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Columnista - 17 marzo, 2010

Algunas enseñanzas de nuestras elecciones

Por: Basilio Padilla Gracias a Dios los comicios electorales al congreso han terminado de manera pacífica, felicitaciones a los  ganadores y a los demás que sigan trabajando positivamente por el bienestar del departamento del Cesar. Algunas enseñanzas son muy obvias y otras más difíciles de interpretar. En cuanto a nuestro departamento, el partido de la […]

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Por: Basilio Padilla
Gracias a Dios los comicios electorales al congreso han terminado de manera pacífica, felicitaciones a los  ganadores y a los demás que sigan trabajando positivamente por el bienestar del departamento del Cesar.
Algunas enseñanzas son muy obvias y otras más difíciles de interpretar. En cuanto a nuestro departamento, el partido de la U, pasa por un buen momento. Esto quizás por el efecto de la euforia que produjo el fin a la reelección y también a que integraron una buena lista  desde el principio.
Además lograron incluir y sacrificar a Fredys Socarras en aras de jalonar más votos en el municipio de Valledupar.
En el partido Liberal las cosas no se dieron como se habían proyectado. Sucedieron muchos inconvenientes, muchos cambios y al final las cosas se concentraron en la salvación de una sola curul. La salida de Israel Obregón, por razones que él debe explicar más claramente, le  costó al partido unos 5000 votos, que lo hubiese puesto en la posición primera o segunda en el Cesar. Su salida hacia ALAS tampoco tuvo una buena razón de ser, ya que esto siempre causa otros malestares y generalmente la gente no ven bien estos cambios a último momento.
El partido Conservador tuvo el apoyo de un aliado inesperado, el gobernador con su candidato a la cámara, que también le dio este mismo apoyo al partido verde del lado del senado. El candidato del conservatismo tradicional JuanManuel Campo no tuvo este mismo apoyo y – por consiguiente- los números no le alcanzaron. La gran sorpresa ha sido, la perdida de Stevenson Marulanda a pesar de la obtención de una buena votación en el Cesar. Le deja esto un gran trabajo al candidato Fajardo, que indiscutiblemente ha estado trabajando incansablemente en todo el país. Las otras lecciones no han cambiado mucho y esta es la cultura que debemos modificar: el poderío de los que ostentan el poder y aquellos que con base en el dinero logran sus objetivos.
Ocasionalmente la fuerza de opinión se manifiesta en forma determinante, cuando el pueblo se cansa de algunos parámetros y cuando alguien o algo incita un efecto de simpatía generalizada. La verdad es que cuando alguien entra al cubículo electoral puede marcar lo que quiera. No menos importante es el hecho de la confusión reinante en la marcación de los tarjetones. No tiene sentido que lo hagamos tan difícil. En el Cesar solamente, los tarjetones marcados erróneamente fueron suficientes para elegir a otro representante. Esto era indiscutible, ya que hasta personas medianamente educadas tenían dificultades con todo este confuso sistema.
Por naturaleza a nosotros los  colombianos nos gusta crear confusión y burocracia en todo, ya que somos un país de grandes colas y papeles que finalmente a lo único que conlleva es a la inefectividad. De todas maneras terminamos este proceso y comenzamos los de presidencia, alcaldías y gobernaciones. Insto finalmente a nuestros organismos de administración y legislación a crear decretos precisos para evitar el bochornoso efecto visual de los afiches en cuanto poste existe en nuestra ciudad y departamento.

Columnista
17 marzo, 2010

Algunas enseñanzas de nuestras elecciones

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Gracias a Dios los comicios electorales al congreso han terminado de manera pacífica, felicitaciones a los  ganadores y a los demás que sigan trabajando positivamente por el bienestar del departamento del Cesar. Algunas enseñanzas son muy obvias y otras más difíciles de interpretar. En cuanto a nuestro departamento, el partido de la […]


Por: Basilio Padilla
Gracias a Dios los comicios electorales al congreso han terminado de manera pacífica, felicitaciones a los  ganadores y a los demás que sigan trabajando positivamente por el bienestar del departamento del Cesar.
Algunas enseñanzas son muy obvias y otras más difíciles de interpretar. En cuanto a nuestro departamento, el partido de la U, pasa por un buen momento. Esto quizás por el efecto de la euforia que produjo el fin a la reelección y también a que integraron una buena lista  desde el principio.
Además lograron incluir y sacrificar a Fredys Socarras en aras de jalonar más votos en el municipio de Valledupar.
En el partido Liberal las cosas no se dieron como se habían proyectado. Sucedieron muchos inconvenientes, muchos cambios y al final las cosas se concentraron en la salvación de una sola curul. La salida de Israel Obregón, por razones que él debe explicar más claramente, le  costó al partido unos 5000 votos, que lo hubiese puesto en la posición primera o segunda en el Cesar. Su salida hacia ALAS tampoco tuvo una buena razón de ser, ya que esto siempre causa otros malestares y generalmente la gente no ven bien estos cambios a último momento.
El partido Conservador tuvo el apoyo de un aliado inesperado, el gobernador con su candidato a la cámara, que también le dio este mismo apoyo al partido verde del lado del senado. El candidato del conservatismo tradicional JuanManuel Campo no tuvo este mismo apoyo y – por consiguiente- los números no le alcanzaron. La gran sorpresa ha sido, la perdida de Stevenson Marulanda a pesar de la obtención de una buena votación en el Cesar. Le deja esto un gran trabajo al candidato Fajardo, que indiscutiblemente ha estado trabajando incansablemente en todo el país. Las otras lecciones no han cambiado mucho y esta es la cultura que debemos modificar: el poderío de los que ostentan el poder y aquellos que con base en el dinero logran sus objetivos.
Ocasionalmente la fuerza de opinión se manifiesta en forma determinante, cuando el pueblo se cansa de algunos parámetros y cuando alguien o algo incita un efecto de simpatía generalizada. La verdad es que cuando alguien entra al cubículo electoral puede marcar lo que quiera. No menos importante es el hecho de la confusión reinante en la marcación de los tarjetones. No tiene sentido que lo hagamos tan difícil. En el Cesar solamente, los tarjetones marcados erróneamente fueron suficientes para elegir a otro representante. Esto era indiscutible, ya que hasta personas medianamente educadas tenían dificultades con todo este confuso sistema.
Por naturaleza a nosotros los  colombianos nos gusta crear confusión y burocracia en todo, ya que somos un país de grandes colas y papeles que finalmente a lo único que conlleva es a la inefectividad. De todas maneras terminamos este proceso y comenzamos los de presidencia, alcaldías y gobernaciones. Insto finalmente a nuestros organismos de administración y legislación a crear decretos precisos para evitar el bochornoso efecto visual de los afiches en cuanto poste existe en nuestra ciudad y departamento.