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Columnista - 8 febrero, 2024

Apagón de paciencia 

En el Valle del Cacique Upar, donde el sol arde con fuerza, un problema oscuro amenaza la tranquilidad de sus habitantes. No solo es la criminalidad que acecha las calles, sino también la sombra del incremento desmedido en el servicio de la luz. En palabras del maestro Julio Oñate, “Afinia nos va a matar, Afinia […]

En el Valle del Cacique Upar, donde el sol arde con fuerza, un problema oscuro amenaza la tranquilidad de sus habitantes. No solo es la criminalidad que acecha las calles, sino también la sombra del incremento desmedido en el servicio de la luz. En palabras del maestro Julio Oñate, “Afinia nos va a matar, Afinia nos tiene locos”.

Decenas de usuarios de Afinia, la empresa de energía eléctrica que opera en parte del Caribe colombiano expresó su descontento tomando las instalaciones administrativas en Valledupar. ¿El motivo? Cobros excesivos e injustificados en sus facturas. Los habitantes del Caribe colombiano se sienten asfixiados por las altas tarifas de energía, y la necesidad de soluciones se hace imperante. La sede de la entidad se llenó de protestas y gritos de indignación, reflejando la frustración acumulada de aquellos que ven cómo sus bolsillos son golpeados por facturas que parecen no tener fin.

El plantón a las instalaciones de Afinia se convierte en un grito colectivo de la comunidad, una expresión de hartazgo ante la situación. Sin embargo, tras la manifestación, surge las inevitables preguntas: ¿qué viene después? ¿Todos a casa, resignados a soportar impotentes los abusivos cobros? Son preguntas que resuenan en las mentes de aquellos que levantaron la voz, exigiendo respuestas y soluciones concretas.

La problemática no es solo un tema de números en las facturas; es un asunto que afecta la calidad de vida de todos los sectores de Valledupar. ¿Hasta cuándo Afinia seguirá golpeando el bolsillo de la ciudad? Este interrogante no solo se queda en el aire, sino que se instala en la conciencia colectiva, alimentando la necesidad de una acción decidida y pronta.

La situación en Valledupar revela la percepción de que la gestión de Afinia en el suministro de servicios ha empeorado la problemática existente desde la época de Electricaribe en donde la solución fue peor. La comunidad vallenata clama por una intervención efectiva del gobierno nacional y la acción decidida de representantes locales quienes prometieron una pronta y efectiva acción.  Se requiere una solución equitativa para aliviar las tarifas y afrontar los desafíos. Afinia debe escuchar este llamado, comprender la realidad de los usuarios y trabajar en conjunto con la comunidad para encontrar respuestas concretas. La paciencia se agota, y Valledupar espera medidas que iluminen un camino de alivio para sus habitantes en medio del calor caribeño.

Por: Alfredo Jones Sánchez

Columnista
8 febrero, 2024

Apagón de paciencia 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alfredo Jones Sánchez

En el Valle del Cacique Upar, donde el sol arde con fuerza, un problema oscuro amenaza la tranquilidad de sus habitantes. No solo es la criminalidad que acecha las calles, sino también la sombra del incremento desmedido en el servicio de la luz. En palabras del maestro Julio Oñate, “Afinia nos va a matar, Afinia […]


En el Valle del Cacique Upar, donde el sol arde con fuerza, un problema oscuro amenaza la tranquilidad de sus habitantes. No solo es la criminalidad que acecha las calles, sino también la sombra del incremento desmedido en el servicio de la luz. En palabras del maestro Julio Oñate, “Afinia nos va a matar, Afinia nos tiene locos”.

Decenas de usuarios de Afinia, la empresa de energía eléctrica que opera en parte del Caribe colombiano expresó su descontento tomando las instalaciones administrativas en Valledupar. ¿El motivo? Cobros excesivos e injustificados en sus facturas. Los habitantes del Caribe colombiano se sienten asfixiados por las altas tarifas de energía, y la necesidad de soluciones se hace imperante. La sede de la entidad se llenó de protestas y gritos de indignación, reflejando la frustración acumulada de aquellos que ven cómo sus bolsillos son golpeados por facturas que parecen no tener fin.

El plantón a las instalaciones de Afinia se convierte en un grito colectivo de la comunidad, una expresión de hartazgo ante la situación. Sin embargo, tras la manifestación, surge las inevitables preguntas: ¿qué viene después? ¿Todos a casa, resignados a soportar impotentes los abusivos cobros? Son preguntas que resuenan en las mentes de aquellos que levantaron la voz, exigiendo respuestas y soluciones concretas.

La problemática no es solo un tema de números en las facturas; es un asunto que afecta la calidad de vida de todos los sectores de Valledupar. ¿Hasta cuándo Afinia seguirá golpeando el bolsillo de la ciudad? Este interrogante no solo se queda en el aire, sino que se instala en la conciencia colectiva, alimentando la necesidad de una acción decidida y pronta.

La situación en Valledupar revela la percepción de que la gestión de Afinia en el suministro de servicios ha empeorado la problemática existente desde la época de Electricaribe en donde la solución fue peor. La comunidad vallenata clama por una intervención efectiva del gobierno nacional y la acción decidida de representantes locales quienes prometieron una pronta y efectiva acción.  Se requiere una solución equitativa para aliviar las tarifas y afrontar los desafíos. Afinia debe escuchar este llamado, comprender la realidad de los usuarios y trabajar en conjunto con la comunidad para encontrar respuestas concretas. La paciencia se agota, y Valledupar espera medidas que iluminen un camino de alivio para sus habitantes en medio del calor caribeño.

Por: Alfredo Jones Sánchez