Aunque hubo aguaceros anoche y se prevén lluvias generalizadas esta semana en el norte del departamento el déficit de lluvias viene comprometiendo al agro, y, en puntos, a acueductos de poblados.
Aunque hubo aguaceros anoche y se prevén lluvias generalizadas esta semana en el norte del departamento el déficit de lluvias viene comprometiendo al agro, y, en puntos, a acueductos de poblados.
El sector ya completa 6 meses de un prolongado verano y por más que se prepararan en los campos para pasarlo, sin que estemos en un declarado fenómeno del Niño, se puede pronosticar que este semestre no acompañará a los cultivos de ciclo corto, será notoria la escasez de alimentos para el ganado, éste producirá menos carne y leche disminuyendo tanto los volúmenes que no alcanzarán a compensar los relativos buenos precios ($ 4.500/kg en pie; $1400/litro).
Con los cultivos permanentes como la palma, grandes demandantes de agua, la cosa no deja de inquietar.
Hay registros de cultivos de arroz que redujeron su producción de niveles de más de 5 toneladas por hectáreas a 1.5, trayendo pérdidas en el norte del Cesar y sur del departamento de La Guajira.
Por eso llama la atención que se haya anunciado por el Dane que el agro con un crecimiento del 6.8 % contribuya a que el primer trimestre del PIB nacional, con 10 días de cuarentena, no registre una catastrófica caída. Esto porque en ese periodo, no se usó en cultivos de corto plazo ni el 15 % de la superficie. Ese nivel de subida trimestral no se daba en los últimos 5 años. En 14 años ha habido una progresiva disminución del crecimiento del sector y unas importaciones de alimentos que no han parado.
El reciente crecimiento es de los subsectores y especies avícola, piscícola, carne de cerdo, plátanos y arroz, de otras zonas del país.
El rubro del sector debe desglosarse por los diferentes subsectores, a nivel nacional, a nivel departamental y dentro de cada departamento en cada subregión, para que se haga cada trimestre y semestre seguimiento sobre nuestra producción y comercialización rural. Es una tarea que debería hacer la Secretaría de Agricultura.
Se ha reiterado que es necesaria la irrigación del campo en esta región. Esos planes se expusieron por la anterior administración departamental en un hotel de la ciudad, así como también el ‘Plan Integral de Desarrollo Agropecuario y Rural’, un importante documento, hoja de ruta, formulado con la participación de expertos de la FAO y el Ministerio de Agricultura.
No vemos otro camino que enfrentar los desafíos del cambio climático en la región, recuperar las cuencas de los ríos, recargar y activar los acuíferos, desarrollar proyectos silvopastoriles, hacer cultivos menos consumidores de agua, de la palma existente impulsar el convenio entre la Gobernación y Fedepalma para hallar fórmulas de mayor ahorro hídrico, y mantener y crecer los incentivos tales como el ICR nacional y departamental para proyectos de irrigación y adecuación de tierras, como reservorios, facilitando que los productores hagan las inversiones. Pero éstos deberán contar con un plan de negocio productivo y comercial que la justifique. Así las propuestas del Comité Intergremial no serán granos de arena sino granos de comida.
Aunque hubo aguaceros anoche y se prevén lluvias generalizadas esta semana en el norte del departamento el déficit de lluvias viene comprometiendo al agro, y, en puntos, a acueductos de poblados.
Aunque hubo aguaceros anoche y se prevén lluvias generalizadas esta semana en el norte del departamento el déficit de lluvias viene comprometiendo al agro, y, en puntos, a acueductos de poblados.
El sector ya completa 6 meses de un prolongado verano y por más que se prepararan en los campos para pasarlo, sin que estemos en un declarado fenómeno del Niño, se puede pronosticar que este semestre no acompañará a los cultivos de ciclo corto, será notoria la escasez de alimentos para el ganado, éste producirá menos carne y leche disminuyendo tanto los volúmenes que no alcanzarán a compensar los relativos buenos precios ($ 4.500/kg en pie; $1400/litro).
Con los cultivos permanentes como la palma, grandes demandantes de agua, la cosa no deja de inquietar.
Hay registros de cultivos de arroz que redujeron su producción de niveles de más de 5 toneladas por hectáreas a 1.5, trayendo pérdidas en el norte del Cesar y sur del departamento de La Guajira.
Por eso llama la atención que se haya anunciado por el Dane que el agro con un crecimiento del 6.8 % contribuya a que el primer trimestre del PIB nacional, con 10 días de cuarentena, no registre una catastrófica caída. Esto porque en ese periodo, no se usó en cultivos de corto plazo ni el 15 % de la superficie. Ese nivel de subida trimestral no se daba en los últimos 5 años. En 14 años ha habido una progresiva disminución del crecimiento del sector y unas importaciones de alimentos que no han parado.
El reciente crecimiento es de los subsectores y especies avícola, piscícola, carne de cerdo, plátanos y arroz, de otras zonas del país.
El rubro del sector debe desglosarse por los diferentes subsectores, a nivel nacional, a nivel departamental y dentro de cada departamento en cada subregión, para que se haga cada trimestre y semestre seguimiento sobre nuestra producción y comercialización rural. Es una tarea que debería hacer la Secretaría de Agricultura.
Se ha reiterado que es necesaria la irrigación del campo en esta región. Esos planes se expusieron por la anterior administración departamental en un hotel de la ciudad, así como también el ‘Plan Integral de Desarrollo Agropecuario y Rural’, un importante documento, hoja de ruta, formulado con la participación de expertos de la FAO y el Ministerio de Agricultura.
No vemos otro camino que enfrentar los desafíos del cambio climático en la región, recuperar las cuencas de los ríos, recargar y activar los acuíferos, desarrollar proyectos silvopastoriles, hacer cultivos menos consumidores de agua, de la palma existente impulsar el convenio entre la Gobernación y Fedepalma para hallar fórmulas de mayor ahorro hídrico, y mantener y crecer los incentivos tales como el ICR nacional y departamental para proyectos de irrigación y adecuación de tierras, como reservorios, facilitando que los productores hagan las inversiones. Pero éstos deberán contar con un plan de negocio productivo y comercial que la justifique. Así las propuestas del Comité Intergremial no serán granos de arena sino granos de comida.