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Columnista - 31 diciembre, 2015

Año nuevo frustraciones que se van ilusiones que vienen

“Las campanas de la iglesia están sonando anunciando que el año viejo se va” Corresponde el aparte que hemos transcrito a la canción titulada “Cinco pa’ las doce” de la autoría de Oswaldo Oropeza cuya mejor interpretación conocida ha sido la de Aníbal Velázquez y es a su vez de acuerdo a lo que él […]

Boton Wpp

“Las campanas de la iglesia están sonando anunciando que el año viejo se va”

Corresponde el aparte que hemos transcrito a la canción titulada “Cinco pa’ las doce” de la autoría de Oswaldo Oropeza cuya mejor interpretación conocida ha sido la de Aníbal Velázquez y es a su vez de acuerdo a lo que él mismo ha manifestado la que más satisfacciones le ha producido, en la que su autor se excusa porque debe retirarse de la fiesta porque el año viejo se va y debe desplazarse hasta su casa para abrazar a su mamá.

Como los días de diciembre son los más fugaces como sabiamente lo afirma Emiro Zuleta en la canción titulada “Diciembre alegre”, si nada extraordinario sucede muy pronto termina el mes más alegre de todo el calendario con él se van muchas frustraciones y de él quedan para algunos múltiples realizaciones y nos proponemos a recibir un nuevo año que sin duda viene colmado de expectativas planes y buenos propósitos que si Dios quiere habrán de alcanzarse para que sean realidad.

El que concluye ha sido particularmente agitado y desde el punto de vista institucional inestable y propicio para la gente pendenciera, por corresponder constitucionalmente el presente a un año prominentemente electoral por el proceso eleccionario que acaba de pasar fueron doce meses de intranquilidad, de confrontaciones, de distanciamientos y de insospechables cercanías circunstancias que no permitieron que la gente disfrutara con la tranquilidad que se necesita en esta vida tan corta de las cosas espirituales y materiales que Dios nos ha prodigado.

Hay que pedir a la Divina Providencia que haga lo que corresponda para que el próximo año sea de paz y desarme de los espíritus, de bienaventuranzas para La Guajira y Colombia y que prevalezca el derecho a la vida digna sobre la fuerza bruta y el instinto criminal, que la verdad sea moda y los hombres y mujeres honren su palabra con el cumplimiento coherente y oportuno de sus compromisos con sus semejantes de tal manera que lo que se diga siempre corresponda a lo que se esté pensando, si eso es así será el punto de partida de una vida mejor, tranquila y de pacífica convivencia.

Lo que viene no es precisamente un camino de rosas pero si cada quien se dedica a lo que le toca y nadie está pendiente de dañar al otro el cumplimiento de las metas para hacer realidad nuestros sueños estará cada vez más cerca, para llegar allá se necesita culminar esta temporada llenos de gozo y pletóricos de alegría que son los ejes del espíritu de la Navidad, pues no puede esperar el bien quien termine este mes haciendo apología del canibalismo, lleno de frustraciones y de malos pensamientos, nadie puede esperar lo malo que no se merece porque recogemos siempre de lo que sembramos y esta vez no será la excepción.

Hay que orar para pedir al Altísimo que los gobernantes recientes elegidos no se embriaguen de poder ni traicionen a sus amigos de siempre, que no cambien los afectos por dinero, que no se dejen llevar de quienes los inducen por la impiedad y otros malos caminos, que no olviden que es más fácil transitar por los artículos de la Constitución Política que por los títulos del Código Penal para que sus actos sean siempre honestos, y cuando firmen para tomar decisiones institucionales lo hagan pensando en su familia y en Dios.
Que Dios nos bendiga a todos.

 

Columnista
31 diciembre, 2015

Año nuevo frustraciones que se van ilusiones que vienen

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Eduardo Acosta Medina

“Las campanas de la iglesia están sonando anunciando que el año viejo se va” Corresponde el aparte que hemos transcrito a la canción titulada “Cinco pa’ las doce” de la autoría de Oswaldo Oropeza cuya mejor interpretación conocida ha sido la de Aníbal Velázquez y es a su vez de acuerdo a lo que él […]


“Las campanas de la iglesia están sonando anunciando que el año viejo se va”

Corresponde el aparte que hemos transcrito a la canción titulada “Cinco pa’ las doce” de la autoría de Oswaldo Oropeza cuya mejor interpretación conocida ha sido la de Aníbal Velázquez y es a su vez de acuerdo a lo que él mismo ha manifestado la que más satisfacciones le ha producido, en la que su autor se excusa porque debe retirarse de la fiesta porque el año viejo se va y debe desplazarse hasta su casa para abrazar a su mamá.

Como los días de diciembre son los más fugaces como sabiamente lo afirma Emiro Zuleta en la canción titulada “Diciembre alegre”, si nada extraordinario sucede muy pronto termina el mes más alegre de todo el calendario con él se van muchas frustraciones y de él quedan para algunos múltiples realizaciones y nos proponemos a recibir un nuevo año que sin duda viene colmado de expectativas planes y buenos propósitos que si Dios quiere habrán de alcanzarse para que sean realidad.

El que concluye ha sido particularmente agitado y desde el punto de vista institucional inestable y propicio para la gente pendenciera, por corresponder constitucionalmente el presente a un año prominentemente electoral por el proceso eleccionario que acaba de pasar fueron doce meses de intranquilidad, de confrontaciones, de distanciamientos y de insospechables cercanías circunstancias que no permitieron que la gente disfrutara con la tranquilidad que se necesita en esta vida tan corta de las cosas espirituales y materiales que Dios nos ha prodigado.

Hay que pedir a la Divina Providencia que haga lo que corresponda para que el próximo año sea de paz y desarme de los espíritus, de bienaventuranzas para La Guajira y Colombia y que prevalezca el derecho a la vida digna sobre la fuerza bruta y el instinto criminal, que la verdad sea moda y los hombres y mujeres honren su palabra con el cumplimiento coherente y oportuno de sus compromisos con sus semejantes de tal manera que lo que se diga siempre corresponda a lo que se esté pensando, si eso es así será el punto de partida de una vida mejor, tranquila y de pacífica convivencia.

Lo que viene no es precisamente un camino de rosas pero si cada quien se dedica a lo que le toca y nadie está pendiente de dañar al otro el cumplimiento de las metas para hacer realidad nuestros sueños estará cada vez más cerca, para llegar allá se necesita culminar esta temporada llenos de gozo y pletóricos de alegría que son los ejes del espíritu de la Navidad, pues no puede esperar el bien quien termine este mes haciendo apología del canibalismo, lleno de frustraciones y de malos pensamientos, nadie puede esperar lo malo que no se merece porque recogemos siempre de lo que sembramos y esta vez no será la excepción.

Hay que orar para pedir al Altísimo que los gobernantes recientes elegidos no se embriaguen de poder ni traicionen a sus amigos de siempre, que no cambien los afectos por dinero, que no se dejen llevar de quienes los inducen por la impiedad y otros malos caminos, que no olviden que es más fácil transitar por los artículos de la Constitución Política que por los títulos del Código Penal para que sus actos sean siempre honestos, y cuando firmen para tomar decisiones institucionales lo hagan pensando en su familia y en Dios.
Que Dios nos bendiga a todos.