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Columnista - 12 abril, 2010

Acotaciones de un conversatorio vallenato

EL TINAJERO Por: José Atuesta Mindiola En la revista del Festival Vallenato  42,  es decir el de 2009, entre  las paginas 54 al 62 se publica un conversatorio, “El vallenato tras las huellas de los juglares”, realizado el 3 de abril de 2001 en el Teatro ‘Jorge Eliecer Gaitán’ de Bogotá, con la participación de […]

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EL TINAJERO
Por: José Atuesta Mindiola

En la revista del Festival Vallenato  42,  es decir el de 2009, entre  las paginas 54 al 62 se publica un conversatorio, “El vallenato tras las huellas de los juglares”, realizado el 3 de abril de 2001 en el Teatro ‘Jorge Eliecer Gaitán’ de Bogotá, con la participación de Consuelo Araujonoguera, Alfonso López Michelsen, Juan Gossaín y Rafael Escalona.
De ese  conversatorio he seleccionado algunas acotaciones que son referentes para ampliar los conocimientos que se tienen sobre la música vallenata.  La primera acotación es cómo Consuelo concebía la presencia inicial del acordeón en la región. “..Yo tengo en mi mente la película de cómo se metió el acordeón. Yo me imagino: llegan los marinos en barcos procedentes de La Haya, a comerciar con Riohacha las perlas, la sal, el dividivi. Esos marinos llegaban  a los burdeles  de Riohacha,… y allí con sus acordeones tocaban polcas.  De hecho, Francisco Moscote (Francisco “El Hombre”), “Chico” Bolaño y  Juan Muñoz tocaron polcas, fox trot, valses y otros aires europeos. Esta música del sur de Italia y de algunos poblados de Francia  la tocaron nuestros campesinos  cuando empezaron a  desentrañar los secretos del acordeón”.
A lo que Juan Gossaín, agrega. …. “Yo diría Consuelo, que lo más bello hubiera sido lo contrario. Es decir, que ese marinero holandés hubiera aprendido en el bar de Riohacha, el canto de vaquería y después lo hubiera tocado con su acordeón.  Me hubiera gustado más que el vallenato hubiera insuflado al acordeón y no al revés”.

El maestro Rafael Escalona, interviene: “Antes de que llegara el acordeón, lo que existía era el carrizo y la tambora. El tambor, como ustedes saben, ha funcionado en la historia de la humanidad como un telégrafo. Eso está escrito hasta en la Biblia…  En las casas de la gente rica se tocaba polca,  y guitarra, porque los españoles impusieron los caracteres folclóricos de su tierra. La exploración del acordeón empezó  en las manos del pueblo. Desde Mompox, Plato y Barranquilla iba gente a Riohacha en arreas de mulas para conseguir baratijas que llegaban de Aruba. En uno de esos viajes encontraron el acordeón  y lo embarcaron en sus arreas de mulas, y así, empezó a regarse por la provincia”.
Un hombre del público, interviene: “perdón, pido la palabra para decirle  a Consuelo que yo creo que el trabajo más serio que se ha escrito en el vallenato es el de Tomás Darío Gutiérrez y no he visto que  se le tenga en cuenta en estas reflexiones. En esa investigación el autor plantea que  la puya fue el primer  ritmo que se conoció.
Y Consuelo, responde: “yo no comparto esa afirmación. El acordeón es un instrumento sumamente difícil, con su cantidad de botones en los pitos y los bajos. Y fue más difícil aún para  los primeros que aprendieron a tocarlo. Entonces, a mí no me va a convencer  nadie de que los primeros juglares aprendieron a tocar puya, que es la más complicado, antes que el son”.
Creemos necesario resaltar esta opinión de Consuelo, porque son muchos los eruditos y los aficionados de la historia del  canto vallenato que coinciden con Consuelo, que la puya no fue el primer aire vallenato. La  esencia del vallenato son los aires de paseo y merengue. Uno de los grandes juglares del canto vallenato fue Emiliano Zuleta Baquero y  a él se le conoce por estos dos aires. El maestro de maestros del vallenato-vallenato,  Luis Enrique Martínez, dejó su escuela en paseos y merengues. Los Hermanos Zuleta Díaz (Los gloriosos Poncho y Emiliano), los máximos difusores de la música vallenata auténtica, jamás grabaron una puya.   Y qué decir,  del compositor vallenato más grande de todos, el maestro Rafael Escalona Martínez, nunca compuso una puya.

Decima de la semana

Chico Bolaño el juglar,
en mi memoria lo veo,
fue el creador del paseo
y bien lo enseño a tocar.
Dios hizo a Valledupar
una tierra en promisión,
donde anda el acordeón
con su imperio musical.
Ay que viva Valledupar,
orgullo de la nación.

