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Judicial - 25 julio, 2018

“A mi marido le dispararon en el suelo, al caernos de la moto”

“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela […]

“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela Jiménez Cortés, mujer de la víctima, fue testigo del homicidio, debido a que andaba con él como parrillera en la motocicleta. Ella relató a EL PILÓN que ellos estaban en el barrio Divino Niño cobrando una plata a una cliente suya por venta de unos productos. “Al agarrar la curva por donde da acceso al barrio El Eneal, mi marido observó por el retrovisor que dos hombres en una motocicleta lo estaban siguiendo y al mirar hacia atrás, le hicieron un disparo, pero no lo impactaron. El conductor de la motocicleta, le decía al parrillero, dale, dispárale que ese es el man, pero no lo hizo, entonces el conductor le quitó el arma de fuego y comenzó a dispararle en el suelo. Cuando el tipo se le acercó, mi marido le imploraba que por favor no lo fuera a matar, que no siguiera disparando, pero eso lo le valió”, relató la mujer.
La sobreviviente al homicidio agregó: “Parece que se llenó de nervios y por salvarme a mí, hizo un mal movimiento, perdió el equilibrio y nos caímos. Yo sufrí laceraciones en una pierna y en un brazo, pero conmigo no se metieron”, explicó. Los familiares del cobradiario, Estiven Mestre Arias, de 34 años, se declararon sorprendidos por la acción criminal en que él perdió la vida, por  cuanto en la actualidad era una persona que se había rehabilitado de su pasado ‘negro’ en que estuvo haciendo cosas indebidas. “Él sí tuvo problemas con la justicia, pero desde hace cuatro años para acá su vida había cambiado totalmente, dedicado al trabajo y no se le escuchó que tuviera amenazas.  Desde cuando estaba en la adolescencia la guerrilla le mató a su progenitor, eso lo marcó, vivía con un resentimiento social y por eso comenzó a realizar sus fechorías, pero ya eso era historia”, manifestaron sus familiares.
“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela Jiménez Cortés, mujer de la víctima, fue testigo del homicidio, debido a que andaba con él como parrillera en la motocicleta. Ella relató a EL PILÓN que ellos estaban en el barrio Divino Niño cobrando una plata a una cliente suya por venta de unos productos. “Al agarrar la curva por donde da acceso al barrio El Eneal, mi marido observó por el retrovisor que dos hombres en una motocicleta lo estaban siguiendo y al mirar hacia atrás, le hicieron un disparo, pero no lo impactaron. El conductor de la motocicleta, le decía al parrillero, dale, dispárale que ese es el man, pero no lo hizo, entonces el conductor le quitó el arma de fuego y comenzó a dispararle en el suelo. Cuando el tipo se le acercó, mi marido le imploraba que por favor no lo fuera a matar, que no siguiera disparando, pero eso lo le valió”, relató la mujer. La sobreviviente al homicidio agregó: “Parece que se llenó de nervios y por salvarme a mí, hizo un mal movimiento, perdió el equilibrio y nos caímos. Yo sufrí laceraciones en una pierna y en un brazo, pero conmigo no se metieron”, explicó. Los familiares del cobradiario, Estiven Mestre Arias, de 34 años, se declararon sorprendidos por la acción criminal en que él perdió la vida, por cuanto en la actualidad era una persona que se había rehabilitado de su pasado ‘negro’ en que estuvo haciendo cosas indebidas. “Él sí tuvo problemas con la justicia, pero desde hace cuatro años para acá su vida había cambiado totalmente, dedicado al trabajo y no se le escuchó que tuviera amenazas. Desde cuando estaba en la adolescencia la guerrilla le mató a su progenitor, eso lo marcó, vivía con un resentimiento social y por eso comenzó a realizar sus fechorías, pero ya eso era historia”, manifestaron sus familiares.
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“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela Jiménez Cortés, mujer de la víctima, fue testigo del homicidio, debido a que andaba con él como parrillera en la motocicleta.

