Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 25 octubre, 2011

Remoción de cuadros

BITÁCORA Por: Oscar Ariza Es interesante analizar cómo los jóvenes están emergiendo en la política local y regional proponiendo un relevo generacional frente a la política desgastada que desde antaño viene funcionando en manos de los experienzudos, sin que haya un cambio real en las estructuras ético- ideológicas de la política en el Cesar. Aún […]

Boton Wpp

BITÁCORA

Por: Oscar Ariza

Es interesante analizar cómo los jóvenes están emergiendo en la política local y regional proponiendo un relevo generacional frente a la política desgastada que desde antaño viene funcionando en manos de los experienzudos, sin que haya un cambio real en las estructuras ético- ideológicas de la política en el Cesar. Aún hay muchos quienes descalifican a candidatos jóvenes, bajo la miope acusación de tener poca trayectoria y edad para aspirar a cargos de elección popular como alcaldías y concejos municipales.

Si bien es cierto que la juventud está expuesta a problemas, también tiene elementos valiosos que contribuirían con el desarrollo social de la región si se les mira con respeto, sin subestimar su capacidad.

No obstante,  los especialistas en pedagogía y psicología  reconocen en la  juventud, etapas fundamentales en el desarrollo del hombre, haciendo esfuerzos por contribuir con el entendimiento de esta edad, inexorablemente la brecha entre  adultos y  jóvenes cada día es mayor,  pues los primeros miran en los segundos un mundo extraño que no encaja en la realidad personal y social de ellos. Los jóvenes quieren tender puentes con los adultos; no quieren desarrollar su experiencia solos, pero cada vez es más difícil llegar a algún tipo de interacción, porque muchos que invocan la experiencia de los años continúan subestimando su capacidad de pensar y accionar.
Casi siempre los mayores actúan como autenticadores de lo bueno y lo malo ante ellos, olvidando que también fueron  jóvenes con sed de oportunidades.

Es innegable que muchos jóvenes de hoy son  producto de una sociedad de consumo que los ha hecho entrar en la cultura de lo efímero, donde las cosas pierden rápidamente su valor, instaurándose  así una nueva condición de vida “el ahora.”. Pero ¿hasta dónde los adultos hemos tenido responsabilidad en ello? La directriz que siguen es vivir la vida intensa y apasionadamente, descalificando el sacrificio o la dificultad, pues lo ven como un atentado a la vida. Ha surgido así la cultura de lo “light” y el pastiche, fundamentada en el consumir todo lo que genere actualidad.
El joven ve la experiencia personal como la fuente y el criterio de verdad que instaura un nuevo valor “el enamoramiento” como única lógica para vivir. “La cultura juvenil” es la principal consumidora de música compacta, video clips, celulares. Mp5, blackberries, iphones, video juegos,  blogs, ipads, así como grandes marcas de ropa,  bisutería y perfumes.

Así  como enfrentamos a una generación poco comprometida, encontramos también a muchachos con  talento excepcional para las artes, la academia y la política, entre otras. Hoy contamos con profesionales muy jóvenes, pero a la hora de demostrar su talento, son frenados por el mundo del adulto que los menosprecia por su edad, posponiéndole sus proyectos bajo la falsa premisa de que son inexpertos y todavía les queda mucho por aprender.

Son múltiples las críticas que se hacen, pero pocos los jóvenes con oportunidades de presentar una propuesta moderna y coherente con el desarrollo de la sociedad, desde secretarías en la administración municipal o departamental, direccionando procesos empresariales en nuestra región, o  administrando alcaldías y concejos municipales, sólo porque el mundo de los mayores es egoísta y al creerse los únicos capaces, terminan desplazándolos, allende de sus enormes potencialidades,  creyendo que son sólo desorden y superficialidad.  Contrario a lo que se crea, de ellos también hay cosas por aprender.

Es absurdo seguirlos estigmatizando sólo porque algunos se apartan de la búsqueda de valores auténticos en este mundo inauténtico. Para esto, los mayores debemos asignarles responsabilidades que vayan más allá de darles una camiseta y una gorra con propaganda política para que hagan bulla dentro de una camioneta, mientras están en campaña política por ejemplo. Debemos empoderarlos para que administren con eficiencia y pulcritud las alcaldías y los concejos, ya que los de más experiencia han sido incapaces hasta ahora.

Por eso celebro que haya candidatos sumamente jóvenes, pues llegó la hora de dejar actuar a quienes  vienen pidiendo pista para despegar, porque se cansaron de esos patrones tradicionales que han modelado una equívoca y poco creíble forma de administrar desde la etiqueta de los años y la experiencia, sin resultados que hasta hoy se puedan aplaudir e imitar.

