La semana pasada titulé mi columna ‘Los males de la Plaza Alfonso López, me quedaron algunas cosas por decir, algo me faltaba, pues el espacio que nos corresponde como columnistas es muy reducido, en muchas ciudades con historia como Valledupar siempre hay iconos que las convierten en símbolo. En Valledupar ese símbolo se llama la […]
La semana pasada titulé mi columna ‘Los males de la Plaza Alfonso López, me quedaron algunas cosas por decir, algo me faltaba, pues el espacio que nos corresponde como columnistas es muy reducido, en muchas ciudades con historia como Valledupar siempre hay iconos que las convierten en símbolo. En Valledupar ese símbolo se llama la Plaza Alfonso López. Sin embargo, como lo he anotado, la tienen abandonada.
Sería bueno prohibir el tránsito de camiones pesados por la Plaza Alfonso López, sería bueno que los sábados y domingos la policía redoble la vigilancia ya que en estos dos días aparecen pandillas y grupos de tardeadas dándole mal ejemplo a los niñitos que montan en los carritos, sería bueno también que envíen un agente de policía que sepa de la historia de Valledupar y al mismo tiempo esté pendiente del cuidado de los niños, sería bueno prohibir la tumbada de mangos, todas las mañanas de 5:00 a 5:30 a.m. aparecen como cinco o seis personas entre adultos y jóvenes con linterna en la frente descargando dichos árboles, a todo esto se suma una alta presencia de los habitantes de la calle, consumidores de drogas. Y no es que la Plaza no tenga protectores, hay vallenatos que velamos por nuestro patrimonio pero el dejamestar y desidia de muchos de ellos, inclusive visitantes, su pésimo comportamiento y escasa presencia de las autoridades han hecho que la Plaza se convierta en un sitio peligroso. La Plaza merece una mejor suerte, sus dolientes tenemos que ser todos, porque es un bien de todos.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Hay que aplaudir la presencia de la Banda Municipal en la Plaza Alfonso López, me recuerdan las antiguas retretas. Una sola recomendación por insinuación de algunos amigos, cambiar el repertorio, porque el del viernes fue muy aburrido.
Me extrañó que el Cesar no enviara una sola hoja de vida para el premio Mujer Cafam (persona emprendedora, exitosa que se haya destacado en una o varias obras sociales). ¿Será que en el Cesar no hay una sola mujer que nos pueda representar en este certamen? Un consejo para ellas: dedíquense a crear fundaciones de atención a la niñez, para personas discapacitadas, crear asociaciones de jóvenes emprendedores, asociaciones para darle alimento a los niños, adultos mayores y madres gestantes, apoyar a niños con cáncer y a sus familias para que puedan obtener un diagnóstico oportuno. Son tantas las cosas a las que se pueden dedicar. Me da la impresión que prefieren las mujeres de ahora dedicarse a la política con el propósito de visibilizar su rol de liderazgo en el nuevo mapa político, eso está bien, pero está mal que algunas de ellas participen en la política porque les gusta la mermelada y el chocolatín. Eso las dejaría mal paradas. Espero que para el año 2017, el Cesar pueda tener una representante a este certamen.
POSTDATA: Muchos de los columnistas de EL PILÓN estamos utilizando al final de nuestras columnas una adenda, colofón o postdata. Esto no es más que para llamar la atención, mucho más que el grueso del contenido de la columna, que importa el mensaje central si la coletilla a veces “coletota” es la que lleva el mensaje o al menos el veneno. Poner al final una suerte de coda, es como un truco y el sistema funciona. Son como las llamadas perdidas de celular: no dicen nada, pero sugieren mucho. Personalmente la utilizo y recomiendo y voy con una adenda: después de varios meses de inaugurada la ciclo ruta de la carrera 9 y calle 17 no está funcionando, quiere decir que no sirven. Por favor, desmóntenla antes que dañen los bolardos.
