Los cesarenses no votan cesarense. Aunque el abstencionismo también es alto en el Cesar, en las elecciones parlamentarias de 2014, el departamento pudo tener otra curul en el Senado de la República, pero la mayoría de los votos se fueron para candidatos de otras regiones.
En las pasadas elecciones a Congreso de la República (2014), la Región Caribe pudo elegir 31 senadores más, pero los votos, más del 50 %, fueron para aspirantes de otras regiones del país.
El Cesar no se escapa de esa realidad. En el 2014, pudieron salir elegidos dos senadores más. Sin embargo, solo José Alfredo Gnecco Zuleta logró convertirse en senador, al obtener 97.741 votos, de los cuales 64.069 fueron depositados en las urnas instaladas en territorio cesarense.
Los resultados obtenidos de manera general en el Cesar dejan ver que hay un caudal electoral suficiente para obtener por lo menos dos curules, que permitirían una mayor representación en el Congreso de la República; pero, la realidad indica que la mayoría de los votos terminan llevándoselos candidatos foráneos que llegan al Cesar a buscar el apoyo, arrastrando una votación importante con la que bien se podrían elegir dos y hasta tres senadores.
En las pasadas elecciones parlamentarias, en el Cesar votaron 320.186 personas, de las cuales solo 103.754 apoyaron a los candidatos de la región; lo que significa que el 67.60 % de los sufragios se fueron para otras regiones.
En ese entonces el Cesar tuvo participación en la contienda electoral con cinco candidatos: José Alfredo Gnecco con 64.069 que logró meterse al Senado, Alfonso Mattos con 17.215, José Luis Mayorca Castilla con 8.741, Felix José Valera Ibáñez con 7.265 y Evelio José Daza Daza con 6.464 votos.
“Como resultado de que los cesarenses casi no votan por su candidatos locales, tenemos un solo senador. Sin embargo, en el caso de La Guajira y el Magdalena es mucho peor, pues solo el 4 % de los votos fue para candidatos locales. Esta situación dejó como resultado que entre el Cesar, La Guajira y el Magdalena donde hay aproximadamente un millón 700 mil votos disponibles, nada más tengamos un senador que es José Alfredo Gnecco y que representa a toda la población de estos tres departamento”, expresó el politólogo Esteban José Montaño.
El analista político asegura que aunque el resto de los senadores que sacaron una importante votación en la región deberían representar los intereses de estas poblaciones, no lo hacen porque tienen un mayor compromiso con sus departamentos de orígenes y donde sacaron más votos.
“Si uno compara eso con lo que sucede en Córdoba y Sucre es impresionante la diferencia. En Córdoba el 57 % de los votos a Senado son para candidatos locales, por eso ese departamento tiene seis senadores. En Sucre pasa casi lo mismo. El 28 % de la votación fue local, pero aun así lograron sacar más senadores”, acotó Montaño.
De acuerdo con el análisis, se podría decir que con la votación que se registró en el Cesar, que fue de 320.186 votos, si por lo menos la mitad de esos hubiesen sido para candidatos al Senado locales, el departamento pudo haber sacado por lo menos otro senador. “Es bastante lamentable que solo se logre sacar un solo senador con esa votación, dejando que el 67 % de los votos se vaya para afuera”, dijo.
El Senado es una circunscripción nacional donde entran a competir todos los candidatos que tengan el dinero para llegar a las regiones y convencer a los votantes. Aunque así como al Cesar llegan candidatos de afuera en busca de votos, lo del Cesar también pueden hacer lo mismo en otras regiones.
Es en ese escenario en el que entran en juego muchas razones que explican el porqué el Cesar solo logra quedarse con una curul en el Senado de la República.
“La clase política aquí no logra movilizar ni generar sentido de pertenencia con la gente de aquí. Quizá los cesarenses confían más en los candidatos de afuera o también está el tema del voto amarrado al clientelismo. De pronto el mejor postor es un señor de otro departamento y por eso logran esas votaciones aquí, no es solo que la gente no se conecte sino que como es un mercado de mucho dinero, juegan muchos aspectos”, explicó Esteban Montaño.
También hizo referencia a que existen partidos que tienen unos líderes muy buenos a la Cámara de Representantes, pero no llevan candidatos al Senado locales, obligando a la lista a aliarse con alguien de su mismo partido de cualquier región. “Hay una mezcla de situaciones que llevan a que esto suceda y eso también influye a que se den situaciones como las que ocurren hoy en el Cesar que con un importante censo electoral solo logra sacar un Senador”, expresó.
Otros expertos consultados por EL PILÓN dijeron que influye también que el 58 % de los cesarenses no ejerce la democracia y se abstiene. “Son más las personas en el Cesar que no creen en la democracia, que no confían en los candidatos; pero además, en el legislativo anterior 98 candidatos obtuvieron votos cesarenses, hubiéramos podido darle la oportunidad a cuatro candidatos del Cesar de ocupar una curul en el parlamentario y ayudar a construir una estructura que sea más favorecedora para nuestro departamento”, acotó.
