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Sin categoría - 24 octubre, 2024

La sonrisa permanente de Egidio Cuadrado

En plena pandemia tuve dos conversaciones con Egidio Cuadrado que me afianzaron la percepción que toda la vida tuve de él, que era uno de los músicos vallenatos más noble, sencillo y original y al que nunca le vi mal humorado o con gestos de arrogancia o altivez. La imagen que me quedó de Egidio fue su imperturbable sonrisa.

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En plena pandemia tuve dos conversaciones con Egidio Cuadrado que me afianzaron la percepción que toda la vida tuve de él, que era uno de los músicos vallenatos más noble, sencillo y original y al que nunca le vi mal humorado o con gestos de arrogancia o altivez. La imagen que me quedó de Egidio fue su imperturbable sonrisa.

En medio del encierro de la pandemia se me ocurrió crear un programa de entrevistas a músicos vallenatos por redes sociales y al primero, de los más conocidos, que invité fue a Juan Mario de la Espriella, después pasaron por ahí casi todos los de la era dorada del vallenato. Un día llamé a Egidio Cuadrado, conversamos largo y tendido con la jovialidad que le caracterizaba y acordamos la fecha de la entrevista.

Dos días antes de la entrevista me llamó y se disculpó pidiéndome que la postergáramos, yo le dije tranquilo hermano más adelante la hacemos, hablé luego con Eder Polo, el guacharaquero de La Provincia y me dijo: Jorge, a Egidio no le gusta mucho dar entrevistas, entiéndelo, él es un poco tímido y prefiere más la tranquilidad y la soledad.

Pasaron unos meses y un fin de semana me invitaron a una finca cerca a Villeta, Cundinamarca. En la vía destapada que conducía al lugar de la invitación vi un hermoso paraje en el que la entrada tenía una  vista muy colorida, que en principio me pareció el ingreso a un jardín infantil, habían muchas piedras de todos los tamaños y pintadas de colores, varios troncos de los árboles también estaban pintados y alcancé a divisar un hombre solo, agachado pintando unas piedras, que por su contextura se me pareció a Egidio. Me acerqué y lo llamé por su nombre, levantó la cabeza y con la sonrisa que le caracterizaba me dijo: “¿Y tú que hacéis por aquí ve?”.

Allí me contó Egidio que cada vez que llegaba de conciertos la mejor manera de relajarse era en ese paradisiaco lugar pintando piedras en el potrero, lo que me ratificó el concepto que ya tenía de Egidio Rafael Cuadrado Hinojosa, el rey vallenato que acompañó a Carlos Vives a recorrer el mundo poniendo en alto la cultura colombiana y que se nos fue esta semana a sus 71 años de edad dejando una profunda tristeza en nuestra música y en sus amigos y familiares.  

Egidio fue uno de los pocos músicos que permaneció durante su larga vida artística siendo el mismo hombre provinciano, humilde y sonriente que nada ni nadie lo hizo cambiar su manera auténtica de vivir y de tratar a la gente. 

Villanueva, La Guajira, pierde a uno de sus hijos más ilustres y auténticos, que siempre llevó ante el mundo la muestra cultural de lo bueno de su tierra y de su país, la voluntad de sus familiares hizo que la cristiana sepultura se realizara en la ciudad de Bogotá, aunque buena parte de sus paisanos villanueveros clamaran para que sus restos mortales quedaran sepultados en su patria chica.  Paz en la tumba de Egidio Cuadrado.

Colofón: Dos buenos festivales y fiestas patronales se realizan por estos días en el municipio de Valledupar, el primero es en el corregimiento de Aguas Blancas del 24 al 27 de octubre 8º Festival Mi Tierra Sagrada, homenaje a las familias Fuentes Carrillo y Escobar Ojeda y en especial al fundador del festival Yolfrey Ebrath, y el segundo en el corregimiento de Mariangola del 8 al 10 de noviembre XXI Tierra de Acordeones Homenaje a la IE Rodolfo Castro Castro. 

Por: Jorge Nain Ruiz Ditta.