Ella relató a EL PILÓN que ellos estaban en el barrio Divino Niño cobrando una plata a una cliente suya por venta de unos productos. “Al agarrar la curva por donde da acceso al barrio El Eneal, mi marido observó por el retrovisor que dos hombres en una motocicleta lo estaban siguiendo y al mirar hacia atrás, le hicieron un disparo, pero no lo impactaron.

El conductor de la motocicleta, le decía al parrillero, dale, dispárale que ese es el man, pero no lo hizo, entonces el conductor le quitó el arma de fuego y comenzó a dispararle en el suelo. Cuando el tipo se le acercó, mi marido le imploraba que por favor no lo fuera a matar, que no siguiera disparando, pero eso lo le valió”, relató la mujer.

La sobreviviente al homicidio agregó: “Parece que se llenó de nervios y por salvarme a mí, hizo un mal movimiento, perdió el equilibrio y nos caímos. Yo sufrí laceraciones en una pierna y en un brazo, pero conmigo no se metieron”, explicó. Los familiares del cobradiario, Estiven Mestre Arias, de 34 años, se declararon sorprendidos por la acción criminal en que él perdió la vida, por cuanto en la actualidad era una persona que se había rehabilitado de su pasado ‘negro’ en que estuvo haciendo cosas indebidas. “Él sí tuvo problemas con la justicia, pero desde hace cuatro años para acá su vida había cambiado totalmente, dedicado al trabajo y no se le escuchó que tuviera amenazas.

Desde cuando estaba en la adolescencia la guerrilla le mató a su progenitor, eso lo marcó, vivía con un resentimiento social y por eso comenzó a realizar sus fechorías, pero ya eso era historia”, manifestaron sus familiares.

Judicial
25 julio, 2018

“A mi marido le dispararon en el suelo, al caernos de la moto”

“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela […]


