Publicidad
Categorías
Categorías
Editorial - 25 septiembre, 2018

Al César lo que es del César

Antes del próximo 29 de octubre debe concluirse el proceso de entrega del Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujo Noguera’ por parte de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) a la Alcaldía de Valledupar. No hay otra opción luego de que el Consejo de Estado ordenara la restitución del predio al municipio […]

Antes del próximo 29 de octubre debe concluirse el proceso de entrega del Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujo Noguera’ por parte de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) a la Alcaldía de Valledupar. No hay otra opción luego de que el Consejo de Estado ordenara la restitución del predio al municipio ante una demanda sobre el proceso irregular a través del cual ese predio fue entregado una entidad de derecho privado y sin ánimo de lucro.

El hecho de que ayer se haya instalado una mesa de concertación para la entrega, con comisiones de la Alcaldía de Valledupar, de la mano de la FFLV y otras entidades como el Comité de Moralidad Pública del municipio, la Personería, la Procuraduría Seccional Cesar y la Contraloría Municipal, demuestra que hay disposición para que se den acuerdos y la máxima fiesta de la ciudad no se ponga en riesgo.

Sin embargo, con sus aciertos y desaciertos, es innegable el prestigio que la FFLV ha logrado darle a la fiesta de acordeones que nació en 1968. Recordemos que solo 18 años después de la coronación del Alejo Durán, en 1986 el certamen quedó en manos de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, liderada por Consuelo Araujo Noguera, y precisamente, con la organización de la ‘Cacica’, como era conocida la exministra de Cultura, se gestionó ante el Gobierno Nacional la construcción de un escenario en el norte de Valledupar, para que el festival tuviera un sitio con capacidad para más de 20 mil espectadores, más acorde a la magnitud que estaba tomando el evento, que ya no cabía en la Plaza Alfonso López.

La propiedad del predio de 23 hectáreas, no solo es el coliseo Cacique Upar y la tarima Colacho Mendoza; es un proyecto que contempla un bosque, un museo, un lago y otros espacios que ahora le corresponde mantener a la Alcaldía de Valledupar. Ojalá que en manos de la administración municipal el escenario pueda concluirse, como lo ideó ‘La Cacica’ junto a otros soñadores. Elogiable su labor, pero el parque no es una herencia familiar, es un bien público que entrará a hacer parte del patrimonio del municipio, uno de sus más grandes tesoros, teniendo en cuenta que está enriquecido con parte de la historia de la música vallenata que allí se ha vivido y se vivirá.

Aunque la FFLV podría organizar el festival en otro lugar, como lo hacían hace más de 30 años, no imaginamos este magno-evento en un escenario distinto al Parque de la Leyenda Vallenata, que después de la mítica Plaza Alfonso López se convirtió en el templo del vallenato y hoy referente a nivel mundial.

Este vuelco puede generar incomodidades, pero las normas son para cumplirlas. A propósito, ninguna de las decisiones judiciales (Tribunal Administrativo del Cesar ni Consejo de Estado) se ha pronunciado sobre cambio alguno en cuanto a quienes deben organizar el festival.

Por lo anterior, traemos a colación la cita bíblica Mateo 22:21: “Pagad pues a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios”; una reflexión que ayuda a separar los temas terrenales de los espirituales.

Editorial
25 septiembre, 2018

Al César lo que es del César

Antes del próximo 29 de octubre debe concluirse el proceso de entrega del Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujo Noguera’ por parte de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) a la Alcaldía de Valledupar. No hay otra opción luego de que el Consejo de Estado ordenara la restitución del predio al municipio […]


Antes del próximo 29 de octubre debe concluirse el proceso de entrega del Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujo Noguera’ por parte de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) a la Alcaldía de Valledupar. No hay otra opción luego de que el Consejo de Estado ordenara la restitución del predio al municipio ante una demanda sobre el proceso irregular a través del cual ese predio fue entregado una entidad de derecho privado y sin ánimo de lucro.

El hecho de que ayer se haya instalado una mesa de concertación para la entrega, con comisiones de la Alcaldía de Valledupar, de la mano de la FFLV y otras entidades como el Comité de Moralidad Pública del municipio, la Personería, la Procuraduría Seccional Cesar y la Contraloría Municipal, demuestra que hay disposición para que se den acuerdos y la máxima fiesta de la ciudad no se ponga en riesgo.

Sin embargo, con sus aciertos y desaciertos, es innegable el prestigio que la FFLV ha logrado darle a la fiesta de acordeones que nació en 1968. Recordemos que solo 18 años después de la coronación del Alejo Durán, en 1986 el certamen quedó en manos de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, liderada por Consuelo Araujo Noguera, y precisamente, con la organización de la ‘Cacica’, como era conocida la exministra de Cultura, se gestionó ante el Gobierno Nacional la construcción de un escenario en el norte de Valledupar, para que el festival tuviera un sitio con capacidad para más de 20 mil espectadores, más acorde a la magnitud que estaba tomando el evento, que ya no cabía en la Plaza Alfonso López.

La propiedad del predio de 23 hectáreas, no solo es el coliseo Cacique Upar y la tarima Colacho Mendoza; es un proyecto que contempla un bosque, un museo, un lago y otros espacios que ahora le corresponde mantener a la Alcaldía de Valledupar. Ojalá que en manos de la administración municipal el escenario pueda concluirse, como lo ideó ‘La Cacica’ junto a otros soñadores. Elogiable su labor, pero el parque no es una herencia familiar, es un bien público que entrará a hacer parte del patrimonio del municipio, uno de sus más grandes tesoros, teniendo en cuenta que está enriquecido con parte de la historia de la música vallenata que allí se ha vivido y se vivirá.

Aunque la FFLV podría organizar el festival en otro lugar, como lo hacían hace más de 30 años, no imaginamos este magno-evento en un escenario distinto al Parque de la Leyenda Vallenata, que después de la mítica Plaza Alfonso López se convirtió en el templo del vallenato y hoy referente a nivel mundial.

Este vuelco puede generar incomodidades, pero las normas son para cumplirlas. A propósito, ninguna de las decisiones judiciales (Tribunal Administrativo del Cesar ni Consejo de Estado) se ha pronunciado sobre cambio alguno en cuanto a quienes deben organizar el festival.

Por lo anterior, traemos a colación la cita bíblica Mateo 22:21: “Pagad pues a César lo que es de César, y a Dios, lo que es de Dios”; una reflexión que ayuda a separar los temas terrenales de los espirituales.