La semana pasada titulé mi columna ‘Los males de la Plaza Alfonso López, me quedaron algunas cosas por decir, algo me faltaba, pues el espacio que nos corresponde como columnistas es muy reducido, en muchas ciudades con historia como Valledupar siempre hay iconos que las convierten en símbolo. En Valledupar ese símbolo se llama la […]
La semana pasada titulé mi columna ‘Los males de la Plaza Alfonso López, me quedaron algunas cosas por decir, algo me faltaba, pues el espacio que nos corresponde como columnistas es muy reducido, en muchas ciudades con historia como Valledupar siempre hay iconos que las convierten en símbolo. En Valledupar ese símbolo se llama la Plaza Alfonso López. Sin embargo, como lo he anotado, la tienen abandonada.
Sería bueno prohibir el tránsito de camiones pesados por la Plaza Alfonso López, sería bueno que los sábados y domingos la policía redoble la vigilancia ya que en estos dos días aparecen pandillas y grupos de tardeadas dándole mal ejemplo a los niñitos que montan en los carritos, sería bueno también que envíen un agente de policía que sepa de la historia de Valledupar y al mismo tiempo esté pendiente del cuidado de los niños, sería bueno prohibir la tumbada de mangos, todas las mañanas de 5:00 a 5:30 a.m. aparecen como cinco o seis personas entre adultos y jóvenes con linterna en la frente descargando dichos árboles, a todo esto se suma una alta presencia de los habitantes de la calle, consumidores de drogas. Y no es que la Plaza no tenga protectores, hay vallenatos que velamos por nuestro patrimonio pero el dejamestar y desidia de muchos de ellos, inclusive visitantes, su pésimo comportamiento y escasa presencia de las autoridades han hecho que la Plaza se convierta en un sitio peligroso. La Plaza merece una mejor suerte, sus dolientes tenemos que ser todos, porque es un bien de todos.
Y como es mi costumbre, trataré otros temitas: Hay que aplaudir la presencia de la Banda Municipal en la Plaza Alfonso López, me recuerdan las antiguas retretas. Una sola recomendación por insinuación de algunos amigos, cambiar el repertorio, porque el del viernes fue muy aburrido.
Me extrañó que el Cesar no enviara una sola hoja de vida para el premio Mujer Cafam (persona emprendedora, exitosa que se haya destacado en una o varias obras sociales). ¿Será que en el Cesar no hay una sola mujer que nos pueda representar en este certamen? Un consejo para ellas: dedíquense a crear fundaciones de atención a la niñez, para personas discapacitadas, crear asociaciones de jóvenes emprendedores, asociaciones para darle alimento a los niños, adultos mayores y madres gestantes, apoyar a niños con cáncer y a sus familias para que puedan obtener un diagnóstico oportuno. Son tantas las cosas a las que se pueden dedicar. Me da la impresión que prefieren las mujeres de ahora dedicarse a la política con el propósito de visibilizar su rol de liderazgo en el nuevo mapa político, eso está bien, pero está mal que algunas de ellas participen en la política porque les gusta la mermelada y el chocolatín. Eso las dejaría mal paradas. Espero que para el año 2017, el Cesar pueda tener una representante a este certamen.
POSTDATA: Muchos de los columnistas de EL PILÓN estamos utilizando al final de nuestras columnas una adenda, colofón o postdata. Esto no es más que para llamar la atención, mucho más que el grueso del contenido de la columna, que importa el mensaje central si la coletilla a veces “coletota” es la que lleva el mensaje o al menos el veneno. Poner al final una suerte de coda, es como un truco y el sistema funciona. Son como las llamadas perdidas de celular: no dicen nada, pero sugieren mucho. Personalmente la utilizo y recomiendo y voy con una adenda: después de varios meses de inaugurada la ciclo ruta de la carrera 9 y calle 17 no está funcionando, quiere decir que no sirven. Por favor, desmóntenla antes que dañen los bolardos.