Me parece tan patético y a la vez inmerecido el título de esta columna que, al fin y al cabo, accedí a las pretensiones de mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan para no contrariarlos. Esta es la historia.
Me parece tan patético y a la vez inmerecido el título de esta columna que, al fin y al cabo, accedí a las pretensiones de mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan para no contrariarlos. Esta es la historia.
Hace dos días recibí un WhatsApp de “reenvío” del docente de la Universidad Popular del Cesar Alfredo Daza Suárez, PhD en Ciencias de la Educación. Es una respuesta del médico villanuevero Stevenson Marulanda Plata, reconocido especialista, investigador en salud, también abogado. La respuesta, repito, a una controversia política que tuvo con el abogado vallenato y reconocido radioperiodista Carlos Quintero Romero. Ayer, Carlos Quintero me dijo que todo se debió a criterios encontrados sobre Colombia y Cuba. “Ya zanjamos la disparidad de esa tesis y quedamos como siempre, mejores amigos”, dijo.
Ese mismo mensaje se lo reenvié al famoso compositor villanuevero, Rosendo Romero Ospino, con quien comparto un chat de grupo.
Con su asombrosa tranquilidad, como es él, me envío su repuesta: “Aquilino, bacano que hayas reenviado ese escrito porque con eso demuestras que eres un tipo que buscas y entiendes el equilibrio de las cosas. Porque el equilibrio de las cosas no determina ser del centro, sino ser una apersona de equilibrio. La vida de por sí busca el equilibrio. Un río crece y lleva barro, huele a feo la creciente porque arrastra hasta con animales muertos, pero con el tiempo la misma naturaleza termina convirtiendo al Guatapurí en un río de aguas cristalinas. Eso es buscar el equilibrio, el estado real de las cosas”.
Rosendo es el autor de la novela “Flor de Tuna” y compositor de varias canciones emblemáticas del folclor vallenato como ‘Mensaje de Navidad’, ‘Noches sin lucero’, ‘Me sobran las palabras’, ‘Mi poema’, ‘El amor es un cultivo’, grabadas por Diomedes, Jorge Oñate, Iván Villazon, Rafael Orozco, Poncho Zuleta, entre otros.
El poeta villanuevero terció entre Marulanda y Quintero y recordó que cuando estudiaba en Villanueva (La Guajira) un grupo apoyaba al M-19, aduciendo que defendía a los pobres y cuando se “robaron” la espada de Bolivar al grupo le pareció lo máximo. “Me fui metiendo en ese rol y compartía algunos asuntos. La verdad que no sabía en el lio que me estaba metiendo. Un día en Valledupar se me acercaron unos campesinos, pero los observé bien y eran guerrilleros del M-19 y me felicitaron por mi canción “Gira Mundo”, que es una crónica social no es una canción protesta y poquito a poco empezaron a tildarme de revolucionario hasta que me di cuenta que lo mío era la música y no había nacido para tener una oposición política radical”.
Dice Rosendo que en esa época cualquier persona que pensara diferente era perseguido y hasta eliminado por los paramilitares y a veces eran muertes inocentes. “Yo nunca me vinculé a esos protestantes”, repitió.
Lo que sí considera Rosendo es que una persona tiene todo el derecho de expresarse como quiera. “Esta carta del médico Marulanda es una protesta, quienes creían que la protesta era solo de la gente de izquierda están equivocados, porque esta carta al doctor Carlos Quintero es una protesta con todas las de la ley y le pide que no lo ponga al lado de la corrupción”, insiste Rosendo.
“Marulanda es también un investigador de música vallenata y puede opinar que Cuba no es un paraíso, puede opinar. En Cuba lo que hay es problemas y no se puede desconocer eso”.
Finalmente, en su mensaje Rosendo explota y me dice: “En Cuba hay problemas tan graves como en Venezuela, que solo por las armas se pueden sostener. Entonces, porque uno no puede opinar y si opina lo tildan de Uribista o Petrista, de dos corrientes que se volvieron obsoletas. Concluyó Rosendo Romero. Hasta la próxima semana.
Por: Aquilino Cotes Zuleta.
Me parece tan patético y a la vez inmerecido el título de esta columna que, al fin y al cabo, accedí a las pretensiones de mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan para no contrariarlos. Esta es la historia.
Me parece tan patético y a la vez inmerecido el título de esta columna que, al fin y al cabo, accedí a las pretensiones de mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan para no contrariarlos. Esta es la historia.
Hace dos días recibí un WhatsApp de “reenvío” del docente de la Universidad Popular del Cesar Alfredo Daza Suárez, PhD en Ciencias de la Educación. Es una respuesta del médico villanuevero Stevenson Marulanda Plata, reconocido especialista, investigador en salud, también abogado. La respuesta, repito, a una controversia política que tuvo con el abogado vallenato y reconocido radioperiodista Carlos Quintero Romero. Ayer, Carlos Quintero me dijo que todo se debió a criterios encontrados sobre Colombia y Cuba. “Ya zanjamos la disparidad de esa tesis y quedamos como siempre, mejores amigos”, dijo.
Ese mismo mensaje se lo reenvié al famoso compositor villanuevero, Rosendo Romero Ospino, con quien comparto un chat de grupo.
Con su asombrosa tranquilidad, como es él, me envío su repuesta: “Aquilino, bacano que hayas reenviado ese escrito porque con eso demuestras que eres un tipo que buscas y entiendes el equilibrio de las cosas. Porque el equilibrio de las cosas no determina ser del centro, sino ser una apersona de equilibrio. La vida de por sí busca el equilibrio. Un río crece y lleva barro, huele a feo la creciente porque arrastra hasta con animales muertos, pero con el tiempo la misma naturaleza termina convirtiendo al Guatapurí en un río de aguas cristalinas. Eso es buscar el equilibrio, el estado real de las cosas”.
Rosendo es el autor de la novela “Flor de Tuna” y compositor de varias canciones emblemáticas del folclor vallenato como ‘Mensaje de Navidad’, ‘Noches sin lucero’, ‘Me sobran las palabras’, ‘Mi poema’, ‘El amor es un cultivo’, grabadas por Diomedes, Jorge Oñate, Iván Villazon, Rafael Orozco, Poncho Zuleta, entre otros.
El poeta villanuevero terció entre Marulanda y Quintero y recordó que cuando estudiaba en Villanueva (La Guajira) un grupo apoyaba al M-19, aduciendo que defendía a los pobres y cuando se “robaron” la espada de Bolivar al grupo le pareció lo máximo. “Me fui metiendo en ese rol y compartía algunos asuntos. La verdad que no sabía en el lio que me estaba metiendo. Un día en Valledupar se me acercaron unos campesinos, pero los observé bien y eran guerrilleros del M-19 y me felicitaron por mi canción “Gira Mundo”, que es una crónica social no es una canción protesta y poquito a poco empezaron a tildarme de revolucionario hasta que me di cuenta que lo mío era la música y no había nacido para tener una oposición política radical”.
Dice Rosendo que en esa época cualquier persona que pensara diferente era perseguido y hasta eliminado por los paramilitares y a veces eran muertes inocentes. “Yo nunca me vinculé a esos protestantes”, repitió.
Lo que sí considera Rosendo es que una persona tiene todo el derecho de expresarse como quiera. “Esta carta del médico Marulanda es una protesta, quienes creían que la protesta era solo de la gente de izquierda están equivocados, porque esta carta al doctor Carlos Quintero es una protesta con todas las de la ley y le pide que no lo ponga al lado de la corrupción”, insiste Rosendo.
“Marulanda es también un investigador de música vallenata y puede opinar que Cuba no es un paraíso, puede opinar. En Cuba lo que hay es problemas y no se puede desconocer eso”.
Finalmente, en su mensaje Rosendo explota y me dice: “En Cuba hay problemas tan graves como en Venezuela, que solo por las armas se pueden sostener. Entonces, porque uno no puede opinar y si opina lo tildan de Uribista o Petrista, de dos corrientes que se volvieron obsoletas. Concluyó Rosendo Romero. Hasta la próxima semana.
Por: Aquilino Cotes Zuleta.