Carlos Julio Díaz Hurtado, padre del lateral vallenato que se ganó la confianza de José Néstor Pékerman en la selección Colombia, está orgulloso del juego que ha mostrado su hijo en la Copa América.
Cuando está sentado frente al televisor, Carlos Julio Díaz Hurtado se olvida de sus achaques de salud para darle paso a las emociones fuertes que desencadena un partido de la selección Colombia de Fútbol, más aún si en la pantalla está en acción su hijo Farid.
El hombre corpulento y de facciones exageradas no oculta su alegría por el momento deportivo por el que atraviesa el lateral izquierdo de la selección Colombia; y también su familia, que vibra segundo a segundo con cada acción de la ‘tricolor’ y cuando aparece Farid Díaz en algún pasaje del juego.
En un inmueble sencillo pintado de verde, en el barrio Villa Miriam de Valledupar, siguen paso a paso las incidencias del equipo colombiano; nunca falta una oración entre los integrantes de la familia Díaz Rhenals, momentos previos al partido en donde el mayor de sus hijos entrará en acción, bien sea con la camiseta de Atlético Nacional o de la selección Colombia.
“Mi esposa es hincha de Junior y yo de Nacional, pero eso no quita que veamos los partidos en familia; primero está nuestro hijo que tiene el privilegio de estar en la selección, disfrutamos al máximo este momento, tengo que tomar pastillas para la presión, pero a veces nos tomamos dos o tres cervecitas para compartir los partidos”, dijo don Carlos.
Una voz gruesa sale del hombre de 59 años para referirse al desempeño de su hijo en la selección, que alcanzó la clasificación a cuartos de final de la Copa América, luego de ganar sus dos juegos anteriores 3-0 ante Estados Unidos y 2-1 ante Paraguay.
“A Farid lo veo bien, concentrado en su posición, él hace las cosas como deben ser, es muy aplicado con las órdenes del técnico. Ante Paraguay tuvo fallas que son normales, lo importante es su titularidad indiscutible, ojalá se mantenga así porque nuestro anhelo es verlo en el Mundial de Rusia”, aseguró.
La última vez que don Carlos Julio habló con su hijo fue después de la victoria ante Estados Unidos. “Lo sentí muy entusiasmado, contento porque las cosas están saliendo como él quiere”, dijo el padre de Farid Díaz.
Ayer, medios de comunicación en Estados Unidos entrevistaron al jugador de 32 años y aseguró que “en el primer tiempo el plan salió perfecto, contento porque hicimos un gran partido, a pesar que a lo último se nos estuviera complicando. Teníamos que tener más movilidad, de pronto por el querer resolver el partido dejamos descuidada la parte de atrás. Ahora debemos pensar en lo que viene para terminar con nueve puntos”.
Desde la distancia una familia vallenata hace fuerza, disfruta cada momento sentados frente al televisor y siempre preparando una bienvenida al orgullo de una familia humilde.
“A él le gusta mucho la comida que prepara su mamá, a Farid le encanta la carne asada, cuando viene a Valledupar comparte mucho con sus amigos jugando arrancón (cartas)”, recordó al referirse a aquel niño inquieto que un día cambió bates y bolas por un balón de fútbol se convirtió en orgullo para su familia.
“Nosotros nos radicamos en Valledupar en 1992, nos venimos de Codazzi cuando Farid era muy niño, yo me había pensionado en una empresa procesadora de caña, a él le gustaba mucho el sóftbol porque allá el fútbol casi no se veía, cuando vino acá integró varios equipos, luego ‘Kiko’ Barrios lo llevó al Bucaramanga y ahí arrancó su carrera como jugador”, recordó.
Por ahora la familia del jugador aguarda con mesura el desempeño de Farid Díaz, sabe que hay que aprovechar el buen momento de Colombia en la Copa América para luego aterrizar. “En estos momentos Farid Díaz tiene varias ofertas de equipos internacionales, hay que esperar que termine la Copa América y la Copa Libertadores para mirar su futuro”, reveló.
Anoche fue otra de aquellas citas futboleras en las que la familia Díaz Rhenals se sentó frente al televisor para vivir las emociones del juego de ida de la semifinal de la Liga Águila entre Junior y Atlético Nacional. Dramas paralelos entre el verde y el rojo. Por un lado, don Carlos Julio hizo fuerza por los verdolagas, mientras que su esposa Alina añoró una victoria del elenco ‘rojiblanco’.
Farid Díaz cumplirá 33 años el próximo 20 de julio; el buen lateral de la selección Colombia tiene soñando a una familia del barrio Villa Miriam de Valledupar.
