Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan han coincidido en sentenciar que a ninguno de los seis congresistas del departamento del Cesar le interesa un “bledo” la suerte de la Universidad Popular del Cesar, porque están pulsando en el Presupuesto Nacional solo $20 mil millones para la Universidad Nacional sede Caribe (la que no está lista […]
Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan han coincidido en sentenciar que a ninguno de los seis congresistas del departamento del Cesar le interesa un “bledo” la suerte de la Universidad Popular del Cesar, porque están pulsando en el Presupuesto Nacional solo $20 mil millones para la Universidad Nacional sede Caribe (la que no está lista para funcionar en pregrado en los próximos 20 años).
Esa ostentosa obra que costó más de $62 mil millones no tiene personal administrativo, docentes, estudiantes, laboratorios, biblioteca, dotaciones, etc… Dicen mis consejeros periodísticos que seguramente faltan otros $62 mil millones para suplir esas necesidades.
En cambio, ninguno de nuestros congresistas dice “Ni pío” por la UPC la que tiene casi 19 mil estudiantes, dos mil docentes y miles de egresados, y un ruinoso presupuesto que no alcanza los $40 mil millones.
Pero a los seis congresistas del Cesar les sabe a insípido la UPC, seguramente porque no tienen franquicia para poner y quitar personal como en las otras instituciones del Estado.
Inclusive, todos hablan en Valledupar que Alfredo Cuello y José Alfredo Gnecco han movido tierra y cielo con mermeladas, junto a la “Casa Cielo” para apoderarse de esta institución.
Que Chichí Quintero y Cristian Moreno merodean día y noche sus instalaciones. Igual que José Eliecer Salazar y Didier Lobo están pendientes de usarla como su fortín electoral.
En cambio, a ninguno de los seis se les oye –ni por equivocación– hablar sobre la inclusión de nuevos rubros en el presupuesto de la Nación. Eso sí, cada vez que salen las listas de admitidos, dicen que los ven deambulando por los pasillos de la sede administrativa, buscando “cupos” para sus cuotas políticas.
Parece que los congresistas del Cesar no han necesitado de la educación superior para llegar al Capitolio y por eso no les interesa el tema.
Miremos a ver qué estudios tienen nuestros congresistas, según la página de Internet “Congreso Visible .Org Universidad de Los Andes”: Eloy Chichi Quintero Romero: Cursó siete semestres de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad de Caldas de Manizales. José Alfredo Gnecco Zuleta, Estudios Superiores: Tallahassee Comunity College Tallahassee, FL Estudios básicos de administración de Empresas (¿universidad?).
Christian José Moreno Villamizar, abogado especializado en Contratación Estatal, Universidad Externado de Colombia. Didier Lobo Chinchilla, exconcejal y exalcalde de La Jagua de Ibirico.
Alfredo Ape Cuello Baute, administrador de empresas con Maestría en Administración de Negocios (¿universidad?). José Eliécer Salazar López, contador público, especialista en Hacienda Pública de la Universidad Popular del Cesar.
Pero a falta de los congresistas del Cesar, en Bogotá ha surgido como el ave fénix el representante a la Cámara por Antioquia, Jorge Chávez, del Polo Democrático, quien en un debate en el Congreso entró en defensa de la UPC.
Mis consejeros dejan aquí escrito un aparte de las palabras del congresista: “En el Cesar hay una universidad pública bien importante que se llama la UPC, que recibe del Gobierno Nacional una especie de limosna, la UPC tiene 18.566 estudiantes, y solo recibe este año del gobierno $36.214 millones, lo que equivale a un millón 950 por estudiante, una menuda, una limosna inaceptable”, dijo Jorge Chávez.
Terminó invitando a los cesarenses para que exijan al gobierno una adecuada financiación para la Universidad Popular del Cesar, la única de carácter pública de la región. Recuerda Tíonan que la Nacional recibe por cada estudiante casi $18 millones, ¡no hay derecho para tanta inequidad! Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta-Tí[email protected] @tiochiro.
Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan han coincidido en sentenciar que a ninguno de los seis congresistas del departamento del Cesar le interesa un “bledo” la suerte de la Universidad Popular del Cesar, porque están pulsando en el Presupuesto Nacional solo $20 mil millones para la Universidad Nacional sede Caribe (la que no está lista […]
Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan han coincidido en sentenciar que a ninguno de los seis congresistas del departamento del Cesar le interesa un “bledo” la suerte de la Universidad Popular del Cesar, porque están pulsando en el Presupuesto Nacional solo $20 mil millones para la Universidad Nacional sede Caribe (la que no está lista para funcionar en pregrado en los próximos 20 años).
Esa ostentosa obra que costó más de $62 mil millones no tiene personal administrativo, docentes, estudiantes, laboratorios, biblioteca, dotaciones, etc… Dicen mis consejeros periodísticos que seguramente faltan otros $62 mil millones para suplir esas necesidades.
En cambio, ninguno de nuestros congresistas dice “Ni pío” por la UPC la que tiene casi 19 mil estudiantes, dos mil docentes y miles de egresados, y un ruinoso presupuesto que no alcanza los $40 mil millones.
Pero a los seis congresistas del Cesar les sabe a insípido la UPC, seguramente porque no tienen franquicia para poner y quitar personal como en las otras instituciones del Estado.
Inclusive, todos hablan en Valledupar que Alfredo Cuello y José Alfredo Gnecco han movido tierra y cielo con mermeladas, junto a la “Casa Cielo” para apoderarse de esta institución.
Que Chichí Quintero y Cristian Moreno merodean día y noche sus instalaciones. Igual que José Eliecer Salazar y Didier Lobo están pendientes de usarla como su fortín electoral.
En cambio, a ninguno de los seis se les oye –ni por equivocación– hablar sobre la inclusión de nuevos rubros en el presupuesto de la Nación. Eso sí, cada vez que salen las listas de admitidos, dicen que los ven deambulando por los pasillos de la sede administrativa, buscando “cupos” para sus cuotas políticas.
Parece que los congresistas del Cesar no han necesitado de la educación superior para llegar al Capitolio y por eso no les interesa el tema.
Miremos a ver qué estudios tienen nuestros congresistas, según la página de Internet “Congreso Visible .Org Universidad de Los Andes”: Eloy Chichi Quintero Romero: Cursó siete semestres de Medicina Veterinaria y Zootecnia en la Universidad de Caldas de Manizales. José Alfredo Gnecco Zuleta, Estudios Superiores: Tallahassee Comunity College Tallahassee, FL Estudios básicos de administración de Empresas (¿universidad?).
Christian José Moreno Villamizar, abogado especializado en Contratación Estatal, Universidad Externado de Colombia. Didier Lobo Chinchilla, exconcejal y exalcalde de La Jagua de Ibirico.
Alfredo Ape Cuello Baute, administrador de empresas con Maestría en Administración de Negocios (¿universidad?). José Eliécer Salazar López, contador público, especialista en Hacienda Pública de la Universidad Popular del Cesar.
Pero a falta de los congresistas del Cesar, en Bogotá ha surgido como el ave fénix el representante a la Cámara por Antioquia, Jorge Chávez, del Polo Democrático, quien en un debate en el Congreso entró en defensa de la UPC.
Mis consejeros dejan aquí escrito un aparte de las palabras del congresista: “En el Cesar hay una universidad pública bien importante que se llama la UPC, que recibe del Gobierno Nacional una especie de limosna, la UPC tiene 18.566 estudiantes, y solo recibe este año del gobierno $36.214 millones, lo que equivale a un millón 950 por estudiante, una menuda, una limosna inaceptable”, dijo Jorge Chávez.
Terminó invitando a los cesarenses para que exijan al gobierno una adecuada financiación para la Universidad Popular del Cesar, la única de carácter pública de la región. Recuerda Tíonan que la Nacional recibe por cada estudiante casi $18 millones, ¡no hay derecho para tanta inequidad! Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta-Tí[email protected] @tiochiro.