Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO* La actuación de nuestros deportistas en los olímpicos es una gran noticia y un bálsamo para un país acostumbrado a impresiones negativas de todo tipo, quienes dejaron muy en alto el tricolor colombiano en Londres. Hicieron posible que olvidáramos por varios días a los terroristas de las Farc, la tediosa […]
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO*
La actuación de nuestros deportistas en los olímpicos es una gran noticia y un bálsamo para un país acostumbrado a impresiones negativas de todo tipo, quienes dejaron muy en alto el tricolor colombiano en Londres. Hicieron posible que olvidáramos por varios días a los terroristas de las Farc, la tediosa pelea entre Uribe y Santos, del principio de oportunidad de los Nule, la fiesta de Fritanga, las andanzas de Dania con el servicio secreto, en fin, todas las situaciones fatigantes que se viven a diario en nuestro país y que deterioran nuestra imagen en el exterior.
Hay que hacerle un reconocimiento al Gobierno Nacional que por primera vez en cabeza del director de Coldeportes, Andrés Botero, lideró un verdadero programa preparatorio con una inversión cercana a los 25 millones de dólares para que Colombia con esas 8 medallas ganadas, que son mayoría entre las 19 en toda la historia de los Juegos, se constituyera en la segunda potencia latinoamericana en las justas; además de ofrecer unos buenos incentivos para quienes llegaran al podio.
Esta semana el orgullo patrio se sintió en cada rincón de Colombia, en todas partes el tema era uno solo, la actuación de estos soñadores que se fueron al Viejo Continente a buscar la gloria y sí que la encontraron. El camino lo inició Rigoberto Urán que paralizó nuestros corazones en una escapada en las calles de la capital británica demostrando el tesón colombiano, llego desapercibido, casi hasta se queda fuera de competencia y contra viento y marea se ganó la de plata. Continuó, Oscar Figueroa con otra de plata, el pesista antioqueno que levantó con toda su alma esas barras y dejó claro que nuestro país es potencia en halterofilia (levantamiento de pesas).
Luego la gran campeona, la mujer de la sonrisa hermosa que nos hizo erizar, Caterine Ibargüen con su salto de 14,80 mts consiguió plata y le puso su toque de sabor al frío estadio de Londres. Yuri Alvear y Jackeline Rentería tampoco se quedaron atrás, en judo y lucha conquistaron bronce en combates complicados, pero sacaron la casta y la fuerza de la mujer valluna y lo lograron.
Un capítulo aparte merece nuestro campeón de Taekwondo Oscar Muñoz, vallenato como el Guatapurí que llegó con un bajo perfil a los juegos y se alzó con la de bronce, después de hacer varios combates con muy buen desempeño, es un justo premio a un muchacho humilde y disciplinado que demuestra que en Valledupar no todo es parranda, también se puede hacer deporte de alto nivel, un reconocimiento a su entrenador Álvaro Vidal que lo formó y fue puliendo ese diamante que ya tiene puesta la mira en Rio 2016. Pero faltaba el oro, esto no hubiese tenido el mismo sabor sin una medalla dorada, y la encargada fue Mariana Pajón, la niña de fantasía, de carisma arrollador en su BMX reventó a sus rivales y cumplió con las expectativas, logrando una soñada medalla de oro al ganar la final del bicicross.
Y como si fuera poco, el mismo día, Carlo Mario Oquendo, en hombres, logró el bronce y completó una jornada histórica. El proceso debe continuar con miras a Brasil 2016 donde el deporte olímpico colombiano se puede consolidar, necesitamos más infraestructura deportiva y más apoyo a los procesos de las ligas. Ojalá los políticos, a los que le gusta tanto una vitrina, entiendan que la cultura y el deporte son lo que más le eleva la imagen al país y por lo tanto hay que ampliar los presupuestos para conseguir resultados de este nivel.
