Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 11 abril, 2011

Santo Ecce Homo, patrimonio de los vallenatos.

EL TINAJERO Por: José Atuesta Mindiola El Lunes Santo es el día más respetado por la feligresía católica de Valledupar. El Ecce Homo es la principal efigie religiosa venerada por el pueblo vallenato, y es el máximo símbolo de la vallenatía. Algunos vallenatos incrédulos, que viven alejados de los ritos de la iglesia, se atreven […]

Boton Wpp

EL TINAJERO

Por: José Atuesta Mindiola

El Lunes Santo es el día más respetado por la feligresía católica de Valledupar. El Ecce Homo es la principal efigie religiosa venerada por el pueblo vallenato, y es el máximo símbolo de la vallenatía.
Algunos vallenatos incrédulos, que viven alejados de los ritos de la iglesia, se atreven a negar la creencia en los santos, pero jamás niegan al Ecce Homo. Este sentimiento de devoción lo inmortalizó el compositor José María ‘Chema’ Gómez, en su canción “Compae’ Chipuco”

Soy vallenato de verdad,
no creo en santo, no creo en ná,
solamente en Pedro Castro,
en Santo Ecce Homo y nada más….”
Los católicos vallenatos,  y de muchas regiones del país, llegamos en romerías el Lunes Santo a su templo, a contemplar su mirada piadosa y a percibir la sudoración de su piel,  a pedir perdón por nuestros pecados, a ofrendar nuestras oraciones para que llene nuestros pensamientos de santidad  y nos de la lucidez de armonizar el presente sin evocar las injurias del pasado que soflaman la hiel del remordimiento.
Como los humanos somos un amasijo de virtudes y defectos  en las manos de Dios. Nuestra condición de seres no perfectos y de pequeños en la fe,  nos hace pecadores, y a pesar de que vamos a la iglesia y caminamos la procesión con caras de santos, muchas veces nuestras intenciones quedan en sólo promesas. Se promete cumplir con los preceptos sagrados, con las leyes de la naturaleza, del Estado, de la sociedad y de la familia; pero el ser humano es débil a la ambición del poder y del dinero; su cualidad original de ser criatura de Dios, de nacer en inocencia, de vivir para amar y ser feliz, se sesga frente a las tentaciones mundanas de la opulencia que niegan el derecho a la vida digna.
El Santo Ecce Homo es una tradición centenaria que hace parte del patrimonio cultural y espiritual de los vallenatos; pero este año, los sacerdotes han manifestado públicamente sus preocupaciones porque la Alcadía y la Gobernación no disponen de recursos económicos para apoyar la realización de esta magna fiesta religiosa.
Desde esta columna, hacemos una invitación a los  honorables congresistas de  del Cesar, que presenten  un proyecto de Ley para declarar patrimonio cultural de la Nación a la fiesta del Santo Ecce Homo de Valledupar. De acuerdo al artículo 4º de la Ley 397 de 1997, el patrimonio cultural está constituido por todos los bienes y valores culturales, tales como la  tradición, las costumbres y los hábitos, así como los bienes inmateriales y materiales.
Como un paso inicial e importante soporte para que nuestros congresistas consigan la creación de esta Ley, el Concejo de Valledupar debe aprobar un acuerdo que declare a la fiesta de Santo Ecce Homo, patrimonio cultural del Municipio. Y una vez, aprobado el Acuerdo y la Ley, el municipio, el departamento y la Nación, tienen la obligación legal de proteger, la conservación y divulgación de dicho patrimonio.

Como vallenato católico he seguido la tradición de venerar al Ecce Homo, y con la licencia de la poesía lo aclamo: “Supremo patriarca de mi aldea, tu sudor es fe ungida en mi piel, tu mirada es misericordia en mis ojos. Mi caligrafía es un lamparín de súplicas de los feligreses  que llegan para que tus manos orienten la victoria y  tu fe desanude las tormentas. Las madres nazarenas te piden por los árboles que reducen la sed del estío, por la luna que llene de piedad al alma del guerrero y por la vida que es racimo de viento en la vendimia de los sueños”.

