Por: Luis Elquis Díaz El próximo jueves 24 de Mayo se realizarán las elecciones internas en la Universidad Popular del Cesar, en todos sus estamentos. Este proceso representa mucha importancia dado el momento por el cual atraviesa el Alma Mater, en términos administrativos y principalmente académicos. Es importante resaltar que el máximo ente jerárquico de […]
Por: Luis Elquis Díaz
El próximo jueves 24 de Mayo se realizarán las elecciones internas en la Universidad Popular del Cesar, en todos sus estamentos. Este proceso representa mucha importancia dado el momento por el cual atraviesa el Alma Mater, en términos administrativos y principalmente académicos.
Es importante resaltar que el máximo ente jerárquico de la Universidad está representado por el Consejo Superior Universitario, el cual está integrado por los siguientes representantes: Estudiantes, Profesores, Egresados, Directivas Académicas, Ex Rectores, Gobernador, Presidente de la Republica, Ministerio de Educación y los Gremios. Los nueve integrantes del Consejo Superior tienen entre sus funciones principales la elección del Rector.
El proceso democrático de la Universidad ha recibido el llamado de atención de todos los sectores, esta casa editorial no ha sido la excepción; sin embargo, es necesario continuar replicando la necesidad de observar con detenimiento la conducta y propuestas de los candidatos.
El proceso proselitista al interior de la Universidad por la forma tiene semejanza con los procesos políticos externos, pese a ello, se diferencia puntualmente por las calidades y cualidades de los electores representados en los estudiantes, egresados, profesores y por la función de la universidad con la sociedad en cuanto al fomento y transmisión de conocimiento, por lo tanto, resulta inconcebible que el proceso proselitista merezca gastos considerables en publicidad y reuniones sociales en hoteles de la ciudad.
Claramente lo expresó en su artículo el profesor Raúl Bermúdez, colaborador de El Pilón, en su artículo el pasado 4 de mayo, cuando dijo que no existe analogía entre la academia y la politiquería, este binomio es como el agua y el aceite puntualizó. En ello, estamos totalmente de acuerdo, especialmente porque a los cargos a los cuales se aspira son de corte académico y ad-honorem, no generan ingresos; por eso son cuestionables las inversiones onerosas en publicidad y los encuentros en hoteles de la ciudad, no solo por lo referenciado, sino además porque el elector es un profesional como los candidatos que merecen todo el respeto, de igual manera este proceso democrático interno de la Universidad debe servir como ejemplo para los procesos de la política tradicional.
El proceso de elecciones se presenta en un momento oportuno, pues la Universidad necesita de un salvavidas que le permita rescatar su vocación primaria, un ente donde se imparte academia debe hacerlo con calidad, tampoco se puede dar el lujo de cambiar de rector como si fuera un suiche que enciende y apaga, no tiene ninguna justificación que el representante de los profesionales (Egresados) exprese públicamente que no le asiste responsabilidad en el corralito que elige rector que luego el Consejo de Estado se encarga de desafectar porque simplemente hubo fallas de procedimiento en el proceso de elección. Esto indicaría que no se revisan hojas de vida, régimen de inhabilidades e incompatibilidades y normas taxativas para el caso.
La ciudadanía de los Departamentos del Cesar y la Guajira debe estar vigilante conjuntamente con los estudiantes, egresados y profesores, pues está en juego el prestigio de ellos y las posibilidades de educarse profesionalmente de las generaciones siguientes. De la conformación del nuevo Consejo Superior depende en gran medida la reingeniería de la Universidad Popular del Cesar, con la conformación de este organismo debe iniciar a gestarse los procedimientos para retomar lugares de importancia entre las universidades públicas del país, en el mismo sentido la selección del cuerpo docente para evitar el descalabro académico como consecuencia de docentes por necesidad y no por vocación. La universidad debe entender que sus egresados hacen parte de su patrimonio, por lo tanto, es menester ubicarlos y ofrecerles oportunidades de continuidad en formación académica, para satisfacer la necesidad en el ámbito docente y para que sean los egresados consultores y protagonistas de los convenios que en el presente se hacen con otras universidades, pero que paradójicamente tienen como talento humano a los egresados de la universidad.