*Twitter: @JACOBOSOLANOC
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO* La actuación de nuestros deportistas en los olímpicos es una gran noticia y un bálsamo para un país acostumbrado a impresiones negativas de todo tipo, quienes dejaron muy en alto el tricolor colombiano en Londres. Hicieron posible que olvidáramos por varios días a los terroristas de las Farc, la tediosa […]
Por: JACOBO SOLANO CERCHIARO*
La actuación de nuestros deportistas en los olímpicos es una gran noticia y un bálsamo para un país acostumbrado a impresiones negativas de todo tipo, quienes dejaron muy en alto el tricolor colombiano en Londres. Hicieron posible que olvidáramos por varios días a los terroristas de las Farc, la tediosa pelea entre Uribe y Santos, del principio de oportunidad de los Nule, la fiesta de Fritanga, las andanzas de Dania con el servicio secreto, en fin, todas las situaciones fatigantes que se viven a diario en nuestro país y que deterioran nuestra imagen en el exterior.
Hay que hacerle un reconocimiento al Gobierno Nacional que por primera vez en cabeza del director de Coldeportes, Andrés Botero, lideró un verdadero programa preparatorio con una inversión cercana a los 25 millones de dólares para que Colombia con esas 8 medallas ganadas, que son mayoría entre las 19 en toda la historia de los Juegos, se constituyera en la segunda potencia latinoamericana en las justas; además de ofrecer unos buenos incentivos para quienes llegaran al podio.
Esta semana el orgullo patrio se sintió en cada rincón de Colombia, en todas partes el tema era uno solo, la actuación de estos soñadores que se fueron al Viejo Continente a buscar la gloria y sí que la encontraron. El camino lo inició Rigoberto Urán que paralizó nuestros corazones en una escapada en las calles de la capital británica demostrando el tesón colombiano, llego desapercibido, casi hasta se queda fuera de competencia y contra viento y marea se ganó la de plata. Continuó, Oscar Figueroa con otra de plata, el pesista antioqueno que levantó con toda su alma esas barras y dejó claro que nuestro país es potencia en halterofilia (levantamiento de pesas).
Luego la gran campeona, la mujer de la sonrisa hermosa que nos hizo erizar, Caterine Ibargüen con su salto de 14,80 mts consiguió plata y le puso su toque de sabor al frío estadio de Londres. Yuri Alvear y Jackeline Rentería tampoco se quedaron atrás, en judo y lucha conquistaron bronce en combates complicados, pero sacaron la casta y la fuerza de la mujer valluna y lo lograron.
Un capítulo aparte merece nuestro campeón de Taekwondo Oscar Muñoz, vallenato como el Guatapurí que llegó con un bajo perfil a los juegos y se alzó con la de bronce, después de hacer varios combates con muy buen desempeño, es un justo premio a un muchacho humilde y disciplinado que demuestra que en Valledupar no todo es parranda, también se puede hacer deporte de alto nivel, un reconocimiento a su entrenador Álvaro Vidal que lo formó y fue puliendo ese diamante que ya tiene puesta la mira en Rio 2016. Pero faltaba el oro, esto no hubiese tenido el mismo sabor sin una medalla dorada, y la encargada fue Mariana Pajón, la niña de fantasía, de carisma arrollador en su BMX reventó a sus rivales y cumplió con las expectativas, logrando una soñada medalla de oro al ganar la final del bicicross.
Y como si fuera poco, el mismo día, Carlo Mario Oquendo, en hombres, logró el bronce y completó una jornada histórica. El proceso debe continuar con miras a Brasil 2016 donde el deporte olímpico colombiano se puede consolidar, necesitamos más infraestructura deportiva y más apoyo a los procesos de las ligas. Ojalá los políticos, a los que le gusta tanto una vitrina, entiendan que la cultura y el deporte son lo que más le eleva la imagen al país y por lo tanto hay que ampliar los presupuestos para conseguir resultados de este nivel.
*Twitter: @JACOBOSOLANOC