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Columnista - 12 septiembre, 2015

A la basura fue a dar el Pacto Ético

Entre la incredulidad y la esperanza se llevó a cabo en Valledupar el pasado cuatro de agosto la suscripción del Pacto Ético acordado por los candidatos a la Alcaldía y Gobernación.

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Entre la incredulidad y la esperanza se llevó a cabo en Valledupar el pasado cuatro de agosto la suscripción del Pacto Ético acordado por los candidatos a la Alcaldía y Gobernación.  Desde el primer momento consideré que ningún ser humano expresa condiciones de comportamiento ético a partir de la firma de un pacto, no obstante, es pertinente insistir en inyectarle a la actividad política altas dosis de decencia, este proceso de reconversión yace en los hombres y mujeres que participan en política, sus convicciones ayudan a la edificación de los partidos, con estos pilares es factible diseñar líneas de acción con base en los enfoques ideológico y programático.

Un dirigente político tiene todo definido para fracasar en la ejecución del gobierno, cuando es cuestionado en el proceso proselitista. La actual campaña política en Valledupar es favorable para la desconfianza, el bálsamo propositivo y el debate técnico es desplazado por la cizaña y la desinformación, mientras estos procederes persistan no madurara el elector, tampoco habrá depuración de los actores de la política y los jóvenes serán títeres de fácil manipulación.

Precisamente el Pacto Ético tenía por objeto desarrollar la campaña electoral en el marco del debate de las ideas, sin menoscabo del contrincante. No pasó mucho entre la firma del pacto y los primeros trapitos al sol, lo que fue pensado por la iglesia como una alegoría al respeto se constituyó en todo lo contrario.

El primer flanco de ataque atinó en el blanco de ‘Tuto’ Uhia, lo señalan de recibir financiación de Electricaribe, tremenda acusación, lapidaria por la reputación de la empresa prestadora del servicio de energía en la Región Caribe, sin embargo, no sería ilegal siempre que los aportes no traspasen los topes establecidos por el Consejo Nacional Electoral.

El segundo candidato cuestionado es Andrés Arturo Fernández, lo persigue la sombra de su papá, el ex alcalde Luis Fabián Fernández, en mi concepto de regular administración, no deseo entrar en detalles puntuales, no se trata de amplificar los rumores, pero quiero reiterar lo que he manifestado en otros artículos inherentes a Andrés Arturo: necesita prepararse académicamente, hacer experiencia y carrera política, en aras de mostrar gestión y construir su propia impronta, la Duma Departamental o el Concejo Municipal, es el escenario, empiece por ahí.

El tercer candidato en discordia, es el ex concejal Jaime González, al igual que Andrés Arturo, son hijos del nepotismo, su ejercicio discreto como concejal no avala su candidatura, no tiene gestión para mostrar ni inspira liderazgo, en ese sentido se colige que lo señalen como el candidato de la actual administración de Fredy Socarras. No sé qué es peor, si ser señalado como el candidato de Freddy Socarras o la evidencia discreta en su función como concejal.

El tránsito con los tres candidatos referenciados es obligado en virtud de su posición en las encuestas, lo que no quiere decir que los siete aspirantes restantes no estén implicados o cuestionados con rumores. Los rumores gestados al interior de las campañas políticas con el objetivo de debilitar a los rivales son una vieja y sucia costumbre de la actividad política, es probable que logren réditos imperceptibles, pero le causan un daño letal a la democracia, a la institucionalidad y por su puesto a la misma política.

La mayor parte de los hombres son capaces más bien de grandes acciones que de buenas acciones, Barón de Montesquieu. El Pacto Ético o cualquier mecanismo son infructuosos cuando los hombres y mujeres que lo instituyen carecen de ese elemento.

Por Luis Elquis Díaz

@LuchoDiaz12

 

Columnista
12 septiembre, 2015

A la basura fue a dar el Pacto Ético

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
El Pilón

Entre la incredulidad y la esperanza se llevó a cabo en Valledupar el pasado cuatro de agosto la suscripción del Pacto Ético acordado por los candidatos a la Alcaldía y Gobernación.


Entre la incredulidad y la esperanza se llevó a cabo en Valledupar el pasado cuatro de agosto la suscripción del Pacto Ético acordado por los candidatos a la Alcaldía y Gobernación.  Desde el primer momento consideré que ningún ser humano expresa condiciones de comportamiento ético a partir de la firma de un pacto, no obstante, es pertinente insistir en inyectarle a la actividad política altas dosis de decencia, este proceso de reconversión yace en los hombres y mujeres que participan en política, sus convicciones ayudan a la edificación de los partidos, con estos pilares es factible diseñar líneas de acción con base en los enfoques ideológico y programático.

Un dirigente político tiene todo definido para fracasar en la ejecución del gobierno, cuando es cuestionado en el proceso proselitista. La actual campaña política en Valledupar es favorable para la desconfianza, el bálsamo propositivo y el debate técnico es desplazado por la cizaña y la desinformación, mientras estos procederes persistan no madurara el elector, tampoco habrá depuración de los actores de la política y los jóvenes serán títeres de fácil manipulación.

Precisamente el Pacto Ético tenía por objeto desarrollar la campaña electoral en el marco del debate de las ideas, sin menoscabo del contrincante. No pasó mucho entre la firma del pacto y los primeros trapitos al sol, lo que fue pensado por la iglesia como una alegoría al respeto se constituyó en todo lo contrario.

El primer flanco de ataque atinó en el blanco de ‘Tuto’ Uhia, lo señalan de recibir financiación de Electricaribe, tremenda acusación, lapidaria por la reputación de la empresa prestadora del servicio de energía en la Región Caribe, sin embargo, no sería ilegal siempre que los aportes no traspasen los topes establecidos por el Consejo Nacional Electoral.

El segundo candidato cuestionado es Andrés Arturo Fernández, lo persigue la sombra de su papá, el ex alcalde Luis Fabián Fernández, en mi concepto de regular administración, no deseo entrar en detalles puntuales, no se trata de amplificar los rumores, pero quiero reiterar lo que he manifestado en otros artículos inherentes a Andrés Arturo: necesita prepararse académicamente, hacer experiencia y carrera política, en aras de mostrar gestión y construir su propia impronta, la Duma Departamental o el Concejo Municipal, es el escenario, empiece por ahí.

El tercer candidato en discordia, es el ex concejal Jaime González, al igual que Andrés Arturo, son hijos del nepotismo, su ejercicio discreto como concejal no avala su candidatura, no tiene gestión para mostrar ni inspira liderazgo, en ese sentido se colige que lo señalen como el candidato de la actual administración de Fredy Socarras. No sé qué es peor, si ser señalado como el candidato de Freddy Socarras o la evidencia discreta en su función como concejal.

El tránsito con los tres candidatos referenciados es obligado en virtud de su posición en las encuestas, lo que no quiere decir que los siete aspirantes restantes no estén implicados o cuestionados con rumores. Los rumores gestados al interior de las campañas políticas con el objetivo de debilitar a los rivales son una vieja y sucia costumbre de la actividad política, es probable que logren réditos imperceptibles, pero le causan un daño letal a la democracia, a la institucionalidad y por su puesto a la misma política.

La mayor parte de los hombres son capaces más bien de grandes acciones que de buenas acciones, Barón de Montesquieu. El Pacto Ético o cualquier mecanismo son infructuosos cuando los hombres y mujeres que lo instituyen carecen de ese elemento.

Por Luis Elquis Díaz

@LuchoDiaz12