Almes es hombre sensato, respeta a Dios y las leyes, es el quinto Rey de Reyes del Festival Vallenato.
I
Almes es hombre sensato,
respeta a Dios y las leyes,
es el quinto Rey de Reyes
del Festival Vallenato.
Sus dedos traen el mandato
del alma y el corazón
para tocar el acordeón
con exquisita maestría,
que enaltece su dinastía
de renombre en la región.
II
No se quería presentar,
y soñó con ‘El Jilguero’:
le dijo mariangolero
yo sé que vas a ganar.
Los demás deben esperar,
tú serás el elegido
eres un músico querido
por tu decencia y talento;
en el cielo estoy contento
y a mi gente nunca olvido.
III
Grande esta revelación
para Almes Granados Melo,
muy querido en este suelo
por su bella condición.
Su vida es el acordeón
es la herencia musical,
su nombre en un pedestal
rey de reyes consagrado,
y la dinastía Granados
Es emblema cultural.
IV
De fiesta Valledupar,
Mariangola y la región,
porque el rey del acordeón
es un verdadero juglar.
Porque además de tocar
canta y compone canciones,
una trinidad de dones
que Dios le ha regalado
y con alegría ha cultivado
para sumar distinciones.
Por José Atuesta Mindiola
Almes es hombre sensato, respeta a Dios y las leyes, es el quinto Rey de Reyes del Festival Vallenato.
I
Almes es hombre sensato,
respeta a Dios y las leyes,
es el quinto Rey de Reyes
del Festival Vallenato.
Sus dedos traen el mandato
del alma y el corazón
para tocar el acordeón
con exquisita maestría,
que enaltece su dinastía
de renombre en la región.
II
No se quería presentar,
y soñó con ‘El Jilguero’:
le dijo mariangolero
yo sé que vas a ganar.
Los demás deben esperar,
tú serás el elegido
eres un músico querido
por tu decencia y talento;
en el cielo estoy contento
y a mi gente nunca olvido.
III
Grande esta revelación
para Almes Granados Melo,
muy querido en este suelo
por su bella condición.
Su vida es el acordeón
es la herencia musical,
su nombre en un pedestal
rey de reyes consagrado,
y la dinastía Granados
Es emblema cultural.
IV
De fiesta Valledupar,
Mariangola y la región,
porque el rey del acordeón
es un verdadero juglar.
Porque además de tocar
canta y compone canciones,
una trinidad de dones
que Dios le ha regalado
y con alegría ha cultivado
para sumar distinciones.
Por José Atuesta Mindiola