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Columnista - 30 julio, 2015

Alerta! Alerta! cesarense

Nos permitimos encabezar este articulo con el siguiente mensaje propalado por la Corporacion Autónoma del Cesar –Corpocesar- y la ONF andina respecto a un trabajo que venimos desarrollando en el departamento del Cesar sobre la destrucción de sus suelos: “La desertificación es el deterioro de los suelos fértiles de las zonas secas. Esta grave problemática […]

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Nos permitimos encabezar este articulo con el siguiente mensaje propalado por la Corporacion Autónoma del Cesar –Corpocesar- y la ONF andina respecto a un trabajo que venimos desarrollando en el departamento del Cesar sobre la destrucción de sus suelos: “La desertificación es el deterioro de los suelos fértiles de las zonas secas. Esta grave problemática afecta fuertemente a los suelos del departamento del Cesar. Para ayudarnos a luchar contra la desertificación y la sequía: (I) Inicia evitando las quemas. (II) Conservando tus bosques. (III) Sembrando árboles en tu potrero y (IV) Almacenando el agua de lluvia. No permitas que nuestro departamento se convierta en un desierto, acompáñanos en esta lucha. El Cesar hace parte del planeta. Protégelo es tu herencia”.

A este tema ya no habíamos referido nosotros de manera poética, con los siguientes versos, intitulado la violencia contra el suelo, inmerso en nuestro libro ‘La otra violencia’: Esto no es cosa de juegos / Mas bien es de educación/ De conservar nuestro suelo/ Ya basta de destrucción/ Ya basta de tanta guerra/ Que acaba el agua y el suelo/ Este es un grave problema/ Para la naturaleza es un duelo/ Con esta mala actuación/ Acabamos con los suelos/ Ya es bastante la erosión/ Tenemos que protegerlo/ Tenemos que ser previsivos/ Con las prácticas de sembrar/ Si quieres buenos cultivos/ Empecemos a rotar/ Campesino que se respete/ No se le da por quemar/ Y desyerbar con machete/ Para el suelo conservar/.

Para complementar, digamos ahora, que en el mundo avanzamos peligrosamente hacia un solo desierto y el origen de este proceso ha sido la tala irracional, una forma de cultivos y de riego mal empleados, el sobre pastoreo y el abuso en la utilización de los agroquímicos.
La contaminación con pesticidas es más que preocupante, por la aplicación masiva de insecticidas, fungicidas y herbicidas en regiones agrícolas, ha originado una severa contaminación del suelo, pero por supuesto, del aire y del agua.

En Colombia es frecuente el uso indiscriminado de plaguicidas, fungicidas, insecticidas y herbicidas, los cuales han causado y siguen causando graves estragos a los suelos y las aguas, no podemos dejar de mencionar el hecho de que actualmente se utiliza el glifosato para algunas prácticas agrícolas.
A los anteriores se suman contaminantes de los pozos sépticos, desperdicios industriales, abonos químicos, fertilizantes, contaminación por aceites, desperdicios de ganado y urbanos.

Nuestro territorio colombiano se está muriendo, obviamente que no es de muerte natural, resulta preocupante que de uno, 14 millones de kilómetros cuadrados que es la extensión del territorio nacional, 400 mil kilómetros cuadrados estén gravemente erosionados.
¡Qué lástima! La tierra es víctima de malos tratos por la intervención del hombre por lo que el hombre ha obtenido título profesional con máster y doctorado en destrucción.

Columnista
30 julio, 2015

Alerta! Alerta! cesarense

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Nos permitimos encabezar este articulo con el siguiente mensaje propalado por la Corporacion Autónoma del Cesar –Corpocesar- y la ONF andina respecto a un trabajo que venimos desarrollando en el departamento del Cesar sobre la destrucción de sus suelos: “La desertificación es el deterioro de los suelos fértiles de las zonas secas. Esta grave problemática […]


Nos permitimos encabezar este articulo con el siguiente mensaje propalado por la Corporacion Autónoma del Cesar –Corpocesar- y la ONF andina respecto a un trabajo que venimos desarrollando en el departamento del Cesar sobre la destrucción de sus suelos: “La desertificación es el deterioro de los suelos fértiles de las zonas secas. Esta grave problemática afecta fuertemente a los suelos del departamento del Cesar. Para ayudarnos a luchar contra la desertificación y la sequía: (I) Inicia evitando las quemas. (II) Conservando tus bosques. (III) Sembrando árboles en tu potrero y (IV) Almacenando el agua de lluvia. No permitas que nuestro departamento se convierta en un desierto, acompáñanos en esta lucha. El Cesar hace parte del planeta. Protégelo es tu herencia”.

A este tema ya no habíamos referido nosotros de manera poética, con los siguientes versos, intitulado la violencia contra el suelo, inmerso en nuestro libro ‘La otra violencia’: Esto no es cosa de juegos / Mas bien es de educación/ De conservar nuestro suelo/ Ya basta de destrucción/ Ya basta de tanta guerra/ Que acaba el agua y el suelo/ Este es un grave problema/ Para la naturaleza es un duelo/ Con esta mala actuación/ Acabamos con los suelos/ Ya es bastante la erosión/ Tenemos que protegerlo/ Tenemos que ser previsivos/ Con las prácticas de sembrar/ Si quieres buenos cultivos/ Empecemos a rotar/ Campesino que se respete/ No se le da por quemar/ Y desyerbar con machete/ Para el suelo conservar/.

Para complementar, digamos ahora, que en el mundo avanzamos peligrosamente hacia un solo desierto y el origen de este proceso ha sido la tala irracional, una forma de cultivos y de riego mal empleados, el sobre pastoreo y el abuso en la utilización de los agroquímicos.
La contaminación con pesticidas es más que preocupante, por la aplicación masiva de insecticidas, fungicidas y herbicidas en regiones agrícolas, ha originado una severa contaminación del suelo, pero por supuesto, del aire y del agua.

En Colombia es frecuente el uso indiscriminado de plaguicidas, fungicidas, insecticidas y herbicidas, los cuales han causado y siguen causando graves estragos a los suelos y las aguas, no podemos dejar de mencionar el hecho de que actualmente se utiliza el glifosato para algunas prácticas agrícolas.
A los anteriores se suman contaminantes de los pozos sépticos, desperdicios industriales, abonos químicos, fertilizantes, contaminación por aceites, desperdicios de ganado y urbanos.

Nuestro territorio colombiano se está muriendo, obviamente que no es de muerte natural, resulta preocupante que de uno, 14 millones de kilómetros cuadrados que es la extensión del territorio nacional, 400 mil kilómetros cuadrados estén gravemente erosionados.
¡Qué lástima! La tierra es víctima de malos tratos por la intervención del hombre por lo que el hombre ha obtenido título profesional con máster y doctorado en destrucción.