Son 100 senadores que se eligen por circunscripción nacional y otros dos por la circunscripción especial indígena. Aquí entra a jugar el voto preferente y no preferente.
Cada partido, movimiento político o grupo significativo de ciudadanos determina el orden de los candidatos en la lista y decide si opta por conformar sus listas con voto preferente o no.
De acuerdo con la información de la Registraduría Nacional del Estado Civil, si el partido opta por el voto preferente, el ciudadano tiene la opción de votar solo por el partido, o por el partido y por alguno de los candidatos de esa colectividad. Al final, después del escrutinio, cada la lista se ordena de acuerdo con el número de votos obtenido por cada candidato, y el conjunto de listas se ordenan de acuerdo con el número de votos obtenidos por cada una.
Por el contrario, si el partido opta por el voto no preferente, el ciudadano solo puede votar por el partido de su preferencia sin tener en cuenta nombres específicos de candidatos. En este caso, después del escrutinio, las curules se asignan en el orden de inscripción de los candidatos dentro de la lista cerrada.
Para definir quién gana una curul en el Congreso, se aplican varios conceptos o fórmulas: el umbral, el cuociente y la cifra repartidora.
El umbral es el número mínimo de votos que por ley requiere conseguir un partido o movimiento político durante la jornada electoral para tener un lugar en el Senado. Este es equivalente al 2 % de los votos válidos que son los votos por todos los candidatos más los votos en blanco.
La cifra repartidora resulta de ordenar de mayor a menor el total de votos obtenidos sólo por los partidos o movimientos políticos que superaron el umbral.
Cada votación obtenida se divide por los números naturales correspondientes al número de curules a cubrir. De este resultado, la cifra menor es la que se denomina cifra repartidora. El total de votos obtenido por una lista se divide por la cifra repartidora y se obtiene el número de curules que le corresponden a cada partido o movimiento político.
Al cerrarse la jornada electoral, los jurados comienzan el conteo de mesa para saber cuántos votos obtuvo cada candidato y partido, según si la elección fue por voto preferente o no.
En el Cesar los partidos que obtuvieron votación en 2014 fueron: Partido de la U con 92.945 votos (29.02 %), Cambio Radical 31.684 (9.89 %), Conservador 28.03 (8.75 %), Liberal 25.563 (7.98 %), Alianza Verde 23.524 (7.34 %), Polo Democrático Alternativo 8.871 (2.77 %) y Opción Ciudadana 7.539 (2.35 %).
Andreina Bandera / EL PILÓN
[email protected]
Los cesarenses no votan cesarense. Aunque el abstencionismo también es alto en el Cesar, en las elecciones parlamentarias de 2014, el departamento pudo tener otra curul en el Senado de la República, pero la mayoría de los votos se fueron para candidatos de otras regiones.
En las pasadas elecciones a Congreso de la República (2014), la Región Caribe pudo elegir 31 senadores más, pero los votos, más del 50 %, fueron para aspirantes de otras regiones del país.
El Cesar no se escapa de esa realidad. En el 2014, pudieron salir elegidos dos senadores más. Sin embargo, solo José Alfredo Gnecco Zuleta logró convertirse en senador, al obtener 97.741 votos, de los cuales 64.069 fueron depositados en las urnas instaladas en territorio cesarense.
Los resultados obtenidos de manera general en el Cesar dejan ver que hay un caudal electoral suficiente para obtener por lo menos dos curules, que permitirían una mayor representación en el Congreso de la República; pero, la realidad indica que la mayoría de los votos terminan llevándoselos candidatos foráneos que llegan al Cesar a buscar el apoyo, arrastrando una votación importante con la que bien se podrían elegir dos y hasta tres senadores.
En las pasadas elecciones parlamentarias, en el Cesar votaron 320.186 personas, de las cuales solo 103.754 apoyaron a los candidatos de la región; lo que significa que el 67.60 % de los sufragios se fueron para otras regiones.
En ese entonces el Cesar tuvo participación en la contienda electoral con cinco candidatos: José Alfredo Gnecco con 64.069 que logró meterse al Senado, Alfonso Mattos con 17.215, José Luis Mayorca Castilla con 8.741, Felix José Valera Ibáñez con 7.265 y Evelio José Daza Daza con 6.464 votos.
“Como resultado de que los cesarenses casi no votan por su candidatos locales, tenemos un solo senador. Sin embargo, en el caso de La Guajira y el Magdalena es mucho peor, pues solo el 4 % de los votos fue para candidatos locales. Esta situación dejó como resultado que entre el Cesar, La Guajira y el Magdalena donde hay aproximadamente un millón 700 mil votos disponibles, nada más tengamos un senador que es José Alfredo Gnecco y que representa a toda la población de estos tres departamento”, expresó el politólogo Esteban José Montaño.
El analista político asegura que aunque el resto de los senadores que sacaron una importante votación en la región deberían representar los intereses de estas poblaciones, no lo hacen porque tienen un mayor compromiso con sus departamentos de orígenes y donde sacaron más votos.
