Siempre se ha comentado que los costeños, en medio de su espontaneidad, no son los mejores en temas relacionados con servicios de atención al cliente, al público. Cosa distinta sucede con la gente del interior del país y de regiones específicas como los paisas y los santandereanos.
Siempre se ha comentado que los costeños, en medio de su espontaneidad, no son los mejores en temas relacionados con servicios de atención al cliente, al público. Cosa distinta sucede con la gente del interior del país y de regiones específicas como los paisas y los santandereanos.
En Valledupar se han visto varios episodios de empresas o negocios de emprendimiento que hacen lanzamiento de sus servicios con bombos y platillos, algunos exhibiendo grandes infraestructuras físicas, locativas y demás ingredientes que generan un buen impacto de primera impresión en el público.
Sin duda alguna, todo eso es importante, no obstante, en algunos casos se olvidan de algo que pareciera insignificante pero que resulta fundamental para la conquista del cliente: la atención al público, la cortesía y el buen trato.
Es necesario que en nuestra ciudad los pequeños y grandes empresarios comiencen a valorar este aspecto de mejor manera. Debe prevalecer la educación y la cortesía y no confundir eso con la forma relajada del ser costeño, en este caso del vallenato. Por muy caribeño que se considere, algunos comportamientos, conductas y lenguajes, resultan inapropiados cuando se trata de atención al público.
EL PILÓN ha sido impulsor de todos aquellos procesos y proyectos que ayuden a dinamizar la economía de la ciudad y la región, no desistirá en esa tarea de manera permanente, pero de igual forma también estará presto a advertir sobre posibles fallas o falencias que se puedan presentar en el desarrollo de los mismos.
En ese sentido, se pudo percibir en el acto de inauguración del restaurante del cantante Silvestre Dangond, evento promocionado y difundido de manera gratuita antes y después por este medio, algunos detalles que debieron preverse y no desagradar a cierto grupo de los asistentes. El protocolo allí no fue el mejor, en especial para la prensa, algunos se sintieron pordebajeados.
También sucedió hace cierto tiempo en el evento de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica en el Cesar, Acodres, allí protocolariamente también se rajaron, dos coincidencias negativas en dos grandes actos cuya finalidad es conquistar al público.
Son observaciones propