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Política - 22 abril, 2024

“¡Aló, presidente!”:  Diálogo telefónico imaginario con el presidente Petro

A través de esta crónica entablaremos un diálogo imaginario con el señor presidente de la República, Gustavo Petro, desde el municipio de San Juan del Cesar, ubicado en el sur del departamento de La Guajira.

Foto referencia del presidente Gustavo Petro.
Foto referencia del presidente Gustavo Petro.
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A través de esta crónica entablaremos un diálogo imaginario con el señor presidente de la República, Gustavo Petro, desde el municipio de San Juan del Cesar, ubicado en el sur del departamento de La Guajira.

Un departamento ubicado en la parte inicial del mapa que representa nuestra geografía y paradójicamente situado en la llamada esquina de las oportunidades; sin embargo, es uno de los departamentos más olvidados por el Gobierno nacional.

Como diría uno de nuestros compositores de música vallenata: “A los Guajiros hasta la muerte nos llega tarde”. Sin embargo, señor presidente, usted es uno de los primeros mandatarios que nos ha visitado en repetidas ocasiones, porque antes solo conocíamos a los candidatos a la Presidencia en los afiches y en televisión.

Durante sus campañas algunos se daban una pasadita de 5 o 10 minutos en las plazas públicas de nuestra capital. Y en uno que otro municipio del departamento, rodeados de extensos cordones de seguridad y guardaespaldas, quienes a duras penas le dejaban observar la cara.

Como nos gustaría, presidente, que el tiempo le alcanzara para que en esos acercamientos con todos los colombianos pudiera llegar a nuestros municipios, incluso del sur de La Guajira, para que muchos alcaldes y concejales puedan seguir su ejemplo.

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HABLE CON LOS LÍDERES

Pero, ¿sabe que le hace falta, presidente? Que sus asesores, especialmente los de comunicaciones, cuando lo acompañen en esa gira tengan en cuenta a los líderes comunes y corriente, que son quienes conocen de verdad las necesidades del pueblo y las administraciones de la vida social, política y comunitaria.

Ellos pueden destaparle de verdad la corrupción. Estos sí saben por dónde le va el agua al cántaro. Para que no le suceda igual que el novio cuando visita a la novia prometida que todo luce bien. Para que pueda evitar que en esas reuniones siempre sean las mismos con las mismas, llamados cocotudos. Siempre están en primera fila.

Presumimos que esta estrategia que usted ha diseñado denominada Gobierno de cambio es para obtener de primera mano lo que verdaderamente ocurre en nuestro país, hasta en los más alejados rinconcitos y romperle la columna vertebral a la corrupción.

¡Aló, señor presidente! Sería mejor que quienes lo acompañan le permitan más acercamiento con la gente del común y líderes de verdad. Esos que sueñan con conocerlo personalmente y ayudarlo en esa forma nueva de administrar, promovida para usted como el Gobierno del cambio de frente con la gente.

NO ES JUSTO, PRESIDENTE

¡Aló, señor presidente! Antes de que se me corte la comunicación permítame contarle que mientras usted trabaja duro por la paz total de Colombia, en La Guajira hay vehículos repletos de migrantes y desplazados, agricultores y pequeños ganaderos, quienes regresaron a sus poblaciones, corregimientos y caseríos con los ojos llenos de lágrimas y una mirada de esperanza.

Hay un enemigo de su propuesta, que no porta ni manipula ningún fusil, pero que le está causando mucho daño a esos planes estratégicos de cambio, en busca de una paz total: llamado antes Electricaribe, y hoy Air-e, disparando los apagones permanentes con ráfagas de 10, 12 y 13 horas.

Hasta el punto, señor presidente, que los campesinos en sus veredas no pueden consumir un vaso de agua fría, luego de un duro jornal y tienen que tomar el agua de panela caliente; tampoco pueden encender un abanico para alejar a los sancudos.

Recomendado: Hasta $60.000 más: así le toca pagar los fraudes de energía que hace su vecino

¿Cree usted, señor presidente, que esto sea justo? Los microempresarios, llámese tiendas de barrios, pequeños supermercados, están cerrando, también los restaurantes porque AIRE le factura hasta 4 millones. ¿Cree usted que esto es justo? ¡Aló, señor presidente! Estas empresas causan más daño que los grupos armados.

Sin embargo, lo que llega puntual es la facturación mensual con unos costos elevados, incluido el alumbrado público, muy a pesar de que las plazoletas están en completa tiniebla.

¡Aló, señor presidente! Permanezca allí, por favor. Para terminar, porque sabemos que su tiempo es muy valioso, figúrese que en uno de nuestros corregimientos del municipio de San Juan del Cesar, donde la gente regresa, para permanecer unidos para nuestra cultura, aun hoy están muy preocupados par la deuda que la empresa

AIR-E les está facturando, deudas que van desde $500.000 pesos a $1.000.000 de pesos, cuando estas pequeñas viviendas solo cuentan con dos o tres bombillos y una vieja nevera. Así las cosas, mientras usted trabaja por la paz total y el cambio, estas empresas de los servicios públicos le roban todos sus sueños y esperanza de cambio a estas comunidades.

 ¡Aló, señor presidente! Gracias por escucharme, esperamos verlo pronto en nuestra región. No me cuelgue por favor, pese a que no estuve en su movimiento político, espero que cuando lo vuelva a llamar, su teléfono no esté en buzón y que me responda. Muchas gracias y hasta pronto.

