Por  Gustavo Cotes Medina

La pelea y el pulso político entre demócratas y republicanos en torno de un plan de ajuste fiscal, están generando un clima pesado, hostil y agobiante en  el Congreso de los Estados Unidos, que se suma al calor insoportable en Washington de 45 grados centígrados, por este fuerte verano. De no concretarse un acuerdo en los próximos ocho días, se podría causar un perjuicio económico sin precedentes en ese país con el agravante que el tema de su endeudamiento tiene alcances de carácter global.
En la práctica, se busca un acuerdo para elevar el techo de la deuda de los Estados Unidos con el fin de evitar que el país incumpla con las obligaciones financieras que debe asumir a partir del próximo 2 de agosto. Pero, aún si se resuelve ese problema, el daño a la economía ya está hecho y “el escenario es catastrófico”. En un 9,6% del PIB se estima que sea el déficit primario de los Estados Unidos al cierre del presente año. Para efectos de referencia, en el 2008 ese déficit era solamente de 3,2%.
Para nosotros- los legos en economía- resulta difícil de creer que por una intensa disputa de fondo ideológico y político entre demócratas y republicanos, la credibilidad de los Estados Unidos pueda quedar por el piso, al igual que su solidez financiera. ¿Será que cuando el filósofo señala la luna, el tonto se fija en el dedo?.
Los republicanos quieren reducir el gasto público a través de recortes a los programas sociales y se oponen a elevar el techo de la deuda, si eso no se garantiza. Para los demócratas es inadmisible recortar los programas que benefician a los más pobres y consideran que el  ajuste fiscal debe llegar por la vía de nuevos impuestos a los más ricos.
Ya llevan tres semanas buscando una fórmula de acercamiento entre las partes, y el tiempo de respuesta se está agotando. A todo este ambiente turbio se le suma los cálculos políticos de ambos partidos que ya tienen en la mira las elecciones presidenciales y legislativas de 2012. ¿Será que en esta crisis actual los intereses electorales de los partidos están por encima a lo que es bueno para el país?.
El plan de los republicanos de aumentar el techo de la deuda en dos fases para evitar entrar en mora, es una opción que ha rechazado el presidente Obama porque es una solución a corto plazo y por considerar que no es suficiente para transmitirle seguridad a los mercados. Se requiere, por lo menos, extender  la capacidad de endeudamiento del país hasta el 2013.
El pasado mes de mayo, Estados Unidos alcanzó el tope de endeudamiento de 14,29 billones de dólares y la Casa Blanca ha dejado muy claro que el Congreso debe aumentar el techo de la deuda para el 2 de agosto, o de lo contrario el Gobierno se quedaría sin fondos para pagar sus compromisos. Un verdadero dolor de cabeza para el presidente Obama y una situación de crisis que podría generar un colapso económico difícil de imaginar.
Es de esperar que la inteligencia, el sentido común y la sensatez de los legisladores terminen por imponerse en la búsqueda de una solución balanceada para el país, que esté por encima de los intereses partidistas. Pero, aunque se logre un acuerdo consensuado en el Congreso, el daño ya está hecho, la confianza en la economía de los Estados Unido ha caído y no será fácil de recuperar.
En contraste con la angustiosa situación anterior, la semana pasada se logró un acuerdo sobre el rescate de Grecia que entrará en un cese de pagos parcial y la zona euro, con su fondo de ayuda, será un garante de los títulos de la deuda griega durante el tiempo en que esté en cese de pagos.
Al mismo tiempo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe anual ve bien a Colombia en todos sus rubros, especialmente en los precios de las materias primas, la recuperación en el agro y el buen comportamiento de ventas minoristas. ¡Es una realidad que el país progresa a un ritmo sano, bien afianzado en un sistema financiero sólido y con perspectivas positivas para dinamizar y diversificar sus exportaciones!
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