La semana que se inicia es crucial para el mundo político del país, y en particular para la administración del Presidente Juan Manuel Santos. En efecto, transcurrido ya el primer año y medio de gobierno, durante el cual las noticias se concentraron en los anuncios y planes, el país espera con prontitud la concreción de […]
La semana que se inicia es crucial para el mundo político del país, y en particular para la administración del Presidente Juan Manuel Santos. En efecto, transcurrido ya el primer año y medio de gobierno, durante el cual las noticias se concentraron en los anuncios y planes, el país espera con prontitud la concreción de las iniciativas centrales del gobierno de la Unidad Nacional y de proyectos aplazados y urgentes para la buena marcha del país, en su conjunto.
Y en la agenda del ejecutivo y el legislativo están pendientes asuntos cruciales como las reformas al sistema tributario, la continuación de los cambios en el sistema de regalías, la ley de fomento al sector agropecuario y la de la reforma a la justicia, y la de educación superior, entre otros, que determinarán buena parte de la trascendencia e inclusive el éxito o el fracaso del gobierno de Santos Calderón.
Este periodo legislativo tiene la particularidad que es la primera con los nuevos gobernadores y alcaldes, quienes asumieron el 1 de enero y representan un nuevo mapa político del país regional y que requieren trabajar de manera articulada con los Congresistas de cada departamento y con los ministerios y demás entidades del gobierno nacional.
Será une etapa clave para las relaciones entre la Unidad Nacional y sus bancadas en el Congreso, cuando ya se han detectado algunas divisiones en los partidos que hacen parte de la coalición; y también para el éxito o el fracaso de algunos de los ministros, ya que no a todos les ha ido igual en materia de resultados ante el Congreso y ante el país.
A pesar de la colaboración que debe existir entre estas dos ramas del poder público, el país nacional espera que se registren debates de control político en asuntos que tienen una importancia capital, y que van más allá del tema político. Es el caso de los temas tributarios, de la tributación de las empresas mineras y del manejo de las regalías, como también como el rezago en materia de infraestructura, asunto que se siente mucho en las regiones y que tanto está obstaculizando el desarrollo nacional y la obtención de mayores tasas de crecimiento económico.
En el mismo plano están otros temas como la seguridad ciudadana y el inicio de unos eventuales diálogos de paz entre el gobierno y la subversión, teniendo en cuenta la calma política que se terminará el próximo año cuando ya se comience a hablar de las elecciones para Congreso de la República y nuevamente para la Presidencia.
Nuevamente volvemos a hacer un llamado a nuestros representantes para que trabajen en un frente unido por los intereses del departamento y se pongan la camiseta de apoyar en Bogotá, las gestiones del Alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, y del Gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco.
Nos parece fundamental que se haya iniciado un trabajo conjunto entre gobernadores y mandatarios de la Región Caribe, y en particular del Cesar y la Guajira, con los congresistas de esta zona del país, iniciativa liderada en buena hora por el Congresista José Alfredo Gnecco Zuleta.
En el caso del Cesar, hay un cambio importante y es la salida del congresista Yensi Acosta, por el fallo de la Procuraduría General de la Nación, y el ingreso a la Cámara de Representantes del joven Juan Manuel Campo Eljach. Conocemos de las gestiones del Congresista Pedro Muvdi, pero nos declaramos desconcertados de la actuación del congresista Fernando De la Peña, quien luego de elegido prácticamente se ausentó del Cesar y en particular de Valledupar.
Son muchos los asuntos de la capital y del departamento que requieren una gestión planeada y sistemática en la capital del país y en estos frentes, tanto el Alcalde como el Gobernador, requieren del apoyo de los congresistas, más allá de las lógicas diferencias de partido y posiciones políticas.
La semana que se inicia es crucial para el mundo político del país, y en particular para la administración del Presidente Juan Manuel Santos. En efecto, transcurrido ya el primer año y medio de gobierno, durante el cual las noticias se concentraron en los anuncios y planes, el país espera con prontitud la concreción de […]
La semana que se inicia es crucial para el mundo político del país, y en particular para la administración del Presidente Juan Manuel Santos. En efecto, transcurrido ya el primer año y medio de gobierno, durante el cual las noticias se concentraron en los anuncios y planes, el país espera con prontitud la concreción de las iniciativas centrales del gobierno de la Unidad Nacional y de proyectos aplazados y urgentes para la buena marcha del país, en su conjunto.
Y en la agenda del ejecutivo y el legislativo están pendientes asuntos cruciales como las reformas al sistema tributario, la continuación de los cambios en el sistema de regalías, la ley de fomento al sector agropecuario y la de la reforma a la justicia, y la de educación superior, entre otros, que determinarán buena parte de la trascendencia e inclusive el éxito o el fracaso del gobierno de Santos Calderón.
Este periodo legislativo tiene la particularidad que es la primera con los nuevos gobernadores y alcaldes, quienes asumieron el 1 de enero y representan un nuevo mapa político del país regional y que requieren trabajar de manera articulada con los Congresistas de cada departamento y con los ministerios y demás entidades del gobierno nacional.
Será une etapa clave para las relaciones entre la Unidad Nacional y sus bancadas en el Congreso, cuando ya se han detectado algunas divisiones en los partidos que hacen parte de la coalición; y también para el éxito o el fracaso de algunos de los ministros, ya que no a todos les ha ido igual en materia de resultados ante el Congreso y ante el país.
A pesar de la colaboración que debe existir entre estas dos ramas del poder público, el país nacional espera que se registren debates de control político en asuntos que tienen una importancia capital, y que van más allá del tema político. Es el caso de los temas tributarios, de la tributación de las empresas mineras y del manejo de las regalías, como también como el rezago en materia de infraestructura, asunto que se siente mucho en las regiones y que tanto está obstaculizando el desarrollo nacional y la obtención de mayores tasas de crecimiento económico.
En el mismo plano están otros temas como la seguridad ciudadana y el inicio de unos eventuales diálogos de paz entre el gobierno y la subversión, teniendo en cuenta la calma política que se terminará el próximo año cuando ya se comience a hablar de las elecciones para Congreso de la República y nuevamente para la Presidencia.
Nuevamente volvemos a hacer un llamado a nuestros representantes para que trabajen en un frente unido por los intereses del departamento y se pongan la camiseta de apoyar en Bogotá, las gestiones del Alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, y del Gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco.
Nos parece fundamental que se haya iniciado un trabajo conjunto entre gobernadores y mandatarios de la Región Caribe, y en particular del Cesar y la Guajira, con los congresistas de esta zona del país, iniciativa liderada en buena hora por el Congresista José Alfredo Gnecco Zuleta.
En el caso del Cesar, hay un cambio importante y es la salida del congresista Yensi Acosta, por el fallo de la Procuraduría General de la Nación, y el ingreso a la Cámara de Representantes del joven Juan Manuel Campo Eljach. Conocemos de las gestiones del Congresista Pedro Muvdi, pero nos declaramos desconcertados de la actuación del congresista Fernando De la Peña, quien luego de elegido prácticamente se ausentó del Cesar y en particular de Valledupar.
Son muchos los asuntos de la capital y del departamento que requieren una gestión planeada y sistemática en la capital del país y en estos frentes, tanto el Alcalde como el Gobernador, requieren del apoyo de los congresistas, más allá de las lógicas diferencias de partido y posiciones políticas.