Un hombre que hacía diez días fue sorprendido expendiendo sustancias alucinógenas en las calles de Valledupar y luego fue dejado en libertad, fue aprehendido nuevamente en su vivienda del barrio El Páramo de esta capital, donde le hallaron mil 32 gramos de la misma sustancia vegetal camufladas en una bolsa plástica debajo de su cama. […]
Un hombre que hacía diez días fue sorprendido expendiendo sustancias alucinógenas en las calles de Valledupar y luego fue dejado en libertad, fue aprehendido nuevamente en su vivienda del barrio El Páramo de esta capital, donde le hallaron mil 32 gramos de la misma sustancia vegetal camufladas en una bolsa plástica debajo de su cama.
Ayer, durante la legalización de captura, formulación e imputación de cargos contra Juan Guillermo Ramírez Marín, de 46 años, la Fiscalía Séptima Local solicitó al Juez Promiscuo Municipal de Pueblo Bello, que le dictara medida de aseguramiento en el centro carcelario y penitenciario de Valledupar, por considerarlo como una persona que representa un peligro para la sociedad.
El imputado argumentó a través de su abogado defensor que el kilo y los 32 gramos de marihuana en referencia, no eran para comercializarlos, sino para su dosis personal, lo que fue controvertido por la Fiscalía.
Según las autoridades, para dictar la medida se tuvo en cuenta la cantidad encontrada durante la captura del 13 de este mismo mes, a las 5:00 de la tarde, cuando fue aprehendido en flagrancia con varias dosis de la mismas sustancia vegetal comercializándola en plena vía pública.
Ramírez Marín, es albañil de oficio, tiene 46 años, reside en la manzana 2 casa número 35 del barrio El Páramo, al sur de Valledupar, parte posterior del aeropuerto Alfonso López, donde la Fiscalía 30 Antinarcóticos de Valledupar libró la orden de allanamiento al inmueble, con base en denuncias de vecinos que expresaron que en esa casa expendían drogas.
La sustancia encontrada será destruida esta misma semana en presencia de las autoridades, tal como lo solicitó el Fiscal Séptimo Local.
Por Abdel Martínez Pérez
[email protected]
Un hombre que hacía diez días fue sorprendido expendiendo sustancias alucinógenas en las calles de Valledupar y luego fue dejado en libertad, fue aprehendido nuevamente en su vivienda del barrio El Páramo de esta capital, donde le hallaron mil 32 gramos de la misma sustancia vegetal camufladas en una bolsa plástica debajo de su cama. […]
Un hombre que hacía diez días fue sorprendido expendiendo sustancias alucinógenas en las calles de Valledupar y luego fue dejado en libertad, fue aprehendido nuevamente en su vivienda del barrio El Páramo de esta capital, donde le hallaron mil 32 gramos de la misma sustancia vegetal camufladas en una bolsa plástica debajo de su cama.
Ayer, durante la legalización de captura, formulación e imputación de cargos contra Juan Guillermo Ramírez Marín, de 46 años, la Fiscalía Séptima Local solicitó al Juez Promiscuo Municipal de Pueblo Bello, que le dictara medida de aseguramiento en el centro carcelario y penitenciario de Valledupar, por considerarlo como una persona que representa un peligro para la sociedad.
El imputado argumentó a través de su abogado defensor que el kilo y los 32 gramos de marihuana en referencia, no eran para comercializarlos, sino para su dosis personal, lo que fue controvertido por la Fiscalía.
Según las autoridades, para dictar la medida se tuvo en cuenta la cantidad encontrada durante la captura del 13 de este mismo mes, a las 5:00 de la tarde, cuando fue aprehendido en flagrancia con varias dosis de la mismas sustancia vegetal comercializándola en plena vía pública.
Ramírez Marín, es albañil de oficio, tiene 46 años, reside en la manzana 2 casa número 35 del barrio El Páramo, al sur de Valledupar, parte posterior del aeropuerto Alfonso López, donde la Fiscalía 30 Antinarcóticos de Valledupar libró la orden de allanamiento al inmueble, con base en denuncias de vecinos que expresaron que en esa casa expendían drogas.
La sustancia encontrada será destruida esta misma semana en presencia de las autoridades, tal como lo solicitó el Fiscal Séptimo Local.
Por Abdel Martínez Pérez
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