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Columnista - 13 noviembre, 2018

Agua para los vallenatos

Aun cuando expresamente no se encuentra incluida en el catálogo de derechos fundamentales de la Constitución Política, sí en la sección de derechos sociales, económicos y culturales, la prerrogativa del agua potable, bajo la mirada de la figura jurídica del bloque de constitucionalidad, es un derecho que goza de la condición de fundamental debido a […]

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Aun cuando expresamente no se encuentra incluida en el catálogo de derechos fundamentales de la Constitución Política, sí en la sección de derechos sociales, económicos y culturales, la prerrogativa del agua potable, bajo la mirada de la figura jurídica del bloque de constitucionalidad, es un derecho que goza de la condición de fundamental debido a que está íntimamente asociado con la buena calidad de vida de los seres humanos. Su suministro, el cual por lo general está en manos de entidades públicas del orden nacional, departamental, distrital y municipal, de forma directa e indirecta, debe garantizarse como un factor esencial para la subsistencia.

Una de las demandas históricas a cargo del Estado colombiano es la de asegurar la prestación del servicio público de agua potable de forma integral y eficiente en múltiples zonas urbanas y rurales de la geografía nacional, fijar, por lo menos, las cantidades mínimas para el desarrollo de las actividades diarias de sus habitantes.

En el caso de Valledupar son muchos los corregimientos, veredas, incluso sectores del perímetro urbano, que padecen esta situación del agua potable. En la actualidad, corregimientos como Aguas Blancas, Mariangola, Los Venados, Guaimaral, El Perro, Patillal, Guacoche, El Jabo, Guacochito y barrios del área urbana como Guatapurí, Dangond, Francisco de Paula y Cinco de Enero, no cuentan con la prestación, o si cuentan, lo hacen en pésimas condiciones. En El Jabo, por ejemplo, se inauguró un acueducto de más de mil millones de pesos, allí hoy la comunidad no recibe agua potable en sus hogares porque no le hacen ningún tratamiento. Ojalá que proyectos que hoy están pendientes de materializarse como el caso de Guacoche, El Alto de la Vuelta, Guacochito y Las Raíces se concreten óptimamente.

Desde otrora, EMDUPAR S.A. E.S.P. no funciona adecuadamente por razones administrativas, operacionales, financieras y de corrupción. Nuestro anhelo fallido.

En Valledupar hace varios años venimos afrontando una crisis de gobernabilidad en el tema. Requerimos de una institucionalidad que trabaje persistentemente en la gestión del preciado líquido. Urge que desde el Gobierno Nacional, el municipio y el departamento se gesten políticas serias encaminadas a erradicar esta problemática.

Nuestras poblaciones, como es el caso de Valledupar, están creciendo a gran escala y no hay planes de contingencia en la temática del agua. Propongo que diseñemos y ejecutemos apropiadamente un plan agua que implique buena calidad y cobertura, prioricemos el gasto público social, reinventemos EMDUPAR y los ciudadanos aportemos a la preservación del agua. El agua es vital para la existencia humana, aunado a ello juega un rol importantísimo en tópicos como salud, alimentación, industria, agricultura y recreación. Asentar este servicio es sinónimo de sostenibilidad, desarrollo económico y progreso social. ¡Agua para los vallenatos!

Por Camilo Pinto -@camilopintom

Columnista
13 noviembre, 2018

Agua para los vallenatos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Camilo Pinto

Aun cuando expresamente no se encuentra incluida en el catálogo de derechos fundamentales de la Constitución Política, sí en la sección de derechos sociales, económicos y culturales, la prerrogativa del agua potable, bajo la mirada de la figura jurídica del bloque de constitucionalidad, es un derecho que goza de la condición de fundamental debido a […]


Aun cuando expresamente no se encuentra incluida en el catálogo de derechos fundamentales de la Constitución Política, sí en la sección de derechos sociales, económicos y culturales, la prerrogativa del agua potable, bajo la mirada de la figura jurídica del bloque de constitucionalidad, es un derecho que goza de la condición de fundamental debido a que está íntimamente asociado con la buena calidad de vida de los seres humanos. Su suministro, el cual por lo general está en manos de entidades públicas del orden nacional, departamental, distrital y municipal, de forma directa e indirecta, debe garantizarse como un factor esencial para la subsistencia.

Una de las demandas históricas a cargo del Estado colombiano es la de asegurar la prestación del servicio público de agua potable de forma integral y eficiente en múltiples zonas urbanas y rurales de la geografía nacional, fijar, por lo menos, las cantidades mínimas para el desarrollo de las actividades diarias de sus habitantes.

En el caso de Valledupar son muchos los corregimientos, veredas, incluso sectores del perímetro urbano, que padecen esta situación del agua potable. En la actualidad, corregimientos como Aguas Blancas, Mariangola, Los Venados, Guaimaral, El Perro, Patillal, Guacoche, El Jabo, Guacochito y barrios del área urbana como Guatapurí, Dangond, Francisco de Paula y Cinco de Enero, no cuentan con la prestación, o si cuentan, lo hacen en pésimas condiciones. En El Jabo, por ejemplo, se inauguró un acueducto de más de mil millones de pesos, allí hoy la comunidad no recibe agua potable en sus hogares porque no le hacen ningún tratamiento. Ojalá que proyectos que hoy están pendientes de materializarse como el caso de Guacoche, El Alto de la Vuelta, Guacochito y Las Raíces se concreten óptimamente.

Desde otrora, EMDUPAR S.A. E.S.P. no funciona adecuadamente por razones administrativas, operacionales, financieras y de corrupción. Nuestro anhelo fallido.

En Valledupar hace varios años venimos afrontando una crisis de gobernabilidad en el tema. Requerimos de una institucionalidad que trabaje persistentemente en la gestión del preciado líquido. Urge que desde el Gobierno Nacional, el municipio y el departamento se gesten políticas serias encaminadas a erradicar esta problemática.

Nuestras poblaciones, como es el caso de Valledupar, están creciendo a gran escala y no hay planes de contingencia en la temática del agua. Propongo que diseñemos y ejecutemos apropiadamente un plan agua que implique buena calidad y cobertura, prioricemos el gasto público social, reinventemos EMDUPAR y los ciudadanos aportemos a la preservación del agua. El agua es vital para la existencia humana, aunado a ello juega un rol importantísimo en tópicos como salud, alimentación, industria, agricultura y recreación. Asentar este servicio es sinónimo de sostenibilidad, desarrollo económico y progreso social. ¡Agua para los vallenatos!

Por Camilo Pinto -@camilopintom