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Columnista - 24 junio, 2011

Debacle educativa regional

Por: Raúl Bermúdez Márquez Silvana López Gómez, estudiante de undécimo grado del colegio Albania en La Guajira, obtuvo el séptimo puesto a nivel nacional en las pruebas Saber Icfes 2011.  Silvana es una joven barranquillera que,  dada la circunstancia de que sus padres Germán López y Adriana Gómez laboran en la multinacional del carbón del […]

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Por: Raúl Bermúdez Márquez

Silvana López Gómez, estudiante de undécimo grado del colegio Albania en La Guajira, obtuvo el séptimo puesto a nivel nacional en las pruebas Saber Icfes 2011.  Silvana es una joven barranquillera que,  dada la circunstancia de que sus padres Germán López y Adriana Gómez laboran en la multinacional del carbón del Cerrejón, ha permanecido la mayor parte del tiempo en ese ardiente  municipio de la Guajira colombiana y hoy por hoy ocupa el primer puesto en la Costa Caribe con un puntaje de 81.99 sobre 100. Dentro de poco, tendrá la difícil tarea de elegir dónde estudiar, gracias a las ofertas educativas que ha recibido. “Me gané tres becas internacionales en EU y Alemania y una en Colombia con la Universidad de Los Andes”,  confesó al diario EL HERALDO, medio en el cual expresó también sus preferencias hacia el futuro: estudiará Ingeniería Mecánica y al mismo tiempo matemática pura.  El Colegio Albania, creado hace 28 años con la misión de  impartir una educación acorde con las exigencias de la modernidad a los hijos de los empleados del complejo carbonífero de El Cerrejón-, ocupó el lugar 29 del ranking nacional de colegios con un promedio ponderado de 63.35. Como lo apunta su directora Ruth Allen,  “Todos estos años hemos venido superando poco a poco los promedios generales del colegio. Este año, podemos mostrar que no es solamente el resultado de un grupo que salió muy bueno, sino como algo que de forma consistente se está superando para alcanzar la meta, por eso estamos muy orgullosos”. Mientras tanto en el Cesar, los resultados no son halagadores. La Fundación Colegio Bilingüe que en años anteriores llegó a estar en el Top 10 de los colegios de calendario B, en esta ocasión se ubicó en el puesto 94 del escalafón con un promedio ponderado de 53,99 sobre 100, con la aclaración de que se presentaron esfuerzos individuales descollantes  como el de la joven Alejandra Marcela Guerra que obtuvo un promedio ponderado de 79.17. En realidad, el dramatismo en materia de calidad educativa se presenta en los colegios de calendario A del Departamento del Cesar que son la gran mayoría.  Con contadas excepciones como el caso de los colegios Gimnasio del Norte, Santa Fe y Sagrada Familia  que clasificaron en la categoría de Muy Superior, el cuadro general es preocupante. Basta con decir que nuestra institución insignia, el Colegio Loperena tuvo un desempeño apenas aceptable.  El panorama a nivel del Departamento del Cesar, es desolador, en la medida en que se baja en la escala, el porcentaje de colegios oficiales de esta región aumenta.  La pregunta es obligada: ¿Qué nos pasa?  A mi modo de ver, se perdió la mística, la dedicación, el pontificado por la educación que desplegaron  maestros del talante de Dagoberto Fuentes Zuleta,  Gustavo Cotes Fernández, Leonidas Acuña, César Mendoza Hinojosa, José Salinas Petit, entre otros, que formaron generaciones que brillaron con luz propia en el concierto nacional.  De otro lado, la capacitación docente se concibe sólo como un requisito formal para ascender en el escalafón. Parece que no existiera sentido de pertenencia de muchos directivos y docentes que muy poco se pellizcan por las degradantes condiciones en que les toca formarse a los educandos. Los gobiernos seccional y municipales no hacen el seguimiento deseado al proceso educativo de la básica y de la secundaria, para  que los recursos asignados se traduzcan efectivamente en una educación de buena calidad. Las nuevas herramientas que brinda el desarrollo tecnológico en materia de medos audiovisuales para la educación no se aprovechan. En las tareas escolares, el recurso de “copiar” y “pegar” que procura la red de redes, tiende a generalizarse produciéndose con ello una desmejora en la creatividad y en la fijación del conocimiento de las nuevas generaciones. En fin, el facilismo tanto del docente como del discente, la parsimonia y corrupción oficial, y la poca profundidad del aprendizaje que se imparte, son los signos predominantes de la debacle educativa regional. Es necesario rectificar, hacer un alto en el camino y tratar de emular la senda de superación trazada por Silvana y el Colegio Albania en el Cerrejón, Guajira.

