Tosa campaña electoral debe ser una oportunidad para, de manera pac¡ifica y civilizada, confrontar ideas, discutir y proponer soluciones para los problemas que afectan al país Infortunadamente en Colombia no son muchos los actores políticos atentos a estos procederes democráticos. La actual campaña electoral es desastrosa. El debate ha sido pobre, cargado de odios, las […]
Tosa campaña electoral debe ser una oportunidad para, de manera pac¡ifica y civilizada, confrontar ideas, discutir y proponer soluciones para los problemas que afectan al país
Infortunadamente en Colombia no son muchos los actores políticos atentos a estos procederes democráticos. La actual campaña electoral es desastrosa. El debate ha sido pobre, cargado de odios, las propuestas de los candidatos “punteros” han escaseado y las pocas conocidas no reflejan intención de cambiar el actual desorden de cosas, ni resolver los problemas acuciantes
Se impusieron dos candidatos: Santos con un proyecto ambiguo, de paz y fin del conflicto, pero bajo un modelo económico que dice poco sobre temas urgentes e incompatibles con propósitos de equidad social. Sin embargo, hay que reconocerle su compromiso con la Paz, la prioridad nacional. Nada es más importante hoy. Ese empeño de Santos lo hace merecedor del respaldo ciudadano. Votar por la Paz y frenar la confrontación es fundamental
El dueto Uribe-Zuluaga puntea en los pronósticos con una propuesta guerrerista, camorrera y una campaña cargada de insultos, injurias y calumnias en acciones que lindan con la ilegalidad. Han pateado la ética política para imponer la arbitrariedad, el sectarismo y la degradación de la política.
Esta ultraderecha representa el feudalismo político con una visión perversa del futuro, disfrazados de honrados después de tantas denuncias en su contra por sus nexos con paramilitares y narcotraficantes y su reciente vínculo con los hackers que interceptan y sabotean las negociaciones de paz; como militantes históricos de la violencia, pretenden prolongar una guerra en la que no mueren los suyos sino los hijos de nadie, los que nunca escogieron ese camino
Resulta irónico oirles decir que quieren paz pero sin impunidad teniendo en sus filas a tantos acusados de corrupción y otros delitos por los que nunca han sido juzgados ni castigados. Dicen temerle a la entrega del país al castro-chavismo. Todavía los aturde Chávez, pero no les asustan la perpetuación de la guerra, ni el neoliberalismo, ni los TLC, ni las crisis, porque de todo eso derivan ventajas
Cual voz que clama en el desierto está Clara López, única candidata que hace verdadera campaña electoral, conoce los problemas y hace propuestas sensatas. No insulta ni ofende, pero los medios tienden a ignorarla porque no es sensacionalista; sus mensajes no cautivan a ese público “cooptado” por el escándalo. Votar por Clara ayuda a fortalecer la izquierda democrática, una fuerza indispensable en el postconflicto
Se impone la cordura. El reto es definitivo. La urgencia es votar por la Paz. O acabamos la guerra o la guerra acabará con nuestros sueños
Tosa campaña electoral debe ser una oportunidad para, de manera pac¡ifica y civilizada, confrontar ideas, discutir y proponer soluciones para los problemas que afectan al país Infortunadamente en Colombia no son muchos los actores políticos atentos a estos procederes democráticos. La actual campaña electoral es desastrosa. El debate ha sido pobre, cargado de odios, las […]
Tosa campaña electoral debe ser una oportunidad para, de manera pac¡ifica y civilizada, confrontar ideas, discutir y proponer soluciones para los problemas que afectan al país
Infortunadamente en Colombia no son muchos los actores políticos atentos a estos procederes democráticos. La actual campaña electoral es desastrosa. El debate ha sido pobre, cargado de odios, las propuestas de los candidatos “punteros” han escaseado y las pocas conocidas no reflejan intención de cambiar el actual desorden de cosas, ni resolver los problemas acuciantes
Se impusieron dos candidatos: Santos con un proyecto ambiguo, de paz y fin del conflicto, pero bajo un modelo económico que dice poco sobre temas urgentes e incompatibles con propósitos de equidad social. Sin embargo, hay que reconocerle su compromiso con la Paz, la prioridad nacional. Nada es más importante hoy. Ese empeño de Santos lo hace merecedor del respaldo ciudadano. Votar por la Paz y frenar la confrontación es fundamental
El dueto Uribe-Zuluaga puntea en los pronósticos con una propuesta guerrerista, camorrera y una campaña cargada de insultos, injurias y calumnias en acciones que lindan con la ilegalidad. Han pateado la ética política para imponer la arbitrariedad, el sectarismo y la degradación de la política.
Esta ultraderecha representa el feudalismo político con una visión perversa del futuro, disfrazados de honrados después de tantas denuncias en su contra por sus nexos con paramilitares y narcotraficantes y su reciente vínculo con los hackers que interceptan y sabotean las negociaciones de paz; como militantes históricos de la violencia, pretenden prolongar una guerra en la que no mueren los suyos sino los hijos de nadie, los que nunca escogieron ese camino
Resulta irónico oirles decir que quieren paz pero sin impunidad teniendo en sus filas a tantos acusados de corrupción y otros delitos por los que nunca han sido juzgados ni castigados. Dicen temerle a la entrega del país al castro-chavismo. Todavía los aturde Chávez, pero no les asustan la perpetuación de la guerra, ni el neoliberalismo, ni los TLC, ni las crisis, porque de todo eso derivan ventajas
Cual voz que clama en el desierto está Clara López, única candidata que hace verdadera campaña electoral, conoce los problemas y hace propuestas sensatas. No insulta ni ofende, pero los medios tienden a ignorarla porque no es sensacionalista; sus mensajes no cautivan a ese público “cooptado” por el escándalo. Votar por Clara ayuda a fortalecer la izquierda democrática, una fuerza indispensable en el postconflicto
Se impone la cordura. El reto es definitivo. La urgencia es votar por la Paz. O acabamos la guerra o la guerra acabará con nuestros sueños