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Editorial - 2 enero, 2024

Ernesto Orozco inicia su Alcaldía

Valledupar, capital del Cesar, ha iniciado una nueva etapa de gobierno. Es sabido que los problemas principales que aquejan a la ciudadanía son la inseguridad, la falta de movilidad, el desempleo y la pobreza y los servicios públicos, en especial, el de agua y saneamiento básico (alcantarillado y basuras) -porque la energía depende de una política y gestión del resorte de la Nación-.

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Valledupar, capital del Cesar, ha iniciado una nueva etapa de gobierno. Es sabido que los problemas principales que aquejan a la ciudadanía son la inseguridad, la falta de movilidad, el desempleo y la pobreza y los servicios públicos, en especial, el de agua y saneamiento básico (alcantarillado y basuras) -porque la energía depende de una política y gestión del resorte de la Nación-.

Otros aspectos son claves como la educación y la salud; el gobierno de la ciudad y el espacio público. También elementos estos vinculados a la tranquilidad y la seguridad de las personas y sus bienes en la medida en que una ciudad ordenada, donde se pueda caminar, y limpia, sin basuras, aleja la violencia, el microtráfico y la drogadicción.

Capítulo aparte es abordar los aspectos de cultura y turismo, que deberían ser objeto de una secretaría o instituto especializado, pues Valledupar es ‘ciudad creativa universal’, declarada por la Unesco, gracias a su música, (declaración que lamentablemente a la administración saliente nada le importó), lo que representa el pilar del ‘turismo cultural’, hoy de reconocimiento en el orbe; y está dotada de una infraestructura deportiva de estándares internacionales.

Valledupar también requiere la atención cabal del medio ambiente y, para ese objeto, de una secretaría independiente que haga valer su importancia, hoy dimensionada como estratégica para la preservación de la vida humana, de la naturaleza y todas sus especies.

La ciudad requiere, a nuestro juicio, lo hemos repetido, una gran inversión pública y del sector privado, para cambiar las cosas. Buena parte de ellas convocarán, para ser realizables, el concurso de la Nación: en seguridad, en superación del desempleo; en la dotación del plan maestro de acueducto y alcantarillado. La sola Planta de Aguas Residuales, PTAR, proyecto ambiental trascendental para salvar el río Cesar, demanda, según los estudios de ingeniería, una inversión de $450.000 millones; y desde que se insinuó una operación privada de Emdupar se definió que solo en reposición y modernización de redes se necesitan urgentemente $100.000 millones.

También el departamento puede hacer su aporte de regalías y vemos positivo que haya entendimiento entre el alcalde y la nueva gobernadora. Toca trabajar juntos para llegar al Gobierno nacional y el alcalde Ernesto Orozco ayer en su discurso lo planteó al bloque de congresistas.

La intervención de Orozco dejó una buena sensación y sembró esperanzas: rememoró a la época dorada de los primeros 3 alcaldes elegidos popularmente; contra los pronósticos de que no mencionaría el asunto, -por una maquinaria electoral que lo acompañó que es ávida de la contratación- dijo con genuina expresión que no permitiría ningún “asomo de corrupción”; que se rodeará de expertos; que procurará la eficiencia de la gestión de su gobierno y promoverá la cultura y el espíritu cívico.

Hizo un crudo diagnóstico: la informalidad de los que logran algún oficio es del 64 %, el desempleo sigue siendo superior al promedio nacional. Los vallenatos tienen pocos ingresos y el municipio, de limitados recaudos, no es ajeno a la crisis.

Editorial
2 enero, 2024

Ernesto Orozco inicia su Alcaldía

Valledupar, capital del Cesar, ha iniciado una nueva etapa de gobierno. Es sabido que los problemas principales que aquejan a la ciudadanía son la inseguridad, la falta de movilidad, el desempleo y la pobreza y los servicios públicos, en especial, el de agua y saneamiento básico (alcantarillado y basuras) -porque la energía depende de una política y gestión del resorte de la Nación-.


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Valledupar, capital del Cesar, ha iniciado una nueva etapa de gobierno. Es sabido que los problemas principales que aquejan a la ciudadanía son la inseguridad, la falta de movilidad, el desempleo y la pobreza y los servicios públicos, en especial, el de agua y saneamiento básico (alcantarillado y basuras) -porque la energía depende de una política y gestión del resorte de la Nación-.

Otros aspectos son claves como la educación y la salud; el gobierno de la ciudad y el espacio público. También elementos estos vinculados a la tranquilidad y la seguridad de las personas y sus bienes en la medida en que una ciudad ordenada, donde se pueda caminar, y limpia, sin basuras, aleja la violencia, el microtráfico y la drogadicción.

Capítulo aparte es abordar los aspectos de cultura y turismo, que deberían ser objeto de una secretaría o instituto especializado, pues Valledupar es ‘ciudad creativa universal’, declarada por la Unesco, gracias a su música, (declaración que lamentablemente a la administración saliente nada le importó), lo que representa el pilar del ‘turismo cultural’, hoy de reconocimiento en el orbe; y está dotada de una infraestructura deportiva de estándares internacionales.

Valledupar también requiere la atención cabal del medio ambiente y, para ese objeto, de una secretaría independiente que haga valer su importancia, hoy dimensionada como estratégica para la preservación de la vida humana, de la naturaleza y todas sus especies.

La ciudad requiere, a nuestro juicio, lo hemos repetido, una gran inversión pública y del sector privado, para cambiar las cosas. Buena parte de ellas convocarán, para ser realizables, el concurso de la Nación: en seguridad, en superación del desempleo; en la dotación del plan maestro de acueducto y alcantarillado. La sola Planta de Aguas Residuales, PTAR, proyecto ambiental trascendental para salvar el río Cesar, demanda, según los estudios de ingeniería, una inversión de $450.000 millones; y desde que se insinuó una operación privada de Emdupar se definió que solo en reposición y modernización de redes se necesitan urgentemente $100.000 millones.

También el departamento puede hacer su aporte de regalías y vemos positivo que haya entendimiento entre el alcalde y la nueva gobernadora. Toca trabajar juntos para llegar al Gobierno nacional y el alcalde Ernesto Orozco ayer en su discurso lo planteó al bloque de congresistas.

La intervención de Orozco dejó una buena sensación y sembró esperanzas: rememoró a la época dorada de los primeros 3 alcaldes elegidos popularmente; contra los pronósticos de que no mencionaría el asunto, -por una maquinaria electoral que lo acompañó que es ávida de la contratación- dijo con genuina expresión que no permitiría ningún “asomo de corrupción”; que se rodeará de expertos; que procurará la eficiencia de la gestión de su gobierno y promoverá la cultura y el espíritu cívico.

Hizo un crudo diagnóstico: la informalidad de los que logran algún oficio es del 64 %, el desempleo sigue siendo superior al promedio nacional. Los vallenatos tienen pocos ingresos y el municipio, de limitados recaudos, no es ajeno a la crisis.