MI COLUMNA Por Mary Daza Orozco Fernando Vallejo el irreverente, iconoclasta, impredecible, pero excelente escritor, manejador de la palabra, de la lengua, quizás por lo único que siente un sagrado respeto, comentó con su estilo desenfadado de decir lo que quiere: “La lengua española se ha convertido en un adefesio. Un inmenso desastre anglizado. Este […]
MI COLUMNA
Por Mary Daza Orozco
Fernando Vallejo el irreverente, iconoclasta, impredecible, pero excelente escritor, manejador de la palabra, de la lengua, quizás por lo único que siente un sagrado respeto, comentó con su estilo desenfadado de decir lo que quiere: “La lengua española se ha convertido en un adefesio. Un inmenso desastre anglizado. Este idioma perdió su expresividad, su gracia, su riqueza y hoy sólo queda pudriéndose el cadáver de lo que fue.”
No hay un ápice de mentira en lo que dice si tenemos en cuenta el desastre cómo se expresan hoy no sólo los jóvenes, también adultos, profesionales, periodistas, en fin, la gramática no existe para muchos que se precian de hablar bien el Español.
Hace unos días, alguien me presentó a una amiga, con altos elogios: “es preparadísima, estuvo de gerente… y más”. Comenzamos a charlar y en menos de diez minutos dijo dos veces ‘nadien’ y un habrán, este en la forma incorrecta. Yo creía que el socorrido ‘nadien’, que es de una ignorancia supina, urticante, además, había desaparecido, pero no solo lo usa la erudita señora sino que lo he escuchado en discursos y prédicas.
Entre los vicios contra el idioma encontramos el mal uso de la letra N al final de inflexiones verbales y palabras que no tienen por qué llevarla, como en ‘nadie’, pero es el verbo haber el que sufre más el “eneísmo”, veamos:
Es común escuchar: “Habían como dos mil personas en el parque”, quítele la N, porque para cantidad, sucesos o descripciones es ‘había’; ejemplos: había fiestas, había mil soldados, había luces por todas partes.
Se usa ‘habían’ cuando le sigue un participio, ejemplo: habían comido, habían bailado; No sé si habían dormido antes de viajar.
Seguimos con ‘habrán’ (muy común en Méjico, a pesar de eso es un error) Se sigue la misma regla que para había: habrá fiestas, habrá lluvias, habrá brisa; cuando sigue un participio: ¿Los niños habrán comido?
Nos enseñaron que nunca se debe decir hubieron, eso es falso. Lo mismo que en los ejemplos anteriores: Hubo mucha neblina; hubo fiestas en el barrio; hubo cantos tristes; con un ejemplo veamos el usos de hubieron: ‘Luego de que hubieron rezado se fueron a dormir’. Siempre con el participio apoyándolo.
Quite todas esas enes que sobran y hablará mejor. Otro caso lo ilustro con un ejemplo: Un cantante vallenato, en una parranda, comenzó la hermosa canción ‘Igual que aquella Noche’, así: “Hacen dos años que te entregué todo mi cariño”. Pueden ser mil, diez, veinte, días, minutos, que es hace, sin la N; “Hace dos años que te…”.Cuando encontramos un letrero como “Se hacen vestidos”, es correcto porque se refiere al verbo hacer, en la anterior se refiere a tiempo.
Poniendo en prácticas estas pequeñas sugerencias, no sólo nos expresaremos mejor sino que nos aficionaremos a buscar la palabra correcta, a usarla, a cuidar nuestro idioma.
El mejicano (tolteca) Miguel Ruiz en su libro de Los cuatro acuerdos, nos dice: “Debemos ser impecables con las palabras, parece muy simple, pero es sumamente poderoso. ¿Por qué tus palabras? Porque constituyen el poder que tienes para crear, son don que proviene directamente de Dios, no son sólo sonidos o símbolos escritos o hablados, son una fuerza: constituyen el poder para expresar, comunicar, para pensar y en consecuencia para crear los acontecimientos de la vida”.
Una razón más para que cada día tratemos de utilizar mejor nuestro idioma.
