete autores finalistas, y la novela  ganadora “En el noroeste de las cosas” de Alberto Peñaranda Zequeda. Y el tercer libro,  “Metáforas de los árboles”, de mi autoría.  Un hecho destacable es que cada asistente tuvo la oportunidad de elegir uno de los tres libros y de esa manera se obsequiaron más de 200 libros. Los estudiantes,  gente del arte, amantes de la literatura   y los pocos profesores de literatura, que asistieron felicitaron  a la directora de la Corporación por el gesto de motivación lectora de regalar los libros. Una modalidad que se debe institucionalizar  en las presentaciones de libros que tengan apoyo oficial en su edición.

De los eventos presentación de libros, de conferencias y recitales, encuentro  de poetas, lo que es reiterado es la poca presencia de los profesores de literatura de las instituciones oficiales.  Son contado los docentes que asisten: del Loperena la infatigable, Librada nieto de Torres y del Instpecam el veterano, César López Serrano.

Esta observación de la poca asistencia de los profesores de literatura a  los actos literarios no es reclamo, pero si una amable sugerencia,  porque en la ciudad se han realizado magníficos eventos, como El Festival Internacional de Poesía con presencia de escritores reconocidos en el ámbito universal de las letras, y  también fue evidente la escasa presencia de docentes.

Una anécdota pedagógica, como epilogo de esta columna.

A propósito del libro, “Metáforas de los árboles”, en un salón de clase con alumnos del Instpecam los invité de manera voluntaria a  participar de un concurso de versos rimados y el premio era un ejemplar. Entre los versos, uno de los ganadores:

Mientras  haya  más poesía

habrá menos policía.

Cuando los compañeros de curso escucharon el verso hubo un murmullo con sabor a guachafita, pero el joven autor con serenidad y seguridad, explicó que: “La poesía hace a las personas reflexivas,  defensoras de los principios morales de la sociedad y despierta la sensibilidad y el respeto por todas las formas de vida.  La poesía hace a las personas pacificas, y ningún hombre pacífico necesita de la vigilancia de un policía para cumplir las leyes”.

Ese joven autor, Jose Nelson Guerra Henríquez, parece un lector del escritor Agustín Fernández, “la poesía es una metafísica de los sentimientos.  Allí donde halla valores afectivos y sensoriales, emancipados  de las causas que le dieron origen y plenamente libres para jugar consigo mismo, allí habrá poesía”.

DECIMA DE LA SEMANA

Un trago amargo me bebo,

hay  alarma en el Cesar

y en todo Valledupar

el dengue ataca de nuevo.

En el agua están los huevos

del mosquito trasmisor

que inyecta con su aguijón

este mal que es un alud;

le pedimos a salud

campañas de protección.

Columnista
23 agosto, 2010

Apoyo a la promoción y a la divulgación

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

EL TINAJERO Por José Atuesta Mindiola La literatura, esa fiesta de la imaginación decorada por la sensibilidad del lenguaje, en el departamento del Cesar viene contando con el apoyo a través de programas de promoción y divulgación, que lideran la Coordinación Departamental de Cultura y la Corporación Biblioteca “Rafael Carrillo Lúquez”. De manera periódica se […]


EL TINAJERO

Por José Atuesta Mindiola

La literatura, esa fiesta de la imaginación decorada por la sensibilidad del lenguaje, en el departamento del Cesar viene contando con el apoyo a través de programas de promoción y divulgación, que lideran la Coordinación Departamental de Cultura y la Corporación Biblioteca “Rafael Carrillo Lúquez”.

De manera periódica se realizan talleres de narración de cuentos y de poesía, conferencias, conversatorios y exposiciones.  La Corporación Biblioteca institucionalizó un concurso de cuento corto, hace cinco años. Y la Coordinación de Cultura ha venido realizando el concurso de poesía, desde el año anterior, incluyó  la modalidad de novela.

Las presentaciones de libros es otra forma de divulgación que brindan estos dos entes culturales. En días pasados se presentaron tres libros: Antología Premio departamental de poesía, con los poemas de Pedro Olivella Solano, ganador del concurso de 2009,  y  de siete autores finalistas, y la novela  ganadora “En el noroeste de las cosas” de Alberto Peñaranda Zequeda. Y el tercer libro,  “Metáforas de los árboles”, de mi autoría.  Un hecho destacable es que cada asistente tuvo la oportunidad de elegir uno de los tres libros y de esa manera se obsequiaron más de 200 libros. Los estudiantes,  gente del arte, amantes de la literatura   y los pocos profesores de literatura, que asistieron felicitaron  a la directora de la Corporación por el gesto de motivación lectora de regalar los libros. Una modalidad que se debe institucionalizar  en las presentaciones de libros que tengan apoyo oficial en su edición.

De los eventos presentación de libros, de conferencias y recitales, encuentro  de poetas, lo que es reiterado es la poca presencia de los profesores de literatura de las instituciones oficiales.  Son contado los docentes que asisten: del Loperena la infatigable, Librada nieto de Torres y del Instpecam el veterano, César López Serrano.

Esta observación de la poca asistencia de los profesores de literatura a  los actos literarios no es reclamo, pero si una amable sugerencia,  porque en la ciudad se han realizado magníficos eventos, como El Festival Internacional de Poesía con presencia de escritores reconocidos en el ámbito universal de las letras, y  también fue evidente la escasa presencia de docentes.

Una anécdota pedagógica, como epilogo de esta columna.

A propósito del libro, “Metáforas de los árboles”, en un salón de clase con alumnos del Instpecam los invité de manera voluntaria a  participar de un concurso de versos rimados y el premio era un ejemplar. Entre los versos, uno de los ganadores:

Mientras  haya  más poesía

habrá menos policía.

Cuando los compañeros de curso escucharon el verso hubo un murmullo con sabor a guachafita, pero el joven autor con serenidad y seguridad, explicó que: “La poesía hace a las personas reflexivas,  defensoras de los principios morales de la sociedad y despierta la sensibilidad y el respeto por todas las formas de vida.  La poesía hace a las personas pacificas, y ningún hombre pacífico necesita de la vigilancia de un policía para cumplir las leyes”.

Ese joven autor, Jose Nelson Guerra Henríquez, parece un lector del escritor Agustín Fernández, “la poesía es una metafísica de los sentimientos.  Allí donde halla valores afectivos y sensoriales, emancipados  de las causas que le dieron origen y plenamente libres para jugar consigo mismo, allí habrá poesía”.

DECIMA DE LA SEMANA

Un trago amargo me bebo,

hay  alarma en el Cesar

y en todo Valledupar

el dengue ataca de nuevo.

En el agua están los huevos

del mosquito trasmisor

que inyecta con su aguijón

este mal que es un alud;

le pedimos a salud

campañas de protección.