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Columnista - 15 enero, 2017

Un año del raponazo

El 29 de diciembre de 2015, con el espurio Decreto 2537, el Gobierno le quitó a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG), para luego propiciar irresponsablemente su liquidación en complicidad con la Supersociedades. ¿Qué hay a un año del raponazo? Irregularidades. Primera: quitarle a Fedegán la administración del FNG, que no se […]

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El 29 de diciembre de 2015, con el espurio Decreto 2537, el Gobierno le quitó a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG), para luego propiciar irresponsablemente su liquidación en complicidad con la Supersociedades.

¿Qué hay a un año del raponazo? Irregularidades. Primera: quitarle a Fedegán la administración del FNG, que no se podía legalmente mientras esté vigente la Ley 89 de 1993, salvo que se probaran malos manejos, que nunca se probaron porque no existieron y las investigaciones fueron archivadas por la Contraloría. Segunda: liquidar un Fondo que no se podía liquidar mientras esté vigente la misma Ley 89, que creó la Cuota de Fomento y al FNG para recaudarla y administrarla. Tercera: muy colombiana; pretender que los cambios de nombre cambian realidades. Mientras tengan vigencia legal la Cuota de Fomento y el objetivo de recaudarla y administrarla, tendrá vigencia el Fondo creado por la Ley. La “Cuenta Nacional de Carne y Leche” es un invento sin soporte legal.

Un año después hay improvisación y más ilegalidades. Cerca de veinte mil niños y ancianos no reciben su ración diaria de carne y leche, con lo cualse viola la Ley 89, que obliga a destinar el 10 % de los recursos a fomentar el consumo entre los más pobres.

Los programas del Fondo de Estabilización de Precios (FEP), como la Compensación a Exportaciones y el Observatorio de Mercados, están en riesgo porque los administradores de la nueva cuenta, por instrucciones del Ministerio, y solo porque dicho Fondo es administrado por Fedegán, se niegan a transferir el 17 % del recaudo a que obliga la Ley 395 de 1997. ¿Acaso el Ministerio y Fiduagraria están por encima de la Ley?

Desaparecieron 30 Centros de Servicios Tecnológicos, y con ellos los programas de capacitación y asistencia, como brigadas tecnológicas, escuelas de mayordomía, giras técnicas, cursos de capacitación, Núcleos de extensión a pequeños ganaderos y círculos de excelencia, entre otros.

Se abandonaron sistemas estadísticos de gran valor; se abandonó el cobro de cartera a recaudadores morosos, los procedimientos de control presupuestal del Ministerio y las obligaciones de la Ley de Transparencia. ¿Quién los ronda entonces?

El gobierno alardea con el programa de vacunación, su único resultado, gracias a procedimientos de operación y registro que tenían certificación de calidad ISO, también perdida, lo que me hace dudar de los resultados divulgados.

Alardea con la disminución en costo de nómina, que frente a la nula prestación de servicios es más alto que el de la administrada por Fedegán, tan rabiosamente atacada por el ministro. En las empresas de servicios el principal rubro de inversión, que no gasto, es la gente. Y claro, si no se prestan servicios no se necesita gente.

¿En qué gastan la plata? Y la Contraloría, tan acuciosa con Fedegán, ¿Dónde está?

Columnista
15 enero, 2017

Un año del raponazo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Félix Lafaurie Rivera

El 29 de diciembre de 2015, con el espurio Decreto 2537, el Gobierno le quitó a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG), para luego propiciar irresponsablemente su liquidación en complicidad con la Supersociedades. ¿Qué hay a un año del raponazo? Irregularidades. Primera: quitarle a Fedegán la administración del FNG, que no se […]


El 29 de diciembre de 2015, con el espurio Decreto 2537, el Gobierno le quitó a Fedegán la administración del Fondo Nacional del Ganado (FNG), para luego propiciar irresponsablemente su liquidación en complicidad con la Supersociedades.

¿Qué hay a un año del raponazo? Irregularidades. Primera: quitarle a Fedegán la administración del FNG, que no se podía legalmente mientras esté vigente la Ley 89 de 1993, salvo que se probaran malos manejos, que nunca se probaron porque no existieron y las investigaciones fueron archivadas por la Contraloría. Segunda: liquidar un Fondo que no se podía liquidar mientras esté vigente la misma Ley 89, que creó la Cuota de Fomento y al FNG para recaudarla y administrarla. Tercera: muy colombiana; pretender que los cambios de nombre cambian realidades. Mientras tengan vigencia legal la Cuota de Fomento y el objetivo de recaudarla y administrarla, tendrá vigencia el Fondo creado por la Ley. La “Cuenta Nacional de Carne y Leche” es un invento sin soporte legal.

Un año después hay improvisación y más ilegalidades. Cerca de veinte mil niños y ancianos no reciben su ración diaria de carne y leche, con lo cualse viola la Ley 89, que obliga a destinar el 10 % de los recursos a fomentar el consumo entre los más pobres.

Los programas del Fondo de Estabilización de Precios (FEP), como la Compensación a Exportaciones y el Observatorio de Mercados, están en riesgo porque los administradores de la nueva cuenta, por instrucciones del Ministerio, y solo porque dicho Fondo es administrado por Fedegán, se niegan a transferir el 17 % del recaudo a que obliga la Ley 395 de 1997. ¿Acaso el Ministerio y Fiduagraria están por encima de la Ley?

Desaparecieron 30 Centros de Servicios Tecnológicos, y con ellos los programas de capacitación y asistencia, como brigadas tecnológicas, escuelas de mayordomía, giras técnicas, cursos de capacitación, Núcleos de extensión a pequeños ganaderos y círculos de excelencia, entre otros.

Se abandonaron sistemas estadísticos de gran valor; se abandonó el cobro de cartera a recaudadores morosos, los procedimientos de control presupuestal del Ministerio y las obligaciones de la Ley de Transparencia. ¿Quién los ronda entonces?

El gobierno alardea con el programa de vacunación, su único resultado, gracias a procedimientos de operación y registro que tenían certificación de calidad ISO, también perdida, lo que me hace dudar de los resultados divulgados.

Alardea con la disminución en costo de nómina, que frente a la nula prestación de servicios es más alto que el de la administrada por Fedegán, tan rabiosamente atacada por el ministro. En las empresas de servicios el principal rubro de inversión, que no gasto, es la gente. Y claro, si no se prestan servicios no se necesita gente.

¿En qué gastan la plata? Y la Contraloría, tan acuciosa con Fedegán, ¿Dónde está?