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Columnista - 4 abril, 2019

Analfabetismo funcional, un atajo para el crecimiento de la sociedad

El concepto de analfabetismo funcional es más estructural que estadístico y hay dificultades para definirlo; que una persona sea letrada no significa que no lo sea. Según la UNESCO, son personas que saben leer y escribir pero que no interpretan procesos; incluso, agrego yo, siendo diplomados en diferentes áreas del conocimiento, son personas que saben […]

El concepto de analfabetismo funcional es más estructural que estadístico y hay dificultades para definirlo; que una persona sea letrada no significa que no lo sea. Según la UNESCO, son personas que saben leer y escribir pero que no interpretan procesos; incluso, agrego yo, siendo diplomados en diferentes áreas del conocimiento, son personas que saben recibir datos pero no son capaces de interpretarlos y derivarlos; estamos frente a una amplia franja de intelectualoides amorfos, un atajo para el crecimiento de la sociedad. Existe una correlación entre criminalidad, pobreza, atraso y la fragilidad de las democracias con este tipo de analfabetismo. Según la UNESCO, en Colombia 15.5% de sus ciudadanos tiene esta condición, casi ocho millones de personas, 25% del censo electoral; yo creería que es mucho más. Una de las formas de expresarse este fenómeno es mediante el voto emocional de la mayoría de los colombianos que no analizan las consecuencias de su decisión. Esto tiene dos causas básicas: nuestro arcaico sistema de educación y la inducción religiosa. La primera no enseña la lectura crítica de los procesos y fenómenos que nos rodean. Leer críticamente es no tragar entero, es cuestionar todo lo que vemos, leemos y oímos. Se dice que uno debe dudar de todo lo que le digan y del 50% de lo que vea, sentencia que Tomás de Aquino seguía. Según Julián de Zubiría, experto en educación, solo 0.9% de los colombianos hace lectura crítica, una encuesta dio este resultado, por eso creo que las cifras dadas están cortas. Hagamos un ejercicio con cosas que nos han enseñado y las creemos ciertas; nos han dicho que el Sol nace por el oriente y que gran parte de Asia está de ese lado. Eso es relativo, a veces es así, otras no, puede estar al norte o al sur. Lo primero que nos toca negar es que el Sol salga, este está quieto y es la Tierra la que se mueve a su alrededor en sentido anti horario y en igual forma lo hace sobre su eje. Cuando la Tierra está en su apogeo y su rotación muestra a América frente a la estrella, la luz, efectivamente nos viene desde el este, pero cuando está en su perigeo, la luz nos llega desde occidente. Igual, cuando nos encontramos en la línea equinoccial, en las mañanas la luz solar nos puede llegar desde el sur o desde el norte, dependiendo si estamos en equinoccio de primavera o de otoño. También nos dicen que la suma de los ángulos de un triángulo es 180 grados; esto solo es válido en la geometría de Euclides no en la de Lobacheski. ¡Relatividad total! En lo social es igual. Una cosa es leer críticamente a la sociedad y otra seguir el conductismo y el statu quo; algunos creen en la equidad de género, otros en el machismo y la misoginia; para algunos, la tenencia de la tierra debe democratizarse, para otros lo importante es el latifundismo improductivo; para algunos la naturaleza es un activo inalienable, para otros es un sujeto de explotación; orden o libertad; privilegiar al individuo o a la sociedad; laicismo o teocracia; cultura antropocéntrica o de élites; saber o poder. Todo depende de cómo lo miremos y si queremos darle una connotación ideológica, ahí la tenemos. Por su lado, la enseñanza religiosa induce a una mala lectura porque nos secuestra la capacidad de razonar como sapiens, haciéndola depender de deidades y mitos. Así, quedamos atrapados en el esoterismo.

Columnista
4 abril, 2019

Analfabetismo funcional, un atajo para el crecimiento de la sociedad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

El concepto de analfabetismo funcional es más estructural que estadístico y hay dificultades para definirlo; que una persona sea letrada no significa que no lo sea. Según la UNESCO, son personas que saben leer y escribir pero que no interpretan procesos; incluso, agrego yo, siendo diplomados en diferentes áreas del conocimiento, son personas que saben […]


El concepto de analfabetismo funcional es más estructural que estadístico y hay dificultades para definirlo; que una persona sea letrada no significa que no lo sea. Según la UNESCO, son personas que saben leer y escribir pero que no interpretan procesos; incluso, agrego yo, siendo diplomados en diferentes áreas del conocimiento, son personas que saben recibir datos pero no son capaces de interpretarlos y derivarlos; estamos frente a una amplia franja de intelectualoides amorfos, un atajo para el crecimiento de la sociedad. Existe una correlación entre criminalidad, pobreza, atraso y la fragilidad de las democracias con este tipo de analfabetismo. Según la UNESCO, en Colombia 15.5% de sus ciudadanos tiene esta condición, casi ocho millones de personas, 25% del censo electoral; yo creería que es mucho más. Una de las formas de expresarse este fenómeno es mediante el voto emocional de la mayoría de los colombianos que no analizan las consecuencias de su decisión. Esto tiene dos causas básicas: nuestro arcaico sistema de educación y la inducción religiosa. La primera no enseña la lectura crítica de los procesos y fenómenos que nos rodean. Leer críticamente es no tragar entero, es cuestionar todo lo que vemos, leemos y oímos. Se dice que uno debe dudar de todo lo que le digan y del 50% de lo que vea, sentencia que Tomás de Aquino seguía. Según Julián de Zubiría, experto en educación, solo 0.9% de los colombianos hace lectura crítica, una encuesta dio este resultado, por eso creo que las cifras dadas están cortas. Hagamos un ejercicio con cosas que nos han enseñado y las creemos ciertas; nos han dicho que el Sol nace por el oriente y que gran parte de Asia está de ese lado. Eso es relativo, a veces es así, otras no, puede estar al norte o al sur. Lo primero que nos toca negar es que el Sol salga, este está quieto y es la Tierra la que se mueve a su alrededor en sentido anti horario y en igual forma lo hace sobre su eje. Cuando la Tierra está en su apogeo y su rotación muestra a América frente a la estrella, la luz, efectivamente nos viene desde el este, pero cuando está en su perigeo, la luz nos llega desde occidente. Igual, cuando nos encontramos en la línea equinoccial, en las mañanas la luz solar nos puede llegar desde el sur o desde el norte, dependiendo si estamos en equinoccio de primavera o de otoño. También nos dicen que la suma de los ángulos de un triángulo es 180 grados; esto solo es válido en la geometría de Euclides no en la de Lobacheski. ¡Relatividad total! En lo social es igual. Una cosa es leer críticamente a la sociedad y otra seguir el conductismo y el statu quo; algunos creen en la equidad de género, otros en el machismo y la misoginia; para algunos, la tenencia de la tierra debe democratizarse, para otros lo importante es el latifundismo improductivo; para algunos la naturaleza es un activo inalienable, para otros es un sujeto de explotación; orden o libertad; privilegiar al individuo o a la sociedad; laicismo o teocracia; cultura antropocéntrica o de élites; saber o poder. Todo depende de cómo lo miremos y si queremos darle una connotación ideológica, ahí la tenemos. Por su lado, la enseñanza religiosa induce a una mala lectura porque nos secuestra la capacidad de razonar como sapiens, haciéndola depender de deidades y mitos. Así, quedamos atrapados en el esoterismo.