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Columnista - 7 junio, 2021

Agua de sal

Me encontraba padeciendo de una fuerte congestión nasal cuando me enteré que las gotas de un producto denominado Allerzitina eran la cura o alivio para ese inconveniente. Por ser este un sufrimiento crónico ya conocía ese nombre y pedí a la farmacia que me enviaran un frasquito.  Conocía que la Allerzitina (nombre comercial) es un […]

Me encontraba padeciendo de una fuerte congestión nasal cuando me enteré que las gotas de un producto denominado Allerzitina eran la cura o alivio para ese inconveniente. Por ser este un sufrimiento crónico ya conocía ese nombre y pedí a la farmacia que me enviaran un frasquito. 

Conocía que la Allerzitina (nombre comercial) es un compuesto farmacéutico de ceterizina y me dije santo remedio, este sí va a ser lo que me saca de esta incomodidad y pensaba en lo milagroso que debía ser aplicada en aspersión en las fosas nasales la ya conocida Allerzitina, y así lo digo porque conozco un producto en grageas con ese nombre; me dije: si funciona ingerido debe también ser una gran cosa en aplicación nasal. Es decir, porque pensaba que era Allerzitina, que es como ya se dijo ceterizina, un milagroso medicamento para las alergias de diversos orígenes. 

Llega el mensajero o domiciliario, como ahora se conocen, entrega la droga y yo que sin excepción miro varias veces la información sobre estas antes de usarlas, busco en la cajita a ver qué contiene el “spray nasal”,   y veo que es de Abbott, un laboratorio con nombre que genera confianza. Pero sigo hurgando porque quiero algo que me lleve a que eso que me voy a aplicar en las fosas nasales tenga que ver con la ya conocida Allerzitina, cuyo principio activo es, repito, la ceterizina y entonces  leo en la composición, es decir, los ingredientes: cada mililitro de solución contiene cloruro de sodio 6.5 mg, es decir, agua de sal, nada más ni nada menos. Me dije: no puede ser que Abbott me esté vendiendo un frasquito de agua de sal  con un nombre raro por más de veinte mil pesos.

Para mí es una inducción engañosa que mediando un nombre conocido y cuyos componentes ya se ha dicho cuáles son, termine uno comprando a precio de oro lo que las abuelas, las de antes, llamaban monda y lirondamente “agua de sal”

Es un engaño, forma poco ética  de mercadeo; me pregunto si solo será en la presunta Allerzitina de Abbott; lo cierto es que terminé comprando cloruro de sodio disuelto en agua, es decir, la universalmente conocida, desde tiempos inmemoriales, como “agua de sal”. Un frasquito con gotero o spray por más de veinte mil pesos y aquí lo del dinero es lo de menos.

Todavía no logro entender: cómo es posible que anuncien un fármaco que con el nombre de Allerzitina, que es una marca registrada, termine siendo agua de sal o, dicho de otra manera, solución de cloruro de sodio en agua. A mí que me lo expliquen. 

He quedado muy inquieto por lo que esto puede significar. No me interesa si alguien quiera comprar agua de sal a precio de oro, pero que sepa con claridad  de entrada que está comprando agua de sal. 

No entiendo mucho de mercadeo pero no creo que mercadear sea engañar o confundir, ¿o sí?  No me parece aceptable que un laboratorio, que creo serio, haga una maniobra de esas para vender agua de sal con nombre de medicina de marca.

Se considera engañosa toda información contenida en la propaganda comercial, marca o leyenda, incluida la presentación del producto, que de cualquier manera induzca a error o pueda inducir a error a los consumidores o personas a las que se dirige y que puede afectar su comportamiento económico.

Me van a decir que formule una queja a la Superintendencia de Salud y eso no va a suceder pero lo que sí es que aumentan mi grado de prevención y mis reservas. Hay que tener cuidado.

Columnista
7 junio, 2021

Agua de sal

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime García Chadid.

Me encontraba padeciendo de una fuerte congestión nasal cuando me enteré que las gotas de un producto denominado Allerzitina eran la cura o alivio para ese inconveniente. Por ser este un sufrimiento crónico ya conocía ese nombre y pedí a la farmacia que me enviaran un frasquito.  Conocía que la Allerzitina (nombre comercial) es un […]


Me encontraba padeciendo de una fuerte congestión nasal cuando me enteré que las gotas de un producto denominado Allerzitina eran la cura o alivio para ese inconveniente. Por ser este un sufrimiento crónico ya conocía ese nombre y pedí a la farmacia que me enviaran un frasquito. 

Conocía que la Allerzitina (nombre comercial) es un compuesto farmacéutico de ceterizina y me dije santo remedio, este sí va a ser lo que me saca de esta incomodidad y pensaba en lo milagroso que debía ser aplicada en aspersión en las fosas nasales la ya conocida Allerzitina, y así lo digo porque conozco un producto en grageas con ese nombre; me dije: si funciona ingerido debe también ser una gran cosa en aplicación nasal. Es decir, porque pensaba que era Allerzitina, que es como ya se dijo ceterizina, un milagroso medicamento para las alergias de diversos orígenes. 

Llega el mensajero o domiciliario, como ahora se conocen, entrega la droga y yo que sin excepción miro varias veces la información sobre estas antes de usarlas, busco en la cajita a ver qué contiene el “spray nasal”,   y veo que es de Abbott, un laboratorio con nombre que genera confianza. Pero sigo hurgando porque quiero algo que me lleve a que eso que me voy a aplicar en las fosas nasales tenga que ver con la ya conocida Allerzitina, cuyo principio activo es, repito, la ceterizina y entonces  leo en la composición, es decir, los ingredientes: cada mililitro de solución contiene cloruro de sodio 6.5 mg, es decir, agua de sal, nada más ni nada menos. Me dije: no puede ser que Abbott me esté vendiendo un frasquito de agua de sal  con un nombre raro por más de veinte mil pesos.

Para mí es una inducción engañosa que mediando un nombre conocido y cuyos componentes ya se ha dicho cuáles son, termine uno comprando a precio de oro lo que las abuelas, las de antes, llamaban monda y lirondamente “agua de sal”

Es un engaño, forma poco ética  de mercadeo; me pregunto si solo será en la presunta Allerzitina de Abbott; lo cierto es que terminé comprando cloruro de sodio disuelto en agua, es decir, la universalmente conocida, desde tiempos inmemoriales, como “agua de sal”. Un frasquito con gotero o spray por más de veinte mil pesos y aquí lo del dinero es lo de menos.

Todavía no logro entender: cómo es posible que anuncien un fármaco que con el nombre de Allerzitina, que es una marca registrada, termine siendo agua de sal o, dicho de otra manera, solución de cloruro de sodio en agua. A mí que me lo expliquen. 

He quedado muy inquieto por lo que esto puede significar. No me interesa si alguien quiera comprar agua de sal a precio de oro, pero que sepa con claridad  de entrada que está comprando agua de sal. 

No entiendo mucho de mercadeo pero no creo que mercadear sea engañar o confundir, ¿o sí?  No me parece aceptable que un laboratorio, que creo serio, haga una maniobra de esas para vender agua de sal con nombre de medicina de marca.

Se considera engañosa toda información contenida en la propaganda comercial, marca o leyenda, incluida la presentación del producto, que de cualquier manera induzca a error o pueda inducir a error a los consumidores o personas a las que se dirige y que puede afectar su comportamiento económico.

Me van a decir que formule una queja a la Superintendencia de Salud y eso no va a suceder pero lo que sí es que aumentan mi grado de prevención y mis reservas. Hay que tener cuidado.