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Columnista - 21 abril, 2024

¡Alerta roja!

Dos conductas penales se vienen incrementando exponencialmente, y la respuesta institucional es, por decir lo menos, ineficiente y tardía. Son ellas: el feminicidio y la violencia de género...

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Dos conductas penales se vienen incrementando exponencialmente, y la respuesta institucional es, por decir lo menos, ineficiente y tardía. Son ellas: el feminicidio y la violencia de género. Ambos indudablemente relacionados entre sí. Desde la pandemia para acá, con el confinamiento, estas conductas se hicieron repetitivas. No obstante, superada la crisis sanitaria las estadísticas oficiales son

preocupantes. Pero veamos de qué conductas estamos hablando.
El artículo 2° de la Ley 1257 de 2008 establece que: “Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la acción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presenten el ámbito público o en privado”. Ahora revisemos este dato, entre el 2022 y el 2023 se registra un aumento del 17 % en los casos de violencia de género según cifras del Instituto Nacional de Salud eso equivale a 22.640 casos más (¡!).

De otra parte, el feminicidio, anclado en el artículo 104 A en cuyo tenor se expresa: “Quien causare la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde haya concurrido antecedido, o circunstancia tales como: la instrumentalización, relaciones de poder (jefe-subalterna), relación de convivencia entre otras”.

Ahora, si miramos las estadísticas el panorama es desolador toda vez que en el 2020 ocurrieron 571 casos, en el 2021, 622, y en el 2023 fueron 3.483 casos de violencia intrafamiliar.
El sonado caso de la joven Nancy Mestre, asesinada en Barranquilla por su novio Jaime Saade, es un caso excepcional donde gracias a la perseverancia del padre de la joven señor Martín Mestre, se dio captura al homicida que se encontraba huyendo en Brasil, y quien fue traído hasta aquí para que pague por el crimen que cometió y del que recibió condena. Ojalá todos los feminicidios que se cometieran en Colombia pudieran castigarse ejemplarmente, lamentablemente otra es la realidad, pues junto con el delito de violencia de género están en alerta roja.

Notas de cierre: 1. Le hacemos un respetuoso llamado al secretario de Tránsito Municipal, Alberto José Daza, para que ponga orden en la carrera 6° con calle 12 parque Novalito de esta ciudad y estudie la posibilidad de que sea en un solo sentido y se pueda circular sin problema, pues actualmente reina el desorden y el caos vehicular. 2. Las campanas de la Iglesia de la Virgen del Carmen de Pueblo Bello (Cesar) están deterioradas, por lo que debemos iniciar cuanto antes una colecta entre los feligreses para su pronta restauración.

Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]

Columnista
21 abril, 2024

¡Alerta roja!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

Dos conductas penales se vienen incrementando exponencialmente, y la respuesta institucional es, por decir lo menos, ineficiente y tardía. Son ellas: el feminicidio y la violencia de género...


Dos conductas penales se vienen incrementando exponencialmente, y la respuesta institucional es, por decir lo menos, ineficiente y tardía. Son ellas: el feminicidio y la violencia de género. Ambos indudablemente relacionados entre sí. Desde la pandemia para acá, con el confinamiento, estas conductas se hicieron repetitivas. No obstante, superada la crisis sanitaria las estadísticas oficiales son

preocupantes. Pero veamos de qué conductas estamos hablando.
El artículo 2° de la Ley 1257 de 2008 establece que: “Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la acción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presenten el ámbito público o en privado”. Ahora revisemos este dato, entre el 2022 y el 2023 se registra un aumento del 17 % en los casos de violencia de género según cifras del Instituto Nacional de Salud eso equivale a 22.640 casos más (¡!).

De otra parte, el feminicidio, anclado en el artículo 104 A en cuyo tenor se expresa: “Quien causare la muerte a una mujer, por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género o en donde haya concurrido antecedido, o circunstancia tales como: la instrumentalización, relaciones de poder (jefe-subalterna), relación de convivencia entre otras”.

Ahora, si miramos las estadísticas el panorama es desolador toda vez que en el 2020 ocurrieron 571 casos, en el 2021, 622, y en el 2023 fueron 3.483 casos de violencia intrafamiliar.
El sonado caso de la joven Nancy Mestre, asesinada en Barranquilla por su novio Jaime Saade, es un caso excepcional donde gracias a la perseverancia del padre de la joven señor Martín Mestre, se dio captura al homicida que se encontraba huyendo en Brasil, y quien fue traído hasta aquí para que pague por el crimen que cometió y del que recibió condena. Ojalá todos los feminicidios que se cometieran en Colombia pudieran castigarse ejemplarmente, lamentablemente otra es la realidad, pues junto con el delito de violencia de género están en alerta roja.

Notas de cierre: 1. Le hacemos un respetuoso llamado al secretario de Tránsito Municipal, Alberto José Daza, para que ponga orden en la carrera 6° con calle 12 parque Novalito de esta ciudad y estudie la posibilidad de que sea en un solo sentido y se pueda circular sin problema, pues actualmente reina el desorden y el caos vehicular. 2. Las campanas de la Iglesia de la Virgen del Carmen de Pueblo Bello (Cesar) están deterioradas, por lo que debemos iniciar cuanto antes una colecta entre los feligreses para su pronta restauración.

Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]