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Columnista - 29 julio, 2024

El Copey sangriento

El último reporte de la Defensoría del Pueblo revela que, tratando de dominar el departamento, distintas bandas criminales se están enfrentando en una campaña por apoderarse de distintas rentas ilícitas y buscando reclutar personas, para tener mayor presencia territorial en una verdadera operación de expansión que tiene acorraladas a distintas poblaciones.

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La situación del municipio de El Copey, al norte del Cesar, es delicada. Homicidios recurrentes se están presentando sin discriminar nada; matan hombres, mujeres, parejas y hasta niños, de la forma más salvaje. El 24 de julio pasado una niña de 13 años resultó ser la última víctima en este municipio que conecta gran parte del caribe con el interior del país.

El último reporte de la Defensoría del Pueblo revela que, tratando de dominar el departamento, distintas bandas criminales se están enfrentando en una campaña por apoderarse de distintas rentas ilícitas y buscando reclutar personas, para tener mayor presencia territorial en una verdadera operación de expansión que tiene acorraladas a distintas poblaciones.

El caso de El Copey puede ser el más aterrador, su cercanía con la Sierra Nevada de Santa Marta deja a este municipio entre el “fuego cruzado” de grupos muy poderosos que tienen intereses en ese corredor de la droga. Desde el 2022 se está advirtiendo de la presencia y confrontación entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también catalogadas como ‘Clan del Golfo’ y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (‘los Pachencas’), legado de Hernán Giraldo.

Todos están en riesgo en El Copey; desde comerciantes, amas de casa, mujeres, población migrante, personas en situación de calle, mototaxistas, consumidores de sustancias psicoactivas, líderes comunitarios, comunales o barriales, niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos mayores.

Precisamente, el 2024 inició con muertes de miembros de las AGC dejando fallecidos a alias ‘Enmanuel’, alias ‘Bojote’, y uno de sus escoltas en medio de reclamos por repartición de dinero producto de extorsión a ganaderos y comerciantes.

En abril de este año también fue asesinado Luis Miguel Marza Caballero; desconocidos en motocicleta lo atacaron con disparos en la cabeza y la espalda. Estos hechos demuestran que el sicariato se ha disparado en una pequeña población ubicada en un territorio donde la violencia está renaciendo.

Lo ocurrido con la menor de 13 años asesinada en El Copey no puede quedar en el ofrecimiento de una recompensa por información sobre los criminales y una marcha en el pueblo. Esto requiere atención directa del Gobierno nacional en conjunto con gobernadores del Cesar, La Guajira y Magdalena para establecer una hoja de ruta con el fin de combatir estas bandas y monitorear sus movimientos en la Sierra Nevada de Santa Marta. Es necesario combatir a los miembros de estos grupos que se encuentran en el municipio coordinando los delitos que cometen y divulgar la identidad de los ‘comandantes’ que desde las montañas están dirigiendo toda esta ola de crímenes.

La historia de menores asesinados en El Copey no es nueva, en octubre del 2020 Juan David Bravo, de 14 años, fue encontrado con múltiples heridas en el cráneo, hechos relacionados con alucinógenos; esta desgarradora realidad impide que a los habitantes de ese municipio se les garantice la vida.

El Copey y los municipios vecinos, tanto del mismo Cesar como del Magdalena, piden ayuda para enfrentar la violencia que los está afectando, mientras esas organizaciones como ‘Clan del Golfo’ y ‘los Pachencas’ se disputen territorios, actividades ilícitas y reclutamiento de gente, seguirán matando inocentes ante la impotencia y la incapacidad de combatirlos contundentemente.

Por Carlos Andrés Añez Maestre

Columnista
29 julio, 2024

El Copey sangriento

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

El último reporte de la Defensoría del Pueblo revela que, tratando de dominar el departamento, distintas bandas criminales se están enfrentando en una campaña por apoderarse de distintas rentas ilícitas y buscando reclutar personas, para tener mayor presencia territorial en una verdadera operación de expansión que tiene acorraladas a distintas poblaciones.


La situación del municipio de El Copey, al norte del Cesar, es delicada. Homicidios recurrentes se están presentando sin discriminar nada; matan hombres, mujeres, parejas y hasta niños, de la forma más salvaje. El 24 de julio pasado una niña de 13 años resultó ser la última víctima en este municipio que conecta gran parte del caribe con el interior del país.

El último reporte de la Defensoría del Pueblo revela que, tratando de dominar el departamento, distintas bandas criminales se están enfrentando en una campaña por apoderarse de distintas rentas ilícitas y buscando reclutar personas, para tener mayor presencia territorial en una verdadera operación de expansión que tiene acorraladas a distintas poblaciones.

El caso de El Copey puede ser el más aterrador, su cercanía con la Sierra Nevada de Santa Marta deja a este municipio entre el “fuego cruzado” de grupos muy poderosos que tienen intereses en ese corredor de la droga. Desde el 2022 se está advirtiendo de la presencia y confrontación entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), también catalogadas como ‘Clan del Golfo’ y las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (‘los Pachencas’), legado de Hernán Giraldo.

Todos están en riesgo en El Copey; desde comerciantes, amas de casa, mujeres, población migrante, personas en situación de calle, mototaxistas, consumidores de sustancias psicoactivas, líderes comunitarios, comunales o barriales, niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos mayores.

Precisamente, el 2024 inició con muertes de miembros de las AGC dejando fallecidos a alias ‘Enmanuel’, alias ‘Bojote’, y uno de sus escoltas en medio de reclamos por repartición de dinero producto de extorsión a ganaderos y comerciantes.

En abril de este año también fue asesinado Luis Miguel Marza Caballero; desconocidos en motocicleta lo atacaron con disparos en la cabeza y la espalda. Estos hechos demuestran que el sicariato se ha disparado en una pequeña población ubicada en un territorio donde la violencia está renaciendo.

Lo ocurrido con la menor de 13 años asesinada en El Copey no puede quedar en el ofrecimiento de una recompensa por información sobre los criminales y una marcha en el pueblo. Esto requiere atención directa del Gobierno nacional en conjunto con gobernadores del Cesar, La Guajira y Magdalena para establecer una hoja de ruta con el fin de combatir estas bandas y monitorear sus movimientos en la Sierra Nevada de Santa Marta. Es necesario combatir a los miembros de estos grupos que se encuentran en el municipio coordinando los delitos que cometen y divulgar la identidad de los ‘comandantes’ que desde las montañas están dirigiendo toda esta ola de crímenes.

La historia de menores asesinados en El Copey no es nueva, en octubre del 2020 Juan David Bravo, de 14 años, fue encontrado con múltiples heridas en el cráneo, hechos relacionados con alucinógenos; esta desgarradora realidad impide que a los habitantes de ese municipio se les garantice la vida.

El Copey y los municipios vecinos, tanto del mismo Cesar como del Magdalena, piden ayuda para enfrentar la violencia que los está afectando, mientras esas organizaciones como ‘Clan del Golfo’ y ‘los Pachencas’ se disputen territorios, actividades ilícitas y reclutamiento de gente, seguirán matando inocentes ante la impotencia y la incapacidad de combatirlos contundentemente.

Por Carlos Andrés Añez Maestre