Sin categoría
24 octubre, 2024

La sonrisa permanente de Egidio Cuadrado

En plena pandemia tuve dos conversaciones con Egidio Cuadrado que me afianzaron la percepción que toda la vida tuve de él, que era uno de los músicos vallenatos más noble, sencillo y original y al que nunca le vi mal humorado o con gestos de arrogancia o altivez. La imagen que me quedó de Egidio fue su imperturbable sonrisa.


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En plena pandemia tuve dos conversaciones con Egidio Cuadrado que me afianzaron la percepción que toda la vida tuve de él, que era uno de los músicos vallenatos más noble, sencillo y original y al que nunca le vi mal humorado o con gestos de arrogancia o altivez. La imagen que me quedó de Egidio fue su imperturbable sonrisa.

En medio del encierro de la pandemia se me ocurrió crear un programa de entrevistas a músicos vallenatos por redes sociales y al primero, de los más conocidos, que invité fue a Juan Mario de la Espriella, después pasaron por ahí casi todos los de la era dorada del vallenato. Un día llamé a Egidio Cuadrado, conversamos largo y tendido con la jovialidad que le caracterizaba y acordamos la fecha de la entrevista.

Dos días antes de la entrevista me llamó y se disculpó pidiéndome que la postergáramos, yo le dije tranquilo hermano más adelante la hacemos, hablé luego con Eder Polo, el guacharaquero de La Provincia y me dijo: Jorge, a Egidio no le gusta mucho dar entrevistas, entiéndelo, él es un poco tímido y prefiere más la tranquilidad y la soledad.

Pasaron unos meses y un fin de semana me invitaron a una finca cerca a Villeta, Cundinamarca. En la vía destapada que conducía al lugar de la invitación vi un hermoso paraje en el que la entrada tenía una  vista muy colorida, que en principio me pareció el ingreso a un jardín infantil, habían muchas piedras de todos los tamaños y pintadas de colores, varios troncos de los árboles también estaban pintados y alcancé a divisar un hombre solo, agachado pintando unas piedras, que por su contextura se me pareció a Egidio. Me acerqué y lo llamé por su nombre, levantó la cabeza y con la sonrisa que le caracterizaba me dijo: “¿Y tú que hacéis por aquí ve?”.

Allí me contó Egidio que cada vez que llegaba de conciertos la mejor manera de relajarse era en ese paradisiaco lugar pintando piedras en el potrero, lo que me ratificó el concepto que ya tenía de Egidio Rafael Cuadrado Hinojosa, el rey vallenato que acompañó a Carlos Vives a recorrer el mundo poniendo en alto la cultura colombiana y que se nos fue esta semana a sus 71 años de edad dejando una profunda tristeza en nuestra música y en sus amigos y familiares.  

Egidio fue uno de los pocos músicos que permaneció durante su larga vida artística siendo el mismo hombre provinciano, humilde y sonriente que nada ni nadie lo hizo cambiar su manera auténtica de vivir y de tratar a la gente. 

Villanueva, La Guajira, pierde a uno de sus hijos más ilustres y auténticos, que siempre llevó ante el mundo la muestra cultural de lo bueno de su tierra y de su país, la voluntad de sus familiares hizo que la cristiana sepultura se realizara en la ciudad de Bogotá, aunque buena parte de sus paisanos villanueveros clamaran para que sus restos mortales quedaran sepultados en su patria chica.  Paz en la tumba de Egidio Cuadrado.

Colofón: Dos buenos festivales y fiestas patronales se realizan por estos días en el municipio de Valledupar, el primero es en el corregimiento de Aguas Blancas del 24 al 27 de octubre 8º Festival Mi Tierra Sagrada, homenaje a las familias Fuentes Carrillo y Escobar Ojeda y en especial al fundador del festival Yolfrey Ebrath, y el segundo en el corregimiento de Mariangola del 8 al 10 de noviembre XXI Tierra de Acordeones Homenaje a la IE Rodolfo Castro Castro. 

Por: Jorge Nain Ruiz Ditta.