Un personaje excepcional

Nadie ha sufrido tanto los rigores de la incomprensión como el artista plástico vallenato, Celso Castro Daza, con una obra que rompe los tabúes sobre la corporalidad y la sexualidad, poniendo al desnudo dos cosas de las cuales una sociedad marcadamente tradicional, se niega a dialogar.
El temor al desnudo y a los temas de la sexualidad son asuntos que muy pocas veces salen de la alcoba, en tiempos en que temas como el machismo y todas sus consecuencias, son padecidas por una sociedad moralista.
Su temática centrada en los genitales masculinos como una forma de crear arte, despertó más de una polémica y muchas ampollas en esta ciudad, en 1994, cuando la mitad de sus cuadros fueron descolgados de la Casa de la Cultura porque eran “pornográficos”.

Un temperamento tranquilo (INTERTÍTULO)

Con su temperamento tranquilo pero convencido de su trabajo, le tocó defender su obra. “Convertir una parte del cuerpo en arte, algo que tradicionalmente es tabú, no es fácil”, dice. “Uno vive muy limitado a la obra porque hay cosas que no se pueden decir”, afirma.
“Sentir tanto rechazo a nivel de compra me ha doblegado un poco, pero también por mis hijos que están pequeños”, sostiene. Sin embargo, reconoce que cuando sus obras se venden, los precios no son nada despreciables.
En la actualidad, sus obras están exhibas en el Museo de Arte Moderno de Cali, en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, en el Museo de Arte Moderno de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. Fue invitado especial en La Habana, Cuba, y en la Feria de Arte en Miami. Ha expuesto dos veces de manera individual en Nueva York.
Es de los pocos artistas que se niega a producir obras comerciales, e insiste en crear arte con las cosas que mueven su espíritu. Sus modelos siguen siendo hombres un poco más vestidos, pero igualmente polémicos.
Para el año entrante está preparando una exposición fotográfica en gran formato con un solo tema: un paramilitar mostrando sus genitales, la cual será exhibida en la galería El Museo de Bogotá.