Columnista
11 abril, 2011

Santo Ecce Homo, patrimonio de los vallenatos.

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

EL TINAJERO Por: José Atuesta Mindiola El Lunes Santo es el día más respetado por la feligresía católica de Valledupar. El Ecce Homo es la principal efigie religiosa venerada por el pueblo vallenato, y es el máximo símbolo de la vallenatía. Algunos vallenatos incrédulos, que viven alejados de los ritos de la iglesia, se atreven […]


EL TINAJERO

Por: José Atuesta Mindiola

El Lunes Santo es el día más respetado por la feligresía católica de Valledupar. El Ecce Homo es la principal efigie religiosa venerada por el pueblo vallenato, y es el máximo símbolo de la vallenatía.
Algunos vallenatos incrédulos, que viven alejados de los ritos de la iglesia, se atreven a negar la creencia en los santos, pero jamás niegan al Ecce Homo. Este sentimiento de devoción lo inmortalizó el compositor José María ‘Chema’ Gómez, en su canción “Compae’ Chipuco”

Soy vallenato de verdad,
no creo en santo, no creo en ná,
solamente en Pedro Castro,
en Santo Ecce Homo y nada más….”
Los católicos vallenatos,  y de muchas regiones del país, llegamos en romerías el Lunes Santo a su templo, a contemplar su mirada piadosa y a percibir la sudoración de su piel,  a pedir perdón por nuestros pecados, a ofrendar nuestras oraciones para que llene nuestros pensamientos de santidad  y nos de la lucidez de armonizar el presente sin evocar las injurias del pasado que soflaman la hiel del remordimiento.
Como los humanos somos un amasijo de virtudes y defectos  en las manos de Dios. Nuestra condición de seres no perfectos y de pequeños en la fe,  nos hace pecadores, y a pesar de que vamos a la iglesia y caminamos la procesión con caras de santos, muchas veces nuestras intenciones quedan en sólo promesas. Se promete cumplir con los preceptos sagrados, con las leyes de la naturaleza, del Estado, de la sociedad y de la familia; pero el ser humano es débil a la ambición del poder y del dinero; su cualidad original de ser criatura de Dios, de nacer en inocencia, de vivir para amar y ser feliz, se sesga frente a las tentaciones mundanas de la opulencia que niegan el derecho a la vida digna.
El Santo Ecce Homo es una tradición centenaria que hace parte del patrimonio cultural y espiritual de los vallenatos; pero este año, los sacerdotes han manifestado públicamente sus preocupaciones porque la Alcadía y la Gobernación no disponen de recursos económicos para apoyar la realización de esta magna fiesta religiosa.
Desde esta columna, hacemos una invitación a los  honorables congresistas de  del Cesar, que presenten  un proyecto de Ley para declarar patrimonio cultural de la Nación a la fiesta del Santo Ecce Homo de Valledupar. De acuerdo al artículo 4º de la Ley 397 de 1997, el patrimonio cultural está constituido por todos los bienes y valores culturales, tales como la  tradición, las costumbres y los hábitos, así como los bienes inmateriales y materiales.
Como un paso inicial e importante soporte para que nuestros congresistas consigan la creación de esta Ley, el Concejo de Valledupar debe aprobar un acuerdo que declare a la fiesta de Santo Ecce Homo, patrimonio cultural del Municipio. Y una vez, aprobado el Acuerdo y la Ley, el municipio, el departamento y la Nación, tienen la obligación legal de proteger, la conservación y divulgación de dicho patrimonio.

Como vallenato católico he seguido la tradición de venerar al Ecce Homo, y con la licencia de la poesía lo aclamo: “Supremo patriarca de mi aldea, tu sudor es fe ungida en mi piel, tu mirada es misericordia en mis ojos. Mi caligrafía es un lamparín de súplicas de los feligreses  que llegan para que tus manos orienten la victoria y  tu fe desanude las tormentas. Las madres nazarenas te piden por los árboles que reducen la sed del estío, por la luna que llene de piedad al alma del guerrero y por la vida que es racimo de viento en la vendimia de los sueños”.