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Columnista - 23 agosto, 2023

Agenda antiatentados del presidente Petro

Estos mismos actores del legislativo se atreven a recapitular y recordar que en 2020 el hoy jefe de Estado fue diagnosticado con cáncer de esófago, pero poco después fue sometido a una exitosa intervención quirúrgica en Cuba, donde los especialistas de la isla lograron erradicar la enfermedad con endoscopia y barrido de celulas cancerígenas. 

La falta de puntualidad del presidente Gustavo Petro a importantes eventos de su agenda de Gobierno, muchos la asocian con un esquema de inteligencia para evadir cualquier atentado criminal, llegando tarde o no llegando, argumento al que le restan credibilidad parlamentarios del Centro Democrático y Cambio Radical, a juzgar por la solicitud hecha al Senado de la República para que se realice una junta médica que determine el estado de salud del mandatario.

Estos mismos actores del legislativo se atreven a recapitular y recordar que en 2020 el hoy jefe de Estado fue diagnosticado con cáncer de esófago, pero poco después fue sometido a una exitosa intervención quirúrgica en Cuba, donde los especialistas de la isla lograron erradicar la enfermedad con endoscopia y barrido de celulas cancerígenas. 

Sin embargo, ante las constantes ausencias del jefe de Estado a eventos como el diálogo social por la seguridad, la paz y la vida, en Cartagena y al Congreso de la Andi, donde las comunicaciones de la Presidencia no emitieron una justificación de su falta, llevó a que los congresistas de estas bancadas formularan dicha solicitud.

Y no es cobardía, es instinto de preservación, como dijera Goldsmith: “Aquel que pelea y se escapa, puede luchar otra etapa, y el que muere en la batalla, por siempre su vida calla”, pero es más asertivo el nobel de la literatura colombiana, Gabriel García Márquez, cuando afirma que no hay victoria mayor que la de estar vivo. En contraposición podemos decir que no hay fracaso mayor que el de estar muerto.

Contradictores de la línea más radical, graduados en saberlo todo, porque nunca lo han hecho, hablan de un gobierno plagado de incertidumbres, porque no pone en bandeja de plata la cabeza del presidente Petro, cuyo sistema de escoltas ha demostrado un buen blindaje aprobando el examen, aunque la mayor seguridad está en hacer lo bueno, pero cuántas personas que obran con justicia social, benefactoras, filantrópicas, defensoras de los derechos humanos, altruistas, carismáticas y de buen corazón no han caído abatidas en medio de las ráfagas disparadas por el odio, la envidia, la intolerancia y la sinrazón?, hechos que no van más allá de un Consejo de Seguridad reactivo y de los linderos del olvido y la impunidad.

Cuando el olvido borra las letras, enmudecen los recuerdos, hasta se olvidan del muerto con todos sus pergaminos, atinó a resumir en una de sus obras bestseller el guatemalteco, Miguel Angel Asturias, también premio Nobel latinoamericano. Entonces, es mejor un presidente vivo que pueda ejecutar su cuatrienio de gobierno con agendas aterrizadas y tangibles, que repetir la historia de Juan el Bautista, decapitado por el rey Herodes por capricho de Salomé, en este caso por la ferocidad y la intransigencia que revela incapacidad, pero no sugiere soluciones.

Luego el tema no es de salud sino de seguridad, en el que no es bisoño el jefe de Estado, secundado por estrategas de mil batallas, avezados en espionaje, drones e interceptaciones telefónicas, para no ser carne de cañón de mercenarios transnacionales, y consciente de la sentencia y buen consejo del padre de la patria Simón Bolívar: “No le temas al enemigo que no conoces, témele al envidioso que conoces”.

Por Miguel Aroca Yepes.

Columnista
23 agosto, 2023

Agenda antiatentados del presidente Petro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

Estos mismos actores del legislativo se atreven a recapitular y recordar que en 2020 el hoy jefe de Estado fue diagnosticado con cáncer de esófago, pero poco después fue sometido a una exitosa intervención quirúrgica en Cuba, donde los especialistas de la isla lograron erradicar la enfermedad con endoscopia y barrido de celulas cancerígenas. 


La falta de puntualidad del presidente Gustavo Petro a importantes eventos de su agenda de Gobierno, muchos la asocian con un esquema de inteligencia para evadir cualquier atentado criminal, llegando tarde o no llegando, argumento al que le restan credibilidad parlamentarios del Centro Democrático y Cambio Radical, a juzgar por la solicitud hecha al Senado de la República para que se realice una junta médica que determine el estado de salud del mandatario.

Estos mismos actores del legislativo se atreven a recapitular y recordar que en 2020 el hoy jefe de Estado fue diagnosticado con cáncer de esófago, pero poco después fue sometido a una exitosa intervención quirúrgica en Cuba, donde los especialistas de la isla lograron erradicar la enfermedad con endoscopia y barrido de celulas cancerígenas. 

Sin embargo, ante las constantes ausencias del jefe de Estado a eventos como el diálogo social por la seguridad, la paz y la vida, en Cartagena y al Congreso de la Andi, donde las comunicaciones de la Presidencia no emitieron una justificación de su falta, llevó a que los congresistas de estas bancadas formularan dicha solicitud.

Y no es cobardía, es instinto de preservación, como dijera Goldsmith: “Aquel que pelea y se escapa, puede luchar otra etapa, y el que muere en la batalla, por siempre su vida calla”, pero es más asertivo el nobel de la literatura colombiana, Gabriel García Márquez, cuando afirma que no hay victoria mayor que la de estar vivo. En contraposición podemos decir que no hay fracaso mayor que el de estar muerto.

Contradictores de la línea más radical, graduados en saberlo todo, porque nunca lo han hecho, hablan de un gobierno plagado de incertidumbres, porque no pone en bandeja de plata la cabeza del presidente Petro, cuyo sistema de escoltas ha demostrado un buen blindaje aprobando el examen, aunque la mayor seguridad está en hacer lo bueno, pero cuántas personas que obran con justicia social, benefactoras, filantrópicas, defensoras de los derechos humanos, altruistas, carismáticas y de buen corazón no han caído abatidas en medio de las ráfagas disparadas por el odio, la envidia, la intolerancia y la sinrazón?, hechos que no van más allá de un Consejo de Seguridad reactivo y de los linderos del olvido y la impunidad.

Cuando el olvido borra las letras, enmudecen los recuerdos, hasta se olvidan del muerto con todos sus pergaminos, atinó a resumir en una de sus obras bestseller el guatemalteco, Miguel Angel Asturias, también premio Nobel latinoamericano. Entonces, es mejor un presidente vivo que pueda ejecutar su cuatrienio de gobierno con agendas aterrizadas y tangibles, que repetir la historia de Juan el Bautista, decapitado por el rey Herodes por capricho de Salomé, en este caso por la ferocidad y la intransigencia que revela incapacidad, pero no sugiere soluciones.

Luego el tema no es de salud sino de seguridad, en el que no es bisoño el jefe de Estado, secundado por estrategas de mil batallas, avezados en espionaje, drones e interceptaciones telefónicas, para no ser carne de cañón de mercenarios transnacionales, y consciente de la sentencia y buen consejo del padre de la patria Simón Bolívar: “No le temas al enemigo que no conoces, témele al envidioso que conoces”.

Por Miguel Aroca Yepes.