Por: Ana Cecilia Fuentes

Política
22 abril, 2024

“¡Aló, presidente!”:  Diálogo telefónico imaginario con el presidente Petro

A través de esta crónica entablaremos un diálogo imaginario con el señor presidente de la República, Gustavo Petro, desde el municipio de San Juan del Cesar, ubicado en el sur del departamento de La Guajira.


Foto referencia del presidente Gustavo Petro.
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A través de esta crónica entablaremos un diálogo imaginario con el señor presidente de la República, Gustavo Petro, desde el municipio de San Juan del Cesar, ubicado en el sur del departamento de La Guajira.

Un departamento ubicado en la parte inicial del mapa que representa nuestra geografía y paradójicamente situado en la llamada esquina de las oportunidades; sin embargo, es uno de los departamentos más olvidados por el Gobierno nacional.

Como diría uno de nuestros compositores de música vallenata: “A los Guajiros hasta la muerte nos llega tarde”. Sin embargo, señor presidente, usted es uno de los primeros mandatarios que nos ha visitado en repetidas ocasiones, porque antes solo conocíamos a los candidatos a la Presidencia en los afiches y en televisión.

Durante sus campañas algunos se daban una pasadita de 5 o 10 minutos en las plazas públicas de nuestra capital. Y en uno que otro municipio del departamento, rodeados de extensos cordones de seguridad y guardaespaldas, quienes a duras penas le dejaban observar la cara.

Como nos gustaría, presidente, que el tiempo le alcanzara para que en esos acercamientos con todos los colombianos pudiera llegar a nuestros municipios, incluso del sur de La Guajira, para que muchos alcaldes y concejales puedan seguir su ejemplo.

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HABLE CON LOS LÍDERES

Pero, ¿sabe que le hace falta, presidente? Que sus asesores, especialmente los de comunicaciones, cuando lo acompañen en esa gira tengan en cuenta a los líderes comunes y corriente, que son quienes conocen de verdad las necesidades del pueblo y las administraciones de la vida social, política y comunitaria.

Ellos pueden destaparle de verdad la corrupción. Estos sí saben por dónde le va el agua al cántaro. Para que no le suceda igual que el novio cuando visita a la novia prometida que todo luce bien. Para que pueda evitar que en esas reuniones siempre sean las mismos con las mismas, llamados cocotudos. Siempre están en primera fila.

Presumimos que esta estrategia que usted ha diseñado denominada Gobierno de cambio es para obtener de primera mano lo que verdaderamente ocurre en nuestro país, hasta en los más alejados rinconcitos y romperle la columna vertebral a la corrupción.

¡Aló, señor presidente! Sería mejor que quienes lo acompañan le permitan más acercamiento con la gente del común y líderes de verdad. Esos que sueñan con conocerlo personalmente y ayudarlo en esa forma nueva de administrar, promovida para usted como el Gobierno del cambio de frente con la gente.

NO ES JUSTO, PRESIDENTE

¡Aló, señor presidente! Antes de que se me corte la comunicación permítame contarle que mientras usted trabaja duro por la paz total de Colombia, en La Guajira hay vehículos repletos de migrantes y desplazados, agricultores y pequeños ganaderos, quienes regresaron a sus poblaciones, corregimientos y caseríos con los ojos llenos de lágrimas y una mirada de esperanza.

Hay un enemigo de su propuesta, que no porta ni manipula ningún fusil, pero que le está causando mucho daño a esos planes estratégicos de cambio, en busca de una paz total: llamado antes Electricaribe, y hoy Air-e, disparando los apagones permanentes con ráfagas de 10, 12 y 13 horas.

Hasta el punto, señor presidente, que los campesinos en sus veredas no pueden consumir un vaso de agua fría, luego de un duro jornal y tienen que tomar el agua de panela caliente; tampoco pueden encender un abanico para alejar a los sancudos.

Recomendado: Hasta $60.000 más: así le toca pagar los fraudes de energía que hace su vecino

¿Cree usted, señor presidente, que esto sea justo? Los microempresarios, llámese tiendas de barrios, pequeños supermercados, están cerrando, también los restaurantes porque AIRE le factura hasta 4 millones. ¿Cree usted que esto es justo? ¡Aló, señor presidente! Estas empresas causan más daño que los grupos armados.

Sin embargo, lo que llega puntual es la facturación mensual con unos costos elevados, incluido el alumbrado público, muy a pesar de que las plazoletas están en completa tiniebla.

¡Aló, señor presidente! Permanezca allí, por favor. Para terminar, porque sabemos que su tiempo es muy valioso, figúrese que en uno de nuestros corregimientos del municipio de San Juan del Cesar, donde la gente regresa, para permanecer unidos para nuestra cultura, aun hoy están muy preocupados par la deuda que la empresa

AIR-E les está facturando, deudas que van desde $500.000 pesos a $1.000.000 de pesos, cuando estas pequeñas viviendas solo cuentan con dos o tres bombillos y una vieja nevera. Así las cosas, mientras usted trabaja por la paz total y el cambio, estas empresas de los servicios públicos le roban todos sus sueños y esperanza de cambio a estas comunidades.

 ¡Aló, señor presidente! Gracias por escucharme, esperamos verlo pronto en nuestra región. No me cuelgue por favor, pese a que no estuve en su movimiento político, espero que cuando lo vuelva a llamar, su teléfono no esté en buzón y que me responda. Muchas gracias y hasta pronto.

Por: Ana Cecilia Fuentes