[email protected]

Columnista
25 octubre, 2011

Remoción de cuadros

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Oscar Ariza Daza

BITÁCORA Por: Oscar Ariza Es interesante analizar cómo los jóvenes están emergiendo en la política local y regional proponiendo un relevo generacional frente a la política desgastada que desde antaño viene funcionando en manos de los experienzudos, sin que haya un cambio real en las estructuras ético- ideológicas de la política en el Cesar. Aún […]


BITÁCORA

Por: Oscar Ariza

Es interesante analizar cómo los jóvenes están emergiendo en la política local y regional proponiendo un relevo generacional frente a la política desgastada que desde antaño viene funcionando en manos de los experienzudos, sin que haya un cambio real en las estructuras ético- ideológicas de la política en el Cesar. Aún hay muchos quienes descalifican a candidatos jóvenes, bajo la miope acusación de tener poca trayectoria y edad para aspirar a cargos de elección popular como alcaldías y concejos municipales.

Si bien es cierto que la juventud está expuesta a problemas, también tiene elementos valiosos que contribuirían con el desarrollo social de la región si se les mira con respeto, sin subestimar su capacidad.

No obstante,  los especialistas en pedagogía y psicología  reconocen en la  juventud, etapas fundamentales en el desarrollo del hombre, haciendo esfuerzos por contribuir con el entendimiento de esta edad, inexorablemente la brecha entre  adultos y  jóvenes cada día es mayor,  pues los primeros miran en los segundos un mundo extraño que no encaja en la realidad personal y social de ellos. Los jóvenes quieren tender puentes con los adultos; no quieren desarrollar su experiencia solos, pero cada vez es más difícil llegar a algún tipo de interacción, porque muchos que invocan la experiencia de los años continúan subestimando su capacidad de pensar y accionar.
Casi siempre los mayores actúan como autenticadores de lo bueno y lo malo ante ellos, olvidando que también fueron  jóvenes con sed de oportunidades.

Es innegable que muchos jóvenes de hoy son  producto de una sociedad de consumo que los ha hecho entrar en la cultura de lo efímero, donde las cosas pierden rápidamente su valor, instaurándose  así una nueva condición de vida “el ahora.”. Pero ¿hasta dónde los adultos hemos tenido responsabilidad en ello? La directriz que siguen es vivir la vida intensa y apasionadamente, descalificando el sacrificio o la dificultad, pues lo ven como un atentado a la vida. Ha surgido así la cultura de lo “light” y el pastiche, fundamentada en el consumir todo lo que genere actualidad.
El joven ve la experiencia personal como la fuente y el criterio de verdad que instaura un nuevo valor “el enamoramiento” como única lógica para vivir. “La cultura juvenil” es la principal consumidora de música compacta, video clips, celulares. Mp5, blackberries, iphones, video juegos,  blogs, ipads, así como grandes marcas de ropa,  bisutería y perfumes.

Así  como enfrentamos a una generación poco comprometida, encontramos también a muchachos con  talento excepcional para las artes, la academia y la política, entre otras. Hoy contamos con profesionales muy jóvenes, pero a la hora de demostrar su talento, son frenados por el mundo del adulto que los menosprecia por su edad, posponiéndole sus proyectos bajo la falsa premisa de que son inexpertos y todavía les queda mucho por aprender.

Son múltiples las críticas que se hacen, pero pocos los jóvenes con oportunidades de presentar una propuesta moderna y coherente con el desarrollo de la sociedad, desde secretarías en la administración municipal o departamental, direccionando procesos empresariales en nuestra región, o  administrando alcaldías y concejos municipales, sólo porque el mundo de los mayores es egoísta y al creerse los únicos capaces, terminan desplazándolos, allende de sus enormes potencialidades,  creyendo que son sólo desorden y superficialidad.  Contrario a lo que se crea, de ellos también hay cosas por aprender.

Es absurdo seguirlos estigmatizando sólo porque algunos se apartan de la búsqueda de valores auténticos en este mundo inauténtico. Para esto, los mayores debemos asignarles responsabilidades que vayan más allá de darles una camiseta y una gorra con propaganda política para que hagan bulla dentro de una camioneta, mientras están en campaña política por ejemplo. Debemos empoderarlos para que administren con eficiencia y pulcritud las alcaldías y los concejos, ya que los de más experiencia han sido incapaces hasta ahora.

Por eso celebro que haya candidatos sumamente jóvenes, pues llegó la hora de dejar actuar a quienes  vienen pidiendo pista para despegar, porque se cansaron de esos patrones tradicionales que han modelado una equívoca y poco creíble forma de administrar desde la etiqueta de los años y la experiencia, sin resultados que hasta hoy se puedan aplaudir e imitar.

[email protected]