Columnista
12 abril, 2010

Acotaciones de un conversatorio vallenato

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

EL TINAJERO Por: José Atuesta Mindiola En la revista del Festival Vallenato  42,  es decir el de 2009, entre  las paginas 54 al 62 se publica un conversatorio, “El vallenato tras las huellas de los juglares”, realizado el 3 de abril de 2001 en el Teatro ‘Jorge Eliecer Gaitán’ de Bogotá, con la participación de […]


EL TINAJERO
Por: José Atuesta Mindiola

En la revista del Festival Vallenato  42,  es decir el de 2009, entre  las paginas 54 al 62 se publica un conversatorio, “El vallenato tras las huellas de los juglares”, realizado el 3 de abril de 2001 en el Teatro ‘Jorge Eliecer Gaitán’ de Bogotá, con la participación de Consuelo Araujonoguera, Alfonso López Michelsen, Juan Gossaín y Rafael Escalona.
De ese  conversatorio he seleccionado algunas acotaciones que son referentes para ampliar los conocimientos que se tienen sobre la música vallenata.  La primera acotación es cómo Consuelo concebía la presencia inicial del acordeón en la región. “..Yo tengo en mi mente la película de cómo se metió el acordeón. Yo me imagino: llegan los marinos en barcos procedentes de La Haya, a comerciar con Riohacha las perlas, la sal, el dividivi. Esos marinos llegaban  a los burdeles  de Riohacha,… y allí con sus acordeones tocaban polcas.  De hecho, Francisco Moscote (Francisco “El Hombre”), “Chico” Bolaño y  Juan Muñoz tocaron polcas, fox trot, valses y otros aires europeos. Esta música del sur de Italia y de algunos poblados de Francia  la tocaron nuestros campesinos  cuando empezaron a  desentrañar los secretos del acordeón”.
A lo que Juan Gossaín, agrega. …. “Yo diría Consuelo, que lo más bello hubiera sido lo contrario. Es decir, que ese marinero holandés hubiera aprendido en el bar de Riohacha, el canto de vaquería y después lo hubiera tocado con su acordeón.  Me hubiera gustado más que el vallenato hubiera insuflado al acordeón y no al revés”.

El maestro Rafael Escalona, interviene: “Antes de que llegara el acordeón, lo que existía era el carrizo y la tambora. El tambor, como ustedes saben, ha funcionado en la historia de la humanidad como un telégrafo. Eso está escrito hasta en la Biblia…  En las casas de la gente rica se tocaba polca,  y guitarra, porque los españoles impusieron los caracteres folclóricos de su tierra. La exploración del acordeón empezó  en las manos del pueblo. Desde Mompox, Plato y Barranquilla iba gente a Riohacha en arreas de mulas para conseguir baratijas que llegaban de Aruba. En uno de esos viajes encontraron el acordeón  y lo embarcaron en sus arreas de mulas, y así, empezó a regarse por la provincia”.
Un hombre del público, interviene: “perdón, pido la palabra para decirle  a Consuelo que yo creo que el trabajo más serio que se ha escrito en el vallenato es el de Tomás Darío Gutiérrez y no he visto que  se le tenga en cuenta en estas reflexiones. En esa investigación el autor plantea que  la puya fue el primer  ritmo que se conoció.
Y Consuelo, responde: “yo no comparto esa afirmación. El acordeón es un instrumento sumamente difícil, con su cantidad de botones en los pitos y los bajos. Y fue más difícil aún para  los primeros que aprendieron a tocarlo. Entonces, a mí no me va a convencer  nadie de que los primeros juglares aprendieron a tocar puya, que es la más complicado, antes que el son”.
Creemos necesario resaltar esta opinión de Consuelo, porque son muchos los eruditos y los aficionados de la historia del  canto vallenato que coinciden con Consuelo, que la puya no fue el primer aire vallenato. La  esencia del vallenato son los aires de paseo y merengue. Uno de los grandes juglares del canto vallenato fue Emiliano Zuleta Baquero y  a él se le conoce por estos dos aires. El maestro de maestros del vallenato-vallenato,  Luis Enrique Martínez, dejó su escuela en paseos y merengues. Los Hermanos Zuleta Díaz (Los gloriosos Poncho y Emiliano), los máximos difusores de la música vallenata auténtica, jamás grabaron una puya.   Y qué decir,  del compositor vallenato más grande de todos, el maestro Rafael Escalona Martínez, nunca compuso una puya.

Decima de la semana

Chico Bolaño el juglar,
en mi memoria lo veo,
fue el creador del paseo
y bien lo enseño a tocar.
Dios hizo a Valledupar
una tierra en promisión,
donde anda el acordeón
con su imperio musical.
Ay que viva Valledupar,
orgullo de la nación.