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Sin categoría - 15 febrero, 2018

Agricultura protegida con hortalizas de clima cálido

El proyecto de Corpoica y cooperación internacional tiene una inversión total de 1.645.631 dólares, de los cuales 400.000 dólares corresponden a recursos internacionales del Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria.

A través de una alianza de cuatro países: Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, Corpoica trabajará en la agricultura protegida con hortalizas de clima cálido.
A través de una alianza de cuatro países: Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, Corpoica trabajará en la agricultura protegida con hortalizas de clima cálido.
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Con una alianza de cuatro países: Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, firmó un convenio que será financiado por recursos internacionales de Fontagro para la agricultura protegida con hortalizas de clima cálido.

El objetivo del convenio es contribuir al mejoramiento de la competitividad de los sistemas hortícolas de la agricultura familiar, a través de innovaciones tecnológicas para la producción de hortalizas utilizando diferentes tipos de infraestructura, donde se evaluará la producción de diversas especies bajo estas condiciones protegidas, buscando reducir la vulnerabilidad al cambio climático.

“Con esta cooperación técnica se busca fortalecer la agricultura familiar en la producción de hortalizas en la región Caribe de Colombia, la cual se caracteriza por una producción tradicional de campo abierto, altamente vulnerable a altas temperaturas, sequías, inundaciones, entre otras condiciones ambientales desfavorables; poco tecnificada y carente de enfoque empresarial”, explicó el investigador Máster Senior de Corpoica y líder articulador del proyecto con los demás países, Jorge Jaramillo Noreña.

El proyecto tiene una inversión total de 1.645.631 dólares, de los cuales 400.000 dólares corresponden a recursos internacionales del Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria, Fontagro, para los cuatro países y el resto de los fondos será el valor total de los aportes en especie de las instituciones participantes.

La iniciativa tendrá una duración de tres años y se llevará a cabo en el Centro de Investigación Caribia en el departamento del Magdalena, donde se evaluarán diferentes infraestructuras para la producción intensiva de hortalizas bajo condiciones protegidas, el desempeño agronómico de los cultivos bajo estas condiciones, la viabilidad económica de su implementación y la transferencia de esta tecnología a los productores de la región.

“Los beneficiados con este proyecto y la adopción de la oferta tecnológica generada serán los pequeños y medianos productores de hortalizas del Caribe seco colombiano, así como también los asistentes técnicos agropecuarios, estudiantes de ingeniería agronómica y aprendices SENA de los técnicos y tecnólogos de áreas afines al sector agropecuario”, asegura el investigador máster de Corpoica, Rommel Igor León.

En el marco de este convenio, Corpoica trabajará en alianza con el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá, el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria. Además, contará con el apoyo, acompañamiento y asesoría de instituciones de amplia experiencia y trayectoria en el desarrollo, ajuste e implementación de estas tecnologías como el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de España y el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal de México.

Actualmente, la producción de hortalizas en la región Caribe está adquiriendo gran importancia, debido principalmente al aumento del consumo y la reconversión de los cultivos transitorios tradicionalmente sembrados en la zona como el maíz y el algodón, principalmente, los cuales vienen siendo ocupados por especies hortícolas como: la berenjena, el ají dulce, la ahuyama y la habichuela larga, lo cual puede entenderse como una oportunidad para contribuir a la seguridad alimentaria y oportunidades de mercado local y de exportación, debido a la cercanía con los puertos.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN

Sin categoría
15 febrero, 2018

Agricultura protegida con hortalizas de clima cálido

El proyecto de Corpoica y cooperación internacional tiene una inversión total de 1.645.631 dólares, de los cuales 400.000 dólares corresponden a recursos internacionales del Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria.


A través de una alianza de cuatro países: Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, Corpoica trabajará en la agricultura protegida con hortalizas de clima cálido.
A través de una alianza de cuatro países: Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, Corpoica trabajará en la agricultura protegida con hortalizas de clima cálido.
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Con una alianza de cuatro países: Colombia, Panamá, República Dominicana y Costa Rica, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, firmó un convenio que será financiado por recursos internacionales de Fontagro para la agricultura protegida con hortalizas de clima cálido.

El objetivo del convenio es contribuir al mejoramiento de la competitividad de los sistemas hortícolas de la agricultura familiar, a través de innovaciones tecnológicas para la producción de hortalizas utilizando diferentes tipos de infraestructura, donde se evaluará la producción de diversas especies bajo estas condiciones protegidas, buscando reducir la vulnerabilidad al cambio climático.

“Con esta cooperación técnica se busca fortalecer la agricultura familiar en la producción de hortalizas en la región Caribe de Colombia, la cual se caracteriza por una producción tradicional de campo abierto, altamente vulnerable a altas temperaturas, sequías, inundaciones, entre otras condiciones ambientales desfavorables; poco tecnificada y carente de enfoque empresarial”, explicó el investigador Máster Senior de Corpoica y líder articulador del proyecto con los demás países, Jorge Jaramillo Noreña.

El proyecto tiene una inversión total de 1.645.631 dólares, de los cuales 400.000 dólares corresponden a recursos internacionales del Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria, Fontagro, para los cuatro países y el resto de los fondos será el valor total de los aportes en especie de las instituciones participantes.

La iniciativa tendrá una duración de tres años y se llevará a cabo en el Centro de Investigación Caribia en el departamento del Magdalena, donde se evaluarán diferentes infraestructuras para la producción intensiva de hortalizas bajo condiciones protegidas, el desempeño agronómico de los cultivos bajo estas condiciones, la viabilidad económica de su implementación y la transferencia de esta tecnología a los productores de la región.

“Los beneficiados con este proyecto y la adopción de la oferta tecnológica generada serán los pequeños y medianos productores de hortalizas del Caribe seco colombiano, así como también los asistentes técnicos agropecuarios, estudiantes de ingeniería agronómica y aprendices SENA de los técnicos y tecnólogos de áreas afines al sector agropecuario”, asegura el investigador máster de Corpoica, Rommel Igor León.

En el marco de este convenio, Corpoica trabajará en alianza con el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá, el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales y el Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria. Además, contará con el apoyo, acompañamiento y asesoría de instituciones de amplia experiencia y trayectoria en el desarrollo, ajuste e implementación de estas tecnologías como el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de España y el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal de México.

Actualmente, la producción de hortalizas en la región Caribe está adquiriendo gran importancia, debido principalmente al aumento del consumo y la reconversión de los cultivos transitorios tradicionalmente sembrados en la zona como el maíz y el algodón, principalmente, los cuales vienen siendo ocupados por especies hortícolas como: la berenjena, el ají dulce, la ahuyama y la habichuela larga, lo cual puede entenderse como una oportunidad para contribuir a la seguridad alimentaria y oportunidades de mercado local y de exportación, debido a la cercanía con los puertos.

Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN