No es fácil bajarse del tren de la crítica constante. Tampoco es fácil distanciarse del negativismo de ciertas redes sociales que nos encadenan a conversaciones repetitivas y destructivas, sin dejarnos apreciar la luz que invade, de repente, el túnel. Y, sin embargo, es necesario hacerlo y reconocer los avances que encandilan nuestro camino.
No es fácil bajarse del tren de la crítica constante. Tampoco es fácil distanciarse del negativismo de ciertas redes sociales que nos encadenan a conversaciones repetitivas y destructivas, sin dejarnos apreciar la luz que invade, de repente, el túnel. Y, sin embargo, es necesario hacerlo y reconocer los avances que encandilan nuestro camino.
Esta regla aplica para la ciudad de Valledupar. En efecto, la capital del Cesar, que, desde hace una década ha caído en el marasmo del inmovilismo y los tropiezos de administraciones invisibles o incompetentes, está viviendo una etapa esperanzadora que no puede pasar desapercibida.
Más allá de las habituales cuestiones de empleo y seguridad (que se mantienen como los grandes desafíos para las autoridades locales), es innegable que algunas transformaciones culturales y sociales han marcado el año 2024 y dejan entrever una reactivación de las ideas, de los compromisos y los proyectos innovadores de distintos sectores de la ciudad (tanto a nivel administrativo como civil).
La inauguración del Parque de la Vida, el 21 de septiembre de 2024, fue quizás el mensaje más poderoso y nítido. La apertura de este nuevo espacio de convivencia ha convertido un sector descuidado e infravalorado de Valledupar en uno de los lugares de encuentro más apetecidos por los ciudadanos. Y gracias al ambiente ameno y la presencia policial (que asegura la Gobernación), allí convergen artistas con el fin de exponer sus espectáculos y obras.
También deben resaltarse dos eventos impulsados por el periódico EL PILÓN: la Feria del Libro de Valledupar y la Feria de arte ArtVa. Esta última, al sentarse en distintas casas de la plaza Alfonso López y reunir a los artistas plásticos más importantes del departamento del Cesar, ha sembrado una ilusión notable entre los gestores, pero, sobre todo, ha vuelto a focalizar la atención del público en el centro histórico como zona de iniciativas culturales.
Por otro lado, es imposible negar que el alumbrado navideño de la ciudad de Valledupar –el más hermoso de la última década–, se ha vuelto una auténtica atracción de fin de año (especialmente en el Parque de la Provincia y el Eco-Parque), pero, además, hay que resaltar los proyectos ambiciosos que se estás gestando a nivel municipal para potenciar el turismo de Valledupar. En primer lugar, la atracción “Los versos del viento” -que abre sus puertas del 19 al 23 de diciembre en el Parque de la Leyenda- es una invitación gratuita a toda la ciudadanía para que valore su ciudad al igual que otras urbes famosas del mundo. Y, en segundo lugar, está el proyecto de terminar la Casa en el Aire para poner al servicio de todos lo que podría ser una infraestructura de máximo interés.
Finalmente, no podemos cerrar este análisis sin reconocer el esfuerzo admirable que han realizado este año entidades que se dedican a sembrar semillas y abonar el terreno cultural, educativo y ambiental de Valledupar: entre ellos están el Banco de la República, la Universidad Nacional (sede La Paz), la fundación AVIVA, la Filarmónica del Cesar, la Alianza Francesa, el Museo Beto Murgas, Maderos Teatro, el colectivo Proarbol, Marines Films, y muchos más.
Si el tren se mantiene en esa dirección (sin obstáculos en la vía y sin actos desesperados o malintencionados), Valledupar puede estar viviendo unos años de oro en materia de bienestar y convivencia ciudadana…
Por: Johari Gautier Carmona.
No es fácil bajarse del tren de la crítica constante. Tampoco es fácil distanciarse del negativismo de ciertas redes sociales que nos encadenan a conversaciones repetitivas y destructivas, sin dejarnos apreciar la luz que invade, de repente, el túnel. Y, sin embargo, es necesario hacerlo y reconocer los avances que encandilan nuestro camino.
No es fácil bajarse del tren de la crítica constante. Tampoco es fácil distanciarse del negativismo de ciertas redes sociales que nos encadenan a conversaciones repetitivas y destructivas, sin dejarnos apreciar la luz que invade, de repente, el túnel. Y, sin embargo, es necesario hacerlo y reconocer los avances que encandilan nuestro camino.
Esta regla aplica para la ciudad de Valledupar. En efecto, la capital del Cesar, que, desde hace una década ha caído en el marasmo del inmovilismo y los tropiezos de administraciones invisibles o incompetentes, está viviendo una etapa esperanzadora que no puede pasar desapercibida.
Más allá de las habituales cuestiones de empleo y seguridad (que se mantienen como los grandes desafíos para las autoridades locales), es innegable que algunas transformaciones culturales y sociales han marcado el año 2024 y dejan entrever una reactivación de las ideas, de los compromisos y los proyectos innovadores de distintos sectores de la ciudad (tanto a nivel administrativo como civil).
La inauguración del Parque de la Vida, el 21 de septiembre de 2024, fue quizás el mensaje más poderoso y nítido. La apertura de este nuevo espacio de convivencia ha convertido un sector descuidado e infravalorado de Valledupar en uno de los lugares de encuentro más apetecidos por los ciudadanos. Y gracias al ambiente ameno y la presencia policial (que asegura la Gobernación), allí convergen artistas con el fin de exponer sus espectáculos y obras.
También deben resaltarse dos eventos impulsados por el periódico EL PILÓN: la Feria del Libro de Valledupar y la Feria de arte ArtVa. Esta última, al sentarse en distintas casas de la plaza Alfonso López y reunir a los artistas plásticos más importantes del departamento del Cesar, ha sembrado una ilusión notable entre los gestores, pero, sobre todo, ha vuelto a focalizar la atención del público en el centro histórico como zona de iniciativas culturales.
Por otro lado, es imposible negar que el alumbrado navideño de la ciudad de Valledupar –el más hermoso de la última década–, se ha vuelto una auténtica atracción de fin de año (especialmente en el Parque de la Provincia y el Eco-Parque), pero, además, hay que resaltar los proyectos ambiciosos que se estás gestando a nivel municipal para potenciar el turismo de Valledupar. En primer lugar, la atracción “Los versos del viento” -que abre sus puertas del 19 al 23 de diciembre en el Parque de la Leyenda- es una invitación gratuita a toda la ciudadanía para que valore su ciudad al igual que otras urbes famosas del mundo. Y, en segundo lugar, está el proyecto de terminar la Casa en el Aire para poner al servicio de todos lo que podría ser una infraestructura de máximo interés.
Finalmente, no podemos cerrar este análisis sin reconocer el esfuerzo admirable que han realizado este año entidades que se dedican a sembrar semillas y abonar el terreno cultural, educativo y ambiental de Valledupar: entre ellos están el Banco de la República, la Universidad Nacional (sede La Paz), la fundación AVIVA, la Filarmónica del Cesar, la Alianza Francesa, el Museo Beto Murgas, Maderos Teatro, el colectivo Proarbol, Marines Films, y muchos más.
Si el tren se mantiene en esa dirección (sin obstáculos en la vía y sin actos desesperados o malintencionados), Valledupar puede estar viviendo unos años de oro en materia de bienestar y convivencia ciudadana…
Por: Johari Gautier Carmona.