“Se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Isaías 9,6 Ad portas de los próximos comicios y al filo de la oportunidad, necesitamos más que nunca del consejo sabio de nuestro Admirable Consejero para que nos guíe a escoger la mejor opción presidencial. La situación de Isaías, muy parecida a […]
“Se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Isaías 9,6
Ad portas de los próximos comicios y al filo de la oportunidad, necesitamos más que nunca del consejo sabio de nuestro Admirable Consejero para que nos guíe a escoger la mejor opción presidencial.
La situación de Isaías, muy parecida a la nuestra, introduce esa conocida designación profética al Mesías. Estaba anunciando a aquel que vendría como respuesta a los problemas de Israel en un momento de gran turbación. Había la necesidad de un rey que no solo gobernara con poder, sino que pudiera dar sabio consejo a situaciones complicadas y propusiera alternativas de solución.
La mayoría de nosotros podemos identificarnos con esos sentimientos de frustración. Periódicamente, todos nos topamos con problemas y necesitamos ayuda para resolverlos. Aprecio y respeto la decisión de cada persona en la escogencia del candidato de sus afectos, solamente sugiero que lo haga en consulta con el Consejero Divino.
Hacer realidad ese título de Jesús, es enfrentarse a las actividades del día con el maravilloso discernimiento que fluye de su presencia. Debido a que Cristo ve todo lo que hay que ver, su consejo e instrucción, su enseñanza y dirección es lo que necesitamos para navegar por el laberinto de las circunstancias que nos ha tocado vivir.
Amados amigos: Debemos aprender a escuchar el consejo y la dirección de Dios. Si lo que oímos en nuestro corazón es verdaderamente de Dios y no es la voz de la venganza y la malquerencia, podemos descansar seguros en su sabio consejo y dirección. Proverbios dice que, los pensamientos se ordenan con el consejo y con dirección sabia se hace la guerra.
Con frecuencia perdemos la calma y soportamos dolor innecesario, porque no llevamos todo a Dios en oración. Oremos para que tengamos un presidente con temor de Dios. Que honre su Palabra y respete sus principios. Que valore la familia, piense en el pobre, ayude al extranjero y atienda al huérfano y la viuda. Que no robe, mienta ni engañe. Que no profane el nombre de nuestro Dios, no soborne, oprima a su prójimo ni retenga el salario del jornalero. Que no cometa injusticias en los juicios.
Esto nos lleva de manera urgente a pasar un tiempo a solas con Dios, anticipándonos en oración y buscando su discernimiento para estar al tanto de sus designios.
Nos guste o no, el momento de Colombia es este. Debemos ser sabios para elegir haciendo uso de nuestro libre albedrío y voluntad racional, siempre confiando en Dios.
No hay indicios que la ayuda pueda venir de otro sitio distinto de la gracia y el favor de Dios. Dios es quien muda los tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos.
¡Votemos! ¡Feliz jornada electoral!
“Se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Isaías 9,6 Ad portas de los próximos comicios y al filo de la oportunidad, necesitamos más que nunca del consejo sabio de nuestro Admirable Consejero para que nos guíe a escoger la mejor opción presidencial. La situación de Isaías, muy parecida a […]
“Se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Isaías 9,6
Ad portas de los próximos comicios y al filo de la oportunidad, necesitamos más que nunca del consejo sabio de nuestro Admirable Consejero para que nos guíe a escoger la mejor opción presidencial.
La situación de Isaías, muy parecida a la nuestra, introduce esa conocida designación profética al Mesías. Estaba anunciando a aquel que vendría como respuesta a los problemas de Israel en un momento de gran turbación. Había la necesidad de un rey que no solo gobernara con poder, sino que pudiera dar sabio consejo a situaciones complicadas y propusiera alternativas de solución.
La mayoría de nosotros podemos identificarnos con esos sentimientos de frustración. Periódicamente, todos nos topamos con problemas y necesitamos ayuda para resolverlos. Aprecio y respeto la decisión de cada persona en la escogencia del candidato de sus afectos, solamente sugiero que lo haga en consulta con el Consejero Divino.
Hacer realidad ese título de Jesús, es enfrentarse a las actividades del día con el maravilloso discernimiento que fluye de su presencia. Debido a que Cristo ve todo lo que hay que ver, su consejo e instrucción, su enseñanza y dirección es lo que necesitamos para navegar por el laberinto de las circunstancias que nos ha tocado vivir.
Amados amigos: Debemos aprender a escuchar el consejo y la dirección de Dios. Si lo que oímos en nuestro corazón es verdaderamente de Dios y no es la voz de la venganza y la malquerencia, podemos descansar seguros en su sabio consejo y dirección. Proverbios dice que, los pensamientos se ordenan con el consejo y con dirección sabia se hace la guerra.
Con frecuencia perdemos la calma y soportamos dolor innecesario, porque no llevamos todo a Dios en oración. Oremos para que tengamos un presidente con temor de Dios. Que honre su Palabra y respete sus principios. Que valore la familia, piense en el pobre, ayude al extranjero y atienda al huérfano y la viuda. Que no robe, mienta ni engañe. Que no profane el nombre de nuestro Dios, no soborne, oprima a su prójimo ni retenga el salario del jornalero. Que no cometa injusticias en los juicios.
Esto nos lleva de manera urgente a pasar un tiempo a solas con Dios, anticipándonos en oración y buscando su discernimiento para estar al tanto de sus designios.
Nos guste o no, el momento de Colombia es este. Debemos ser sabios para elegir haciendo uso de nuestro libre albedrío y voluntad racional, siempre confiando en Dios.
No hay indicios que la ayuda pueda venir de otro sitio distinto de la gracia y el favor de Dios. Dios es quien muda los tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos.
¡Votemos! ¡Feliz jornada electoral!