Los exponentes del vallenato lanzan un sencillo donde fusionan la cumbia vallenata con aires alternativos.
Mezclando sonidos de cumbia-vallenato con aires alternativos, la pareja Alfredo Hernández Lagos y Dairo Meriño Díaz presenta a los melómanos la canción ‘El sanguruteo’ como una nueva propuesta musical.
“Es algo novedoso y fresco para los amantes de la música. Queremos demostrar que sí se le puede dar otros matices al vallenato, con un toque internacional, claro está sin dejar de lado las raíces vallenatas”, explicó Hernández Lagos, un cantante de Valledupar con ascendencia guajira, que empezó en la música cantando en el colegio, luego en las recreovías y en la Universidad Popular del Cesar, donde es egresado de Contador Público.
El acordeonero Meriño Díaz asegura que su familia proviene de una destacada vena musical, con compositores y acordeoneros, descendente también de La Guajira. Es productor musical y administrador de empresas; ha hecho pareja con Silvio Brito, Miguel Anilo, entre otros.
“Le presentamos esta canción a los habitantes del Cesar; le dedicamos mucho empeño, dedicación y amor. La colocamos a su consideración para que la escuchen, bailen y la disfruten”, subrayaron los artistas.
La obra musical es de la autoría del escritor José Atuesta Mindiola, quien rememora que “en una noche de gaitas y tambores, una elegante mujer de la población de Atánquez bailaba con movimientos frenéticos de su cadera y yo sorprendido me le acerqué y le pregunté ¿oye mujer, qué clase de baile es ese? Ella me respondió: el son del sanguruteo. Esa palabra se me quedó grabada en la memoria y en el corazón”.
Agregó que “como es un término regional lo busqué en el Lexicón de Colombianismo, de Mario Alario Di Filippo, donde aparece sangoloteo como revolver, batir algún líquido o contenido recipiente. Aunque también aparece en el diccionario de la Real Academia Española, zangoloteo como moverse de un lugar a otro de manera continua, expresión coloquial, moverse de un lugar sin armonía ni propósito. Como es una expresión nuestra, en homenaje a esa bailadora, que no le pregunté el nombre porque observé que el parejo era un hombre celoso, lo escribo como la escuché, sanguruteo”.
Concluyó el autor que “desde que escuché esa palabra me cautivó, me atrapó y también la imagen de la mujer que parecía tener cintura de colibrí. Pasó algún tiempo, hice los versos y como yo no tengo prisa, porque yo soy un aficionado a la música y vivo de mi profesión docente, hice las estrofas, las revisé y terminé la canción”.
Por: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
[email protected]
Los exponentes del vallenato lanzan un sencillo donde fusionan la cumbia vallenata con aires alternativos.
Mezclando sonidos de cumbia-vallenato con aires alternativos, la pareja Alfredo Hernández Lagos y Dairo Meriño Díaz presenta a los melómanos la canción ‘El sanguruteo’ como una nueva propuesta musical.
“Es algo novedoso y fresco para los amantes de la música. Queremos demostrar que sí se le puede dar otros matices al vallenato, con un toque internacional, claro está sin dejar de lado las raíces vallenatas”, explicó Hernández Lagos, un cantante de Valledupar con ascendencia guajira, que empezó en la música cantando en el colegio, luego en las recreovías y en la Universidad Popular del Cesar, donde es egresado de Contador Público.
El acordeonero Meriño Díaz asegura que su familia proviene de una destacada vena musical, con compositores y acordeoneros, descendente también de La Guajira. Es productor musical y administrador de empresas; ha hecho pareja con Silvio Brito, Miguel Anilo, entre otros.
“Le presentamos esta canción a los habitantes del Cesar; le dedicamos mucho empeño, dedicación y amor. La colocamos a su consideración para que la escuchen, bailen y la disfruten”, subrayaron los artistas.
La obra musical es de la autoría del escritor José Atuesta Mindiola, quien rememora que “en una noche de gaitas y tambores, una elegante mujer de la población de Atánquez bailaba con movimientos frenéticos de su cadera y yo sorprendido me le acerqué y le pregunté ¿oye mujer, qué clase de baile es ese? Ella me respondió: el son del sanguruteo. Esa palabra se me quedó grabada en la memoria y en el corazón”.
Agregó que “como es un término regional lo busqué en el Lexicón de Colombianismo, de Mario Alario Di Filippo, donde aparece sangoloteo como revolver, batir algún líquido o contenido recipiente. Aunque también aparece en el diccionario de la Real Academia Española, zangoloteo como moverse de un lugar a otro de manera continua, expresión coloquial, moverse de un lugar sin armonía ni propósito. Como es una expresión nuestra, en homenaje a esa bailadora, que no le pregunté el nombre porque observé que el parejo era un hombre celoso, lo escribo como la escuché, sanguruteo”.
Concluyó el autor que “desde que escuché esa palabra me cautivó, me atrapó y también la imagen de la mujer que parecía tener cintura de colibrí. Pasó algún tiempo, hice los versos y como yo no tengo prisa, porque yo soy un aficionado a la música y vivo de mi profesión docente, hice las estrofas, las revisé y terminé la canción”.
Por: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
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