 

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Columnista
24 junio, 2011

Debacle educativa regional

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Raúl Bermúdez Márquez

Por: Raúl Bermúdez Márquez Silvana López Gómez, estudiante de undécimo grado del colegio Albania en La Guajira, obtuvo el séptimo puesto a nivel nacional en las pruebas Saber Icfes 2011.  Silvana es una joven barranquillera que,  dada la circunstancia de que sus padres Germán López y Adriana Gómez laboran en la multinacional del carbón del […]


Por: Raúl Bermúdez Márquez

Silvana López Gómez, estudiante de undécimo grado del colegio Albania en La Guajira, obtuvo el séptimo puesto a nivel nacional en las pruebas Saber Icfes 2011.  Silvana es una joven barranquillera que,  dada la circunstancia de que sus padres Germán López y Adriana Gómez laboran en la multinacional del carbón del Cerrejón, ha permanecido la mayor parte del tiempo en ese ardiente  municipio de la Guajira colombiana y hoy por hoy ocupa el primer puesto en la Costa Caribe con un puntaje de 81.99 sobre 100. Dentro de poco, tendrá la difícil tarea de elegir dónde estudiar, gracias a las ofertas educativas que ha recibido. “Me gané tres becas internacionales en EU y Alemania y una en Colombia con la Universidad de Los Andes”,  confesó al diario EL HERALDO, medio en el cual expresó también sus preferencias hacia el futuro: estudiará Ingeniería Mecánica y al mismo tiempo matemática pura.  El Colegio Albania, creado hace 28 años con la misión de  impartir una educación acorde con las exigencias de la modernidad a los hijos de los empleados del complejo carbonífero de El Cerrejón-, ocupó el lugar 29 del ranking nacional de colegios con un promedio ponderado de 63.35. Como lo apunta su directora Ruth Allen,  “Todos estos años hemos venido superando poco a poco los promedios generales del colegio. Este año, podemos mostrar que no es solamente el resultado de un grupo que salió muy bueno, sino como algo que de forma consistente se está superando para alcanzar la meta, por eso estamos muy orgullosos”. Mientras tanto en el Cesar, los resultados no son halagadores. La Fundación Colegio Bilingüe que en años anteriores llegó a estar en el Top 10 de los colegios de calendario B, en esta ocasión se ubicó en el puesto 94 del escalafón con un promedio ponderado de 53,99 sobre 100, con la aclaración de que se presentaron esfuerzos individuales descollantes  como el de la joven Alejandra Marcela Guerra que obtuvo un promedio ponderado de 79.17. En realidad, el dramatismo en materia de calidad educativa se presenta en los colegios de calendario A del Departamento del Cesar que son la gran mayoría.  Con contadas excepciones como el caso de los colegios Gimnasio del Norte, Santa Fe y Sagrada Familia  que clasificaron en la categoría de Muy Superior, el cuadro general es preocupante. Basta con decir que nuestra institución insignia, el Colegio Loperena tuvo un desempeño apenas aceptable.  El panorama a nivel del Departamento del Cesar, es desolador, en la medida en que se baja en la escala, el porcentaje de colegios oficiales de esta región aumenta.  La pregunta es obligada: ¿Qué nos pasa?  A mi modo de ver, se perdió la mística, la dedicación, el pontificado por la educación que desplegaron  maestros del talante de Dagoberto Fuentes Zuleta,  Gustavo Cotes Fernández, Leonidas Acuña, César Mendoza Hinojosa, José Salinas Petit, entre otros, que formaron generaciones que brillaron con luz propia en el concierto nacional.  De otro lado, la capacitación docente se concibe sólo como un requisito formal para ascender en el escalafón. Parece que no existiera sentido de pertenencia de muchos directivos y docentes que muy poco se pellizcan por las degradantes condiciones en que les toca formarse a los educandos. Los gobiernos seccional y municipales no hacen el seguimiento deseado al proceso educativo de la básica y de la secundaria, para  que los recursos asignados se traduzcan efectivamente en una educación de buena calidad. Las nuevas herramientas que brinda el desarrollo tecnológico en materia de medos audiovisuales para la educación no se aprovechan. En las tareas escolares, el recurso de “copiar” y “pegar” que procura la red de redes, tiende a generalizarse produciéndose con ello una desmejora en la creatividad y en la fijación del conocimiento de las nuevas generaciones. En fin, el facilismo tanto del docente como del discente, la parsimonia y corrupción oficial, y la poca profundidad del aprendizaje que se imparte, son los signos predominantes de la debacle educativa regional. Es necesario rectificar, hacer un alto en el camino y tratar de emular la senda de superación trazada por Silvana y el Colegio Albania en el Cerrejón, Guajira.

 

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