MI COLUMNA Por Mary Daza Orozco Fernando Vallejo el irreverente, iconoclasta, impredecible, pero excelente escritor, manejador de la palabra, de la lengua, quizás por lo único que siente un sagrado respeto, comentó con su estilo desenfadado de decir lo que quiere: “La lengua española se ha convertido en un adefesio. Un inmenso desastre anglizado. Este […]
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Por Mary Daza Orozco
Fernando Vallejo el irreverente, iconoclasta, impredecible, pero excelente escritor, manejador de la palabra, de la lengua, quizás por lo único que siente un sagrado respeto, comentó con su estilo desenfadado de decir lo que quiere: “La lengua española se ha convertido en un adefesio. Un inmenso desastre anglizado. Este idioma perdió su expresividad, su gracia, su riqueza y hoy sólo queda pudriéndose el cadáver de lo que fue.”
No hay un ápice de mentira en lo que dice si tenemos en cuenta el desastre cómo se expresan hoy no sólo los jóvenes, también adultos, profesionales, periodistas, en fin, la gramática no existe para muchos que se precian de hablar bien el Español.
Hace unos días, alguien me presentó a una amiga, con altos elogios: “es preparadísima, estuvo de gerente… y más”. Comenzamos a charlar y en menos de diez minutos dijo dos veces ‘nadien’ y un habrán, este en la forma incorrecta. Yo creía que el socorrido ‘nadien’, que es de una ignorancia supina, urticante, además, había desaparecido, pero no solo lo usa la erudita señora sino que lo he escuchado en discursos y prédicas.
Entre los vicios contra el idioma encontramos el mal uso de la letra N al final de inflexiones verbales y palabras que no tienen por qué llevarla, como en ‘nadie’, pero es el verbo haber el que sufre más el “eneísmo”, veamos:
Es común escuchar: “Habían como dos mil personas en el parque”, quítele la N, porque para cantidad, sucesos o descripciones es ‘había’; ejemplos: había fiestas, había mil soldados, había luces por todas partes.
Se usa ‘habían’ cuando le sigue un participio, ejemplo: habían comido, habían bailado; No sé si habían dormido antes de viajar.
Seguimos con ‘habrán’ (muy común en Méjico, a pesar de eso es un error) Se sigue la misma regla que para había: habrá fiestas, habrá lluvias, habrá brisa; cuando sigue un participio: ¿Los niños habrán comido?
Nos enseñaron que nunca se debe decir hubieron, eso es falso. Lo mismo que en los ejemplos anteriores: Hubo mucha neblina; hubo fiestas en el barrio; hubo cantos tristes; con un ejemplo veamos el usos de hubieron: ‘Luego de que hubieron rezado se fueron a dormir’. Siempre con el participio apoyándolo.
Quite todas esas enes que sobran y hablará mejor. Otro caso lo ilustro con un ejemplo: Un cantante vallenato, en una parranda, comenzó la hermosa canción ‘Igual que aquella Noche’, así: “Hacen dos años que te entregué todo mi cariño”. Pueden ser mil, diez, veinte, días, minutos, que es hace, sin la N; “Hace dos años que te…”.Cuando encontramos un letrero como “Se hacen vestidos”, es correcto porque se refiere al verbo hacer, en la anterior se refiere a tiempo.
Poniendo en prácticas estas pequeñas sugerencias, no sólo nos expresaremos mejor sino que nos aficionaremos a buscar la palabra correcta, a usarla, a cuidar nuestro idioma.
El mejicano (tolteca) Miguel Ruiz en su libro de Los cuatro acuerdos, nos dice: “Debemos ser impecables con las palabras, parece muy simple, pero es sumamente poderoso. ¿Por qué tus palabras? Porque constituyen el poder que tienes para crear, son don que proviene directamente de Dios, no son sólo sonidos o símbolos escritos o hablados, son una fuerza: constituyen el poder para expresar, comunicar, para pensar y en consecuencia para crear los acontecimientos de la vida”.
Una razón más para que cada día tratemos de utilizar mejor nuestro idioma.