Por: Luis Elquis Díaz El próximo jueves 24 de Mayo se realizarán las elecciones internas en la Universidad Popular del Cesar, en todos sus estamentos. Este proceso representa mucha importancia dado el momento por el cual atraviesa el Alma Mater, en términos administrativos y principalmente académicos. Es importante resaltar que el máximo ente jerárquico de […]
Por: Luis Elquis Díaz
El próximo jueves 24 de Mayo se realizarán las elecciones internas en la Universidad Popular del Cesar, en todos sus estamentos. Este proceso representa mucha importancia dado el momento por el cual atraviesa el Alma Mater, en términos administrativos y principalmente académicos.
Es importante resaltar que el máximo ente jerárquico de la Universidad está representado por el Consejo Superior Universitario, el cual está integrado por los siguientes representantes: Estudiantes, Profesores, Egresados, Directivas Académicas, Ex Rectores, Gobernador, Presidente de la Republica, Ministerio de Educación y los Gremios. Los nueve integrantes del Consejo Superior tienen entre sus funciones principales la elección del Rector.
El proceso democrático de la Universidad ha recibido el llamado de atención de todos los sectores, esta casa editorial no ha sido la excepción; sin embargo, es necesario continuar replicando la necesidad de observar con detenimiento la conducta y propuestas de los candidatos.
El proceso proselitista al interior de la Universidad por la forma tiene semejanza con los procesos políticos externos, pese a ello, se diferencia puntualmente por las calidades y cualidades de los electores representados en los estudiantes, egresados, profesores y por la función de la universidad con la sociedad en cuanto al fomento y transmisión de conocimiento, por lo tanto, resulta inconcebible que el proceso proselitista merezca gastos considerables en publicidad y reuniones sociales en hoteles de la ciudad.
Claramente lo expresó en su artículo el profesor Raúl Bermúdez, colaborador de El Pilón, en su artículo el pasado 4 de mayo, cuando dijo que no existe analogía entre la academia y la politiquería, este binomio es como el agua y el aceite puntualizó. En ello, estamos totalmente de acuerdo, especialmente porque a los cargos a los cuales se aspira son de corte académico y ad-honorem, no generan ingresos; por eso son cuestionables las inversiones onerosas en publicidad y los encuentros en hoteles de la ciudad, no solo por lo referenciado, sino además porque el elector es un profesional como los candidatos que merecen todo el respeto, de igual manera este proceso democrático interno de la Universidad debe servir como ejemplo para los procesos de la política tradicional.
El proceso de elecciones se presenta en un momento oportuno, pues la Universidad necesita de un salvavidas que le permita rescatar su vocación primaria, un ente donde se imparte academia debe hacerlo con calidad, tampoco se puede dar el lujo de cambiar de rector como si fuera un suiche que enciende y apaga, no tiene ninguna justificación que el representante de los profesionales (Egresados) exprese públicamente que no le asiste responsabilidad en el corralito que elige rector que luego el Consejo de Estado se encarga de desafectar porque simplemente hubo fallas de procedimiento en el proceso de elección. Esto indicaría que no se revisan hojas de vida, régimen de inhabilidades e incompatibilidades y normas taxativas para el caso.
La ciudadanía de los Departamentos del Cesar y la Guajira debe estar vigilante conjuntamente con los estudiantes, egresados y profesores, pues está en juego el prestigio de ellos y las posibilidades de educarse profesionalmente de las generaciones siguientes. De la conformación del nuevo Consejo Superior depende en gran medida la reingeniería de la Universidad Popular del Cesar, con la conformación de este organismo debe iniciar a gestarse los procedimientos para retomar lugares de importancia entre las universidades públicas del país, en el mismo sentido la selección del cuerpo docente para evitar el descalabro académico como consecuencia de docentes por necesidad y no por vocación. La universidad debe entender que sus egresados hacen parte de su patrimonio, por lo tanto, es menester ubicarlos y ofrecerles oportunidades de continuidad en formación académica, para satisfacer la necesidad en el ámbito docente y para que sean los egresados consultores y protagonistas de los convenios que en el presente se hacen con otras universidades, pero que paradójicamente tienen como talento humano a los egresados de la universidad.