“Si uno compara eso con lo que sucede en Córdoba y Sucre es impresionante la diferencia. En Córdoba el 57 % de los votos a Senado son para candidatos locales, por eso ese departamento tiene seis senadores. En Sucre pasa casi lo mismo. El 28 % de la votación fue local, pero aun así lograron sacar más senadores”, acotó Montaño.
De acuerdo con el análisis, se podría decir que con la votación que se registró en el Cesar, que fue de 320.186 votos, si por lo menos la mitad de esos hubiesen sido para candidatos al Senado locales, el departamento pudo haber sacado por lo menos otro senador. “Es bastante lamentable que solo se logre sacar un solo senador con esa votación, dejando que el 67 % de los votos se vaya para afuera”, dijo.
El Senado es una circunscripción nacional donde entran a competir todos los candidatos que tengan el dinero para llegar a las regiones y convencer a los votantes. Aunque así como al Cesar llegan candidatos de afuera en busca de votos, lo del Cesar también pueden hacer lo mismo en otras regiones.
Es en ese escenario en el que entran en juego muchas razones que explican el porqué el Cesar solo logra quedarse con una curul en el Senado de la República.
“La clase política aquí no logra movilizar ni generar sentido de pertenencia con la gente de aquí. Quizá los cesarenses confían más en los candidatos de afuera o también está el tema del voto amarrado al clientelismo. De pronto el mejor postor es un señor de otro departamento y por eso logran esas votaciones aquí, no es solo que la gente no se conecte sino que como es un mercado de mucho dinero, juegan muchos aspectos”, explicó Esteban Montaño.
También hizo referencia a que existen partidos que tienen unos líderes muy buenos a la Cámara de Representantes, pero no llevan candidatos al Senado locales, obligando a la lista a aliarse con alguien de su mismo partido de cualquier región. “Hay una mezcla de situaciones que llevan a que esto suceda y eso también influye a que se den situaciones como las que ocurren hoy en el Cesar que con un importante censo electoral solo logra sacar un Senador”, expresó.
Otros expertos consultados por EL PILÓN dijeron que influye también que el 58 % de los cesarenses no ejerce la democracia y se abstiene. “Son más las personas en el Cesar que no creen en la democracia, que no confían en los candidatos; pero además, en el legislativo anterior 98 candidatos obtuvieron votos cesarenses, hubiéramos podido darle la oportunidad a cuatro candidatos del Cesar de ocupar una curul en el parlamentario y ayudar a construir una estructura que sea más favorecedora para nuestro departamento”, acotó.
Son 100 senadores que se eligen por circunscripción nacional y otros dos por la circunscripción especial indígena. Aquí entra a jugar el voto preferente y no preferente.
Cada partido, movimiento político o grupo significativo de ciudadanos determina el orden de los candidatos en la lista y decide si opta por conformar sus listas con voto preferente o no.
De acuerdo con la información de la Registraduría Nacional del Estado Civil, si el partido opta por el voto preferente, el ciudadano tiene la opción de votar solo por el partido, o por el partido y por alguno de los candidatos de esa colectividad. Al final, después del escrutinio, cada la lista se ordena de acuerdo con el número de votos obtenido por cada candidato, y el conjunto de listas se ordenan de acuerdo con el número de votos obtenidos por cada una.
Por el contrario, si el partido opta por el voto no preferente, el ciudadano solo puede votar por el partido de su preferencia sin tener en cuenta nombres específicos de candidatos. En este caso, después del escrutinio, las curules se asignan en el orden de inscripción de los candidatos dentro de la lista cerrada.
Para definir quién gana una curul en el Congreso, se aplican varios conceptos o fórmulas: el umbral, el cuociente y la cifra repartidora.
El umbral es el número mínimo de votos que por ley requiere conseguir un partido o movimiento político durante la jornada electoral para tener un lugar en el Senado. Este es equivalente al 2 % de los votos válidos que son los votos por todos los candidatos más los votos en blanco.
La cifra repartidora resulta de ordenar de mayor a menor el total de votos obtenidos sólo por los partidos o movimientos políticos que superaron el umbral.
Cada votación obtenida se divide por los números naturales correspondientes al número de curules a cubrir. De este resultado, la cifra menor es la que se denomina cifra repartidora. El total de votos obtenido por una lista se divide por la cifra repartidora y se obtiene el número de curules que le corresponden a cada partido o movimiento político.
Al cerrarse la jornada electoral, los jurados comienzan el conteo de mesa para saber cuántos votos obtuvo cada candidato y partido, según si la elección fue por voto preferente o no.
En el Cesar los partidos que obtuvieron votación en 2014 fueron: Partido de la U con 92.945 votos (29.02 %), Cambio Radical 31.684 (9.89 %), Conservador 28.03 (8.75 %), Liberal 25.563 (7.98 %), Alianza Verde 23.524 (7.34 %), Polo Democrático Alternativo 8.871 (2.77 %) y Opción Ciudadana 7.539 (2.35 %).
Andreina Bandera / EL PILÓN
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