Un indicador económico que, facilitó la concertación, es el buen comportamiento que viene mostrando la inflación, y que ha propiciado la baja de la tasa de interés por parte del Banco Emisor, por tercera vez este año, quedando en un 12.25 % representando un descenso de 50 puntos básicos en el indicador (¡!)
La buena noticia, como ya es costumbre, pasó desapercibida en los medios tradicionales, pues no tuvo el despliegue que debió tener dada su trascendencia. Nos referimos al acuerdo logrado por el Gobierno y el sector financiero, en virtud del cual, con el propósito de reactivar la economía, se inyectarán alrededor de 55 billones a sectores estratégicos contraídos tales como vivienda, agropecuario, turismo, manufactura, economía popular entre otros. Un indicador económico que, facilitó la concertación, es el buen comportamiento que viene mostrando la inflación, y que ha propiciado la baja de la tasa de interés por parte del Banco Emisor, por tercera vez este año, quedando en un 12.25 % representando un descenso de 50 puntos básicos en el indicador (¡!)
Dicho acuerdo, fue fruto de un arduo ejercicio de concertación entre el Gobierno y la Banca (Asobancaria), que por fortuna llegó a feliz término en la idea de implementar un plan de reactivación económica. La distribución será la siguiente: Vivienda e infraestructura $40.6 billones. Manufactura y transición energética $163.4 billones. Agropecuario $32.1 billones. Turismo $8.4 billones. Economía popular $4.1 billones (¡!)
No obstante, para llegar al acuerdo no todo fue color de rosa, pues como se recordará el Gobierno tuvo que jugarse una carta estratégica que no cayó bien en el sector financiero y fue la llamada inversión forzosa, que propende por dar crédito a personas que se encuentran en imposibilidad de acceder al mismo; orientado eso sí, a sectores específicos de la economía y con una tasa de interés por debajo de las normales. Esta posibilidad fue objeto de controversia, pero de alguna manera creó el clima necesario para que las partes cedieran y se llegara felizmente al gran acuerdo que hoy el país recibe con beneplácito.
En medio de la polarización política en la que se encuentra inmerso el país, el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, recomienda poner toda nuestra atención en los números, en los indicadores económicos que están arrojando resultados positivos, pues pasamos de la desaceleración a la reactivación económica y lo confirma el sector de la vivienda con unas proyecciones muy favorables.
La frase de cierre: “El comportamiento de los indicadores de actividad del sector soporta nuestro optimismo acerca del protagonismo que tendrá la vivienda en la estrategia de recuperación de la economía nacional. Aunque aún falta camino por recorrer, vamos en la dirección correcta”. Jonathan Malagón, vallenato, presidente de Asobancaria.
Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]
Un indicador económico que, facilitó la concertación, es el buen comportamiento que viene mostrando la inflación, y que ha propiciado la baja de la tasa de interés por parte del Banco Emisor, por tercera vez este año, quedando en un 12.25 % representando un descenso de 50 puntos básicos en el indicador (¡!)
La buena noticia, como ya es costumbre, pasó desapercibida en los medios tradicionales, pues no tuvo el despliegue que debió tener dada su trascendencia. Nos referimos al acuerdo logrado por el Gobierno y el sector financiero, en virtud del cual, con el propósito de reactivar la economía, se inyectarán alrededor de 55 billones a sectores estratégicos contraídos tales como vivienda, agropecuario, turismo, manufactura, economía popular entre otros. Un indicador económico que, facilitó la concertación, es el buen comportamiento que viene mostrando la inflación, y que ha propiciado la baja de la tasa de interés por parte del Banco Emisor, por tercera vez este año, quedando en un 12.25 % representando un descenso de 50 puntos básicos en el indicador (¡!)
Dicho acuerdo, fue fruto de un arduo ejercicio de concertación entre el Gobierno y la Banca (Asobancaria), que por fortuna llegó a feliz término en la idea de implementar un plan de reactivación económica. La distribución será la siguiente: Vivienda e infraestructura $40.6 billones. Manufactura y transición energética $163.4 billones. Agropecuario $32.1 billones. Turismo $8.4 billones. Economía popular $4.1 billones (¡!)
No obstante, para llegar al acuerdo no todo fue color de rosa, pues como se recordará el Gobierno tuvo que jugarse una carta estratégica que no cayó bien en el sector financiero y fue la llamada inversión forzosa, que propende por dar crédito a personas que se encuentran en imposibilidad de acceder al mismo; orientado eso sí, a sectores específicos de la economía y con una tasa de interés por debajo de las normales. Esta posibilidad fue objeto de controversia, pero de alguna manera creó el clima necesario para que las partes cedieran y se llegara felizmente al gran acuerdo que hoy el país recibe con beneplácito.
En medio de la polarización política en la que se encuentra inmerso el país, el presidente de Asobancaria, Jonathan Malagón, recomienda poner toda nuestra atención en los números, en los indicadores económicos que están arrojando resultados positivos, pues pasamos de la desaceleración a la reactivación económica y lo confirma el sector de la vivienda con unas proyecciones muy favorables.
La frase de cierre: “El comportamiento de los indicadores de actividad del sector soporta nuestro optimismo acerca del protagonismo que tendrá la vivienda en la estrategia de recuperación de la economía nacional. Aunque aún falta camino por recorrer, vamos en la dirección correcta”. Jonathan Malagón, vallenato, presidente de Asobancaria.
Por: Darío Arregocés Baute / [email protected]