En 1984 regreso a Valledupar como especialista en Cirugía General, título obtenido en la Universidad del Valle de Cali. A finales del año antedicho decidí tener vivienda propia, entonces yo era propietario de un lote con una extensión mayor de mil metros cuadrados, lo negocié por una casa en la urbanización Los Campanos, ubicada en […]
En 1984 regreso a Valledupar como especialista en Cirugía General, título obtenido en la Universidad del Valle de Cali. A finales del año antedicho decidí tener vivienda propia, entonces yo era propietario de un lote con una extensión mayor de mil metros cuadrados, lo negocié por una casa en la urbanización Los Campanos, ubicada en la esquina frente al cerro de Hurtado, más conocido como cerro de Cicolac. Esto por el placer de habitar cerca al ecosistema de ese cerro que brinda un hermoso panorama cambiante de colores por su biodiversidad floral.
Posteriormente, aledaño al cerro surge el proyecto de la urbanización Santa Rosalía, la cual incluye la manzana-F, conformada por 33 lotes de 12 metros de frente con 30 metros de fondo hacia la cima del cerro, dichos lotes vendidos a la demanda por los propietarios del mencionado proyecto urbanístico.
En 1996, el Concejo del municipio de Valledupar, mediante el Acuerdo 032, declara a los cerros de Hurtado y el de La Popa, zonas de Reserva Ecológica y Patrimonio de la ciudad de Valledupar. En diciembre de 1999, el Concejo municipal de entonces aprueba el Acuerdo 064, en el cual se adopta el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del municipio de Valledupar, sancionado por el alcalde Johny Pérez Oñate.
En este primer POT de Valledupar, tanto el cerro de Hurtado como el de La Popa conservan la condición de reserva ecológica, otorgada a través del Acuerdo 032 de 1996. En la modificación excepcional del POT de Valledupar, presentada por el alcalde Luis Fabian Fernández en 2011, al final de su administración, el Concejo Municipal aprobó normas urbanísticas, entre las cuales sobresalen la reubicación de la fábrica DPA (otrora Cicolac) y la embotelladora Coca Cola y Cola Román a zona industrial de Valledupar. En esta reforma excepcional del POT, a los cerros aludidos les preservaron la categoría de áreas ecológicas especiales para la ciudad de Valledupar y para todos sus habitantes sin deterioro de la biodiversidad nativa, propia de los bosques secos tropicales, actualmente en vía de extinción por la depredación de la humanidad en busca de lograr intereses particulares, a menudo disfrazados como de convenientes para el bienestar colectivo.
Inexplicablemente, mediante el Acuerdo N° 011 de junio 5 de 2015, en la administración del alcalde Fredy Socarrás Reales, se aprueba la modificación del POT del municipio de Valledupar, en donde se excluye la manzana-F de la urbanización Santa Rosalía, viabilizando la construcción de viviendas hasta 30 metros hacia la cúspide del cerro de Hurtado y, efectivamente, a fines del año pasado comenzaron el derrumbamiento del cerro para la construcción de residencias en la manzana de la discordia.
Los ambientalistas, principalmente los organizados en la Mesa del Árbol y los del Foro Ambiental del Cesar, iniciaron los reclamos ante las autoridades competente y lograron la suspensión de la destrucción del cerro. Además, se interpuso una Acción Popular, aún sin respuesta, porque el Juzgado Administrativo #6 por falta de competencia la trasladó al Tribunal Administrativo del Cesar.
En una reunión de diálogo de los ambientalistas con las autoridades competentes, con el propósito de conservar el cerro como reserva ecológica y patrimonio de Valledupar, ya se había iniciado la instalación de una antena de las operadoras de telefonía móvil, se acordó subir al cerro con funcionarios de la Alcaldía y Corpocesar para verificar el daño ambiental provocado, lo que fue comprobado y Corpocesar mediante acta acogió la medida preventiva de sellado; sin embargo, 3 días después terminaron la instalación de la antena. Los ambientalistas seguimos en la lucha por conservar el cerro e invitamos a la ciudadanía a que se involucre en esta noble causa.
