El 60 % de las tierras en Colombia no están formalizadas, son ocupadas en unos casos por personas de buena fe y en otros por personas avivatas que a sabiendas que no son dueñas de la tierra la habitan sin ningún lazo de formalidad. Ese panorama no es diferente en el departamento del Cesar, donde […]
El 60 % de las tierras en Colombia no están formalizadas, son ocupadas en unos casos por personas de buena fe y en otros por personas avivatas que a sabiendas que no son dueñas de la tierra la habitan sin ningún lazo de formalidad.
Ese panorama no es diferente en el departamento del Cesar, donde el porcentaje es similar al nacional. Más del 50 % de la tierra necesita que la legalicen no por capricho del Gobierno Nacional, sino porque solo así pueden recibir la atención competente para que se el anhelado desarrollo rural sea una realidad.
El Incora y luego el Incoder trataron por años de hacer este trabajo, pero desfallecieron en el intento, su capacidad administrativa no fue suficiente y hoy ésta última entidad está en proceso de liquidación para darle paso a una nueva estructura. Se trata de la Agencia Nacional de Tierras, que nació a través de la Ley 1753 de 2015 y reglamentada por el Decreto 2363 del mismo año, que determina a la Agencia como la máxima autoridad de las tierras en el país, con el principal propósito de ejecutar la política de ordenamiento social de la propiedad rural formulada por Ministerio Agricultura y Desarrollo Rural, para lo cual deberá gestionar el acceso a la tierra a como factor productivo, lograr la seguridad jurídica ésta, promover su uso en cumplimiento de la función social la propiedad y administrar y disponer los predios rurales de propiedad de la Nación.
En palabras de su director Miguel Samper, la Agencia no trabajará desde las oficinas, sino en terreno, vereda por vereda, confirmando la propiedad y legalizando la tierra a su verdadero dueño. La estructura para que esta nueva entidad si funciones y no se vaya por el camino del fracaso es su capacidad de resolver en terreno las situaciones que encuentren relacionadas con la propiedad, pero también tendrá bajo su administración los baldíos y los proyectos que llevarán desarrollo al campo. En fin, esta Agencia promete ser la medicina que necesitaba hace rato el problema de la tierra, especialmente con miras a un postconflicto, en el que la tierra jugará un papel fundamental.
Para comenzar en el Cesar tiene bastante trabajo y dificultades, especialmente con la propiedad que está en zonas de reserva forestal, incluidas tierras que son reclamadas por sus dueños despojados. Aunque aún no ha desplegado sus alas a las regiones, la recién creada Agencia Nacional de Tierras que apenas lleva unos meses de gestión, tiene un reto bastante grande. Éxitos en su labor.
El 60 % de las tierras en Colombia no están formalizadas, son ocupadas en unos casos por personas de buena fe y en otros por personas avivatas que a sabiendas que no son dueñas de la tierra la habitan sin ningún lazo de formalidad. Ese panorama no es diferente en el departamento del Cesar, donde […]
El 60 % de las tierras en Colombia no están formalizadas, son ocupadas en unos casos por personas de buena fe y en otros por personas avivatas que a sabiendas que no son dueñas de la tierra la habitan sin ningún lazo de formalidad.
Ese panorama no es diferente en el departamento del Cesar, donde el porcentaje es similar al nacional. Más del 50 % de la tierra necesita que la legalicen no por capricho del Gobierno Nacional, sino porque solo así pueden recibir la atención competente para que se el anhelado desarrollo rural sea una realidad.
El Incora y luego el Incoder trataron por años de hacer este trabajo, pero desfallecieron en el intento, su capacidad administrativa no fue suficiente y hoy ésta última entidad está en proceso de liquidación para darle paso a una nueva estructura. Se trata de la Agencia Nacional de Tierras, que nació a través de la Ley 1753 de 2015 y reglamentada por el Decreto 2363 del mismo año, que determina a la Agencia como la máxima autoridad de las tierras en el país, con el principal propósito de ejecutar la política de ordenamiento social de la propiedad rural formulada por Ministerio Agricultura y Desarrollo Rural, para lo cual deberá gestionar el acceso a la tierra a como factor productivo, lograr la seguridad jurídica ésta, promover su uso en cumplimiento de la función social la propiedad y administrar y disponer los predios rurales de propiedad de la Nación.
En palabras de su director Miguel Samper, la Agencia no trabajará desde las oficinas, sino en terreno, vereda por vereda, confirmando la propiedad y legalizando la tierra a su verdadero dueño. La estructura para que esta nueva entidad si funciones y no se vaya por el camino del fracaso es su capacidad de resolver en terreno las situaciones que encuentren relacionadas con la propiedad, pero también tendrá bajo su administración los baldíos y los proyectos que llevarán desarrollo al campo. En fin, esta Agencia promete ser la medicina que necesitaba hace rato el problema de la tierra, especialmente con miras a un postconflicto, en el que la tierra jugará un papel fundamental.
Para comenzar en el Cesar tiene bastante trabajo y dificultades, especialmente con la propiedad que está en zonas de reserva forestal, incluidas tierras que son reclamadas por sus dueños despojados. Aunque aún no ha desplegado sus alas a las regiones, la recién creada Agencia Nacional de Tierras que apenas lleva unos meses de gestión, tiene un reto bastante grande. Éxitos en su labor.