Según un censo del Sisbén en las cuatro invasiones viven alrededor de 31.508 personas vulnerables que están a la espera de una alternativa para la legalización del predio, aunque esta provenga de una “campaña política”.
Por más de tres meses los habitantes de las invasiones Altos de Pimienta, Brisas de La Popa, Los Guasimales y Bello Horizonte II se reunieron con los entes gubernamentales y realizaron actividades para pedir que no fueran desalojados.
Altos de Pimienta fue la última invasión que se creó en el predio Sabana 1. Inicialmente fue conformada hace más de 10 años por desplazados, indígenas y por la problemática de la migración, también por venezolanos.
De acuerdo con un censo del Sisbén, en Bello Horizonte 2 hay 1.561 viviendas en donde residen 4.986 personas que en su mayoría carecen de los servicios básicos domiciliarios.
Víctimas del conflicto armado, desplazados por la violencia, migrantes venezolanos, niños y abuelos de Brisas de La Popa, comparten el mismo destino de un invasor: una vida de amenazas y estigmatización.
Pobreza, insalubridad, rezago social e inseguridad, es en lo que viven más de 900 familias que en un predio llamado Los Guasimales, agonizan ante la falta de una vivienda digna y una mejor oportunidad de vida.