Se ha venido discutiendo la función que cumplen en una sociedad la cultura y esa actividad socio-económica de conocimiento y entretenimiento que representa el turismo, y la tendencia que hay a agruparlos.
Se ha venido discutiendo la función que cumplen en una sociedad la cultura y esa actividad socio-económica de conocimiento y entretenimiento que representa el turismo, y la tendencia que hay a agruparlos. Hemos recogido opiniones expuestas en la red social, que nos permite colectivamente abordar específicos temas de interés.
“Hay aspectos de la cultura que se degradan si se les mira con perspectiva turística; recuerdo al poeta negro Jorge Artel que escribió: “Negro soy desde hace muchos siglos, poeta de mi raza, heredé su dolor. Y la emoción que digo ha de ser pura en el bronco son del grito y en el monorrítmico tambor. El hondo, estremecido acento en que trisca la voz de los ancestros en mi voz. La angustia humana que exalto no es decorativa joya para turistas. ¡Yo no canto un dolor de exportación!”, nos recuerda el escritor Pedro Olivella.
“Aquí hay cosas que se hacen para el turismo, no para desarrollar la cultura, en esta región sí que tenemos ejemplos de esos”, nos dice la gestora cultural María Victoria Saade. Lo refuerza el director de teatro Deiler Díaz: “Siempre he pensado que intentan unificar un témino que arropa la identidad y costumbres de una comunidad con una actividad recreativa”.
El escritor Simón Martínez nos recuerda que: “Cultura es todo lo que el hombre hace para construirse a sí mismo como individuo y como sociedad; por eso la cultura define el ethos o modo de ser de todo pueblo o sociedad. Es el rostro, fisonomía o identidad de cada pueblo. Sin esa identidad no se puede hablar ni de pueblo ni de sociedad. La nación de un país se caracteriza precisamente por su identidad, entendida como la suma de las identidades, incluidas las diferencias de todos los que la componen”.
Sin embargo, hay muchas experiencias de relación de la cultura con el turismo. María Victoria dice que “de turismo cultural hay ejemplos en el mundo, la ciudad de Málaga, en España tiene alta concentración de museos por habitantes, es un ejemplo interesante de cómo impulsar el arte para bien común”. El cineasta y actor John Bolívar da una visión amplia e histriónica de esa relación: “La cultura religiosa y la cultura mafiosa (Medellín es hoy día destino de ese turismo) son cultura y los turistas van tras ellos (…) el narcotráfico hace parte de nuestra cultura como el contrabando del trago en Estados Unidos”.
No se pueden confundir los conceptos de cultura y turismo -en eso se tiene razón-. Lo que sí se puede es relacionarlos y los gobiernos, instituciones públicas y privadas, comunidades, los relacionan para efectos prácticos y productivos. No son pocas las instituciones públicas que se denominan ‘de cultura y turismo’, como la que propuso el escritor Eduardo Santos al alcalde Ernesto Orozco. En nuestro caso, el primer atractivo turístico es cultural (la cultura, la música, etnias).
En otras latitudes son las convenciones, o los escenarios de sol y playa o de naturaleza. En Polonia visitan las evidencias del ‘holocausto’. En Chicago, Illinois, los lugares frecuentados por Al Capone. En Zipaquirá es religioso, el turista solo va a la Catedral de Sal.
En el Plan de Desarrollo de Petro se propone revitalizar nuestro Centro fundacional (declarado patrimonio cultural) relacionándolo expresamente con la promoción del turismo y la preservación de la memoria histórica.
Se ha venido discutiendo la función que cumplen en una sociedad la cultura y esa actividad socio-económica de conocimiento y entretenimiento que representa el turismo, y la tendencia que hay a agruparlos.
Se ha venido discutiendo la función que cumplen en una sociedad la cultura y esa actividad socio-económica de conocimiento y entretenimiento que representa el turismo, y la tendencia que hay a agruparlos. Hemos recogido opiniones expuestas en la red social, que nos permite colectivamente abordar específicos temas de interés.
“Hay aspectos de la cultura que se degradan si se les mira con perspectiva turística; recuerdo al poeta negro Jorge Artel que escribió: “Negro soy desde hace muchos siglos, poeta de mi raza, heredé su dolor. Y la emoción que digo ha de ser pura en el bronco son del grito y en el monorrítmico tambor. El hondo, estremecido acento en que trisca la voz de los ancestros en mi voz. La angustia humana que exalto no es decorativa joya para turistas. ¡Yo no canto un dolor de exportación!”, nos recuerda el escritor Pedro Olivella.
“Aquí hay cosas que se hacen para el turismo, no para desarrollar la cultura, en esta región sí que tenemos ejemplos de esos”, nos dice la gestora cultural María Victoria Saade. Lo refuerza el director de teatro Deiler Díaz: “Siempre he pensado que intentan unificar un témino que arropa la identidad y costumbres de una comunidad con una actividad recreativa”.
El escritor Simón Martínez nos recuerda que: “Cultura es todo lo que el hombre hace para construirse a sí mismo como individuo y como sociedad; por eso la cultura define el ethos o modo de ser de todo pueblo o sociedad. Es el rostro, fisonomía o identidad de cada pueblo. Sin esa identidad no se puede hablar ni de pueblo ni de sociedad. La nación de un país se caracteriza precisamente por su identidad, entendida como la suma de las identidades, incluidas las diferencias de todos los que la componen”.
Sin embargo, hay muchas experiencias de relación de la cultura con el turismo. María Victoria dice que “de turismo cultural hay ejemplos en el mundo, la ciudad de Málaga, en España tiene alta concentración de museos por habitantes, es un ejemplo interesante de cómo impulsar el arte para bien común”. El cineasta y actor John Bolívar da una visión amplia e histriónica de esa relación: “La cultura religiosa y la cultura mafiosa (Medellín es hoy día destino de ese turismo) son cultura y los turistas van tras ellos (…) el narcotráfico hace parte de nuestra cultura como el contrabando del trago en Estados Unidos”.
No se pueden confundir los conceptos de cultura y turismo -en eso se tiene razón-. Lo que sí se puede es relacionarlos y los gobiernos, instituciones públicas y privadas, comunidades, los relacionan para efectos prácticos y productivos. No son pocas las instituciones públicas que se denominan ‘de cultura y turismo’, como la que propuso el escritor Eduardo Santos al alcalde Ernesto Orozco. En nuestro caso, el primer atractivo turístico es cultural (la cultura, la música, etnias).
En otras latitudes son las convenciones, o los escenarios de sol y playa o de naturaleza. En Polonia visitan las evidencias del ‘holocausto’. En Chicago, Illinois, los lugares frecuentados por Al Capone. En Zipaquirá es religioso, el turista solo va a la Catedral de Sal.
En el Plan de Desarrollo de Petro se propone revitalizar nuestro Centro fundacional (declarado patrimonio cultural) relacionándolo expresamente con la promoción del turismo y la preservación de la memoria histórica.