En 1984 regreso a Valledupar como especialista en Cirugía General, título obtenido en la Universidad del Valle de Cali. A finales del año antedicho decidí tener vivienda propia, entonces yo era propietario de un lote con una extensión mayor de mil metros cuadrados, lo negocié por una casa en la urbanización Los Campanos, ubicada en […]
En 1984 regreso a Valledupar como especialista en Cirugía General, título obtenido en la Universidad del Valle de Cali. A finales del año antedicho decidí tener vivienda propia, entonces yo era propietario de un lote con una extensión mayor de mil metros cuadrados, lo negocié por una casa en la urbanización Los Campanos, ubicada en la esquina frente al cerro de Hurtado, más conocido como cerro de Cicolac. Esto por el placer de habitar cerca al ecosistema de ese cerro que brinda un hermoso panorama cambiante de colores por su biodiversidad floral.
Posteriormente, aledaño al cerro surge el proyecto de la urbanización Santa Rosalía, la cual incluye la manzana-F, conformada por 33 lotes de 12 metros de frente con 30 metros de fondo hacia la cima del cerro, dichos lotes vendidos a la demanda por los propietarios del mencionado proyecto urbanístico.
En 1996, el Concejo del municipio de Valledupar, mediante el Acuerdo 032, declara a los cerros de Hurtado y el de La Popa, zonas de Reserva Ecológica y Patrimonio de la ciudad de Valledupar. En diciembre de 1999, el Concejo municipal de entonces aprueba el Acuerdo 064, en el cual se adopta el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del municipio de Valledupar, sancionado por el alcalde Johny Pérez Oñate.
En este primer POT de Valledupar, tanto el cerro de Hurtado como el de La Popa conservan la condición de reserva ecológica, otorgada a través del Acuerdo 032 de 1996. En la modificación excepcional del POT de Valledupar, presentada por el alcalde Luis Fabian Fernández en 2011, al final de su administración, el Concejo Municipal aprobó normas urbanísticas, entre las cuales sobresalen la reubicación de la fábrica DPA (otrora Cicolac) y la embotelladora Coca Cola y Cola Román a zona industrial de Valledupar. En esta reforma excepcional del POT, a los cerros aludidos les preservaron la categoría de áreas ecológicas especiales para la ciudad de Valledupar y para todos sus habitantes sin deterioro de la biodiversidad nativa, propia de los bosques secos tropicales, actualmente en vía de extinción por la depredación de la humanidad en busca de lograr intereses particulares, a menudo disfrazados como de convenientes para el bienestar colectivo.
Inexplicablemente, mediante el Acuerdo N° 011 de junio 5 de 2015, en la administración del alcalde Fredy Socarrás Reales, se aprueba la modificación del POT del municipio de Valledupar, en donde se excluye la manzana-F de la urbanización Santa Rosalía, viabilizando la construcción de viviendas hasta 30 metros hacia la cúspide del cerro de Hurtado y, efectivamente, a fines del año pasado comenzaron el derrumbamiento del cerro para la construcción de residencias en la manzana de la discordia.
Los ambientalistas, principalmente los organizados en la Mesa del Árbol y los del Foro Ambiental del Cesar, iniciaron los reclamos ante las autoridades competente y lograron la suspensión de la destrucción del cerro. Además, se interpuso una Acción Popular, aún sin respuesta, porque el Juzgado Administrativo #6 por falta de competencia la trasladó al Tribunal Administrativo del Cesar.
En una reunión de diálogo de los ambientalistas con las autoridades competentes, con el propósito de conservar el cerro como reserva ecológica y patrimonio de Valledupar, ya se había iniciado la instalación de una antena de las operadoras de telefonía móvil, se acordó subir al cerro con funcionarios de la Alcaldía y Corpocesar para verificar el daño ambiental provocado, lo que fue comprobado y Corpocesar mediante acta acogió la medida preventiva de sellado; sin embargo, 3 días después terminaron la instalación de la antena. Los ambientalistas seguimos en la lucha por conservar el cerro e invitamos a la ciudadanía a que se involucre en esta noble causa.