“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela Jiménez Cortés, mujer de la víctima, fue testigo del homicidio, debido a que andaba con él como parrillera en la motocicleta. Ella relató a EL PILÓN que ellos estaban en el barrio Divino Niño cobrando una plata a una cliente suya por venta de unos productos. “Al agarrar la curva por donde da acceso al barrio El Eneal, mi marido observó por el retrovisor que dos hombres en una motocicleta lo estaban siguiendo y al mirar hacia atrás, le hicieron un disparo, pero no lo impactaron. El conductor de la motocicleta, le decía al parrillero, dale, dispárale que ese es el man, pero no lo hizo, entonces el conductor le quitó el arma de fuego y comenzó a dispararle en el suelo. Cuando el tipo se le acercó, mi marido le imploraba que por favor no lo fuera a matar, que no siguiera disparando, pero eso lo le valió”, relató la mujer.
La sobreviviente al homicidio agregó: “Parece que se llenó de nervios y por salvarme a mí, hizo un mal movimiento, perdió el equilibrio y nos caímos. Yo sufrí laceraciones en una pierna y en un brazo, pero conmigo no se metieron”, explicó. Los familiares del cobradiario, Estiven Mestre Arias, de 34 años, se declararon sorprendidos por la acción criminal en que él perdió la vida, por  cuanto en la actualidad era una persona que se había rehabilitado de su pasado ‘negro’ en que estuvo haciendo cosas indebidas. “Él sí tuvo problemas con la justicia, pero desde hace cuatro años para acá su vida había cambiado totalmente, dedicado al trabajo y no se le escuchó que tuviera amenazas.  Desde cuando estaba en la adolescencia la guerrilla le mató a su progenitor, eso lo marcó, vivía con un resentimiento social y por eso comenzó a realizar sus fechorías, pero ya eso era historia”, manifestaron sus familiares.
“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela Jiménez Cortés, mujer de la víctima, fue testigo del homicidio, debido a que andaba con él como parrillera en la motocicleta. Ella relató a EL PILÓN que ellos estaban en el barrio Divino Niño cobrando una plata a una cliente suya por venta de unos productos. “Al agarrar la curva por donde da acceso al barrio El Eneal, mi marido observó por el retrovisor que dos hombres en una motocicleta lo estaban siguiendo y al mirar hacia atrás, le hicieron un disparo, pero no lo impactaron. El conductor de la motocicleta, le decía al parrillero, dale, dispárale que ese es el man, pero no lo hizo, entonces el conductor le quitó el arma de fuego y comenzó a dispararle en el suelo. Cuando el tipo se le acercó, mi marido le imploraba que por favor no lo fuera a matar, que no siguiera disparando, pero eso lo le valió”, relató la mujer. La sobreviviente al homicidio agregó: “Parece que se llenó de nervios y por salvarme a mí, hizo un mal movimiento, perdió el equilibrio y nos caímos. Yo sufrí laceraciones en una pierna y en un brazo, pero conmigo no se metieron”, explicó. Los familiares del cobradiario, Estiven Mestre Arias, de 34 años, se declararon sorprendidos por la acción criminal en que él perdió la vida, por cuanto en la actualidad era una persona que se había rehabilitado de su pasado ‘negro’ en que estuvo haciendo cosas indebidas. “Él sí tuvo problemas con la justicia, pero desde hace cuatro años para acá su vida había cambiado totalmente, dedicado al trabajo y no se le escuchó que tuviera amenazas. Desde cuando estaba en la adolescencia la guerrilla le mató a su progenitor, eso lo marcó, vivía con un resentimiento social y por eso comenzó a realizar sus fechorías, pero ya eso era historia”, manifestaron sus familiares.
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“Ey, no me mates, por favor no lo hagas”, le dijo en estado de indefensión y tirado en el suelo con su motocicleta, Estivenson Mestre Arias, el cobra diario que la noche del pasado lunes fue asesinado delante de su compañera sentimental de cuatro impactos de bala, varios de ellos en la cabeza. Lina Marcela Jiménez Cortés, mujer de la víctima, fue testigo del homicidio, debido a que andaba con él como parrillera en la motocicleta.

Ella relató a EL PILÓN que ellos estaban en el barrio Divino Niño cobrando una plata a una cliente suya por venta de unos productos. “Al agarrar la curva por donde da acceso al barrio El Eneal, mi marido observó por el retrovisor que dos hombres en una motocicleta lo estaban siguiendo y al mirar hacia atrás, le hicieron un disparo, pero no lo impactaron.

El conductor de la motocicleta, le decía al parrillero, dale, dispárale que ese es el man, pero no lo hizo, entonces el conductor le quitó el arma de fuego y comenzó a dispararle en el suelo. Cuando el tipo se le acercó, mi marido le imploraba que por favor no lo fuera a matar, que no siguiera disparando, pero eso lo le valió”, relató la mujer.

La sobreviviente al homicidio agregó: “Parece que se llenó de nervios y por salvarme a mí, hizo un mal movimiento, perdió el equilibrio y nos caímos. Yo sufrí laceraciones en una pierna y en un brazo, pero conmigo no se metieron”, explicó. Los familiares del cobradiario, Estiven Mestre Arias, de 34 años, se declararon sorprendidos por la acción criminal en que él perdió la vida, por cuanto en la actualidad era una persona que se había rehabilitado de su pasado ‘negro’ en que estuvo haciendo cosas indebidas. “Él sí tuvo problemas con la justicia, pero desde hace cuatro años para acá su vida había cambiado totalmente, dedicado al trabajo y no se le escuchó que tuviera amenazas.

Desde cuando estaba en la adolescencia la guerrilla le mató a su progenitor, eso lo marcó, vivía con un resentimiento social y por eso comenzó a realizar sus fechorías, pero ya eso era historia”, manifestaron sus familiares.