Por Nibaldo Bustamante
Carlos Julio Díaz Hurtado, padre del lateral vallenato que se ganó la confianza de José Néstor Pékerman en la selección Colombia, está orgulloso del juego que ha mostrado su hijo en la Copa América.
Cuando está sentado frente al televisor, Carlos Julio Díaz Hurtado se olvida de sus achaques de salud para darle paso a las emociones fuertes que desencadena un partido de la selección Colombia de Fútbol, más aún si en la pantalla está en acción su hijo Farid.
El hombre corpulento y de facciones exageradas no oculta su alegría por el momento deportivo por el que atraviesa el lateral izquierdo de la selección Colombia; y también su familia, que vibra segundo a segundo con cada acción de la ‘tricolor’ y cuando aparece Farid Díaz en algún pasaje del juego.
En un inmueble sencillo pintado de verde, en el barrio Villa Miriam de Valledupar, siguen paso a paso las incidencias del equipo colombiano; nunca falta una oración entre los integrantes de la familia Díaz Rhenals, momentos previos al partido en donde el mayor de sus hijos entrará en acción, bien sea con la camiseta de Atlético Nacional o de la selección Colombia.
“Mi esposa es hincha de Junior y yo de Nacional, pero eso no quita que veamos los partidos en familia; primero está nuestro hijo que tiene el privilegio de estar en la selección, disfrutamos al máximo este momento, tengo que tomar pastillas para la presión, pero a veces nos tomamos dos o tres cervecitas para compartir los partidos”, dijo don Carlos.
Una voz gruesa sale del hombre de 59 años para referirse al desempeño de su hijo en la selección, que alcanzó la clasificación a cuartos de final de la Copa América, luego de ganar sus dos juegos anteriores 3-0 ante Estados Unidos y 2-1 ante Paraguay.
“A Farid lo veo bien, concentrado en su posición, él hace las cosas como deben ser, es muy aplicado con las órdenes del técnico. Ante Paraguay tuvo fallas que son normales, lo importante es su titularidad indiscutible, ojalá se mantenga así porque nuestro anhelo es verlo en el Mundial de Rusia”, aseguró.
La última vez que don Carlos Julio habló con su hijo fue después de la victoria ante Estados Unidos. “Lo sentí muy entusiasmado, contento porque las cosas están saliendo como él quiere”, dijo el padre de Farid Díaz.
Ayer, medios de comunicación en Estados Unidos entrevistaron al jugador de 32 años y aseguró que “en el primer tiempo el plan salió perfecto, contento porque hicimos un gran partido, a pesar que a lo último se nos estuviera complicando. Teníamos que tener más movilidad, de pronto por el querer resolver el partido dejamos descuidada la parte de atrás. Ahora debemos pensar en lo que viene para terminar con nueve puntos”.
Desde la distancia una familia vallenata hace fuerza, disfruta cada momento sentados frente al televisor y siempre preparando una bienvenida al orgullo de una familia humilde.
“A él le gusta mucho la comida que prepara su mamá, a Farid le encanta la carne asada, cuando viene a Valledupar comparte mucho con sus amigos jugando arrancón (cartas)”, recordó al referirse a aquel niño inquieto que un día cambió bates y bolas por un balón de fútbol se convirtió en orgullo para su familia.
“Nosotros nos radicamos en Valledupar en 1992, nos venimos de Codazzi cuando Farid era muy niño, yo me había pensionado en una empresa procesadora de caña, a él le gustaba mucho el sóftbol porque allá el fútbol casi no se veía, cuando vino acá integró varios equipos, luego ‘Kiko’ Barrios lo llevó al Bucaramanga y ahí arrancó su carrera como jugador”, recordó.
Por ahora la familia del jugador aguarda con mesura el desempeño de Farid Díaz, sabe que hay que aprovechar el buen momento de Colombia en la Copa América para luego aterrizar. “En estos momentos Farid Díaz tiene varias ofertas de equipos internacionales, hay que esperar que termine la Copa América y la Copa Libertadores para mirar su futuro”, reveló.
Anoche fue otra de aquellas citas futboleras en las que la familia Díaz Rhenals se sentó frente al televisor para vivir las emociones del juego de ida de la semifinal de la Liga Águila entre Junior y Atlético Nacional. Dramas paralelos entre el verde y el rojo. Por un lado, don Carlos Julio hizo fuerza por los verdolagas, mientras que su esposa Alina añoró una victoria del elenco ‘rojiblanco’.
Farid Díaz cumplirá 33 años el próximo 20 de julio; el buen lateral de la selección Colombia tiene soñando a una familia del barrio Villa Miriam de Valledupar.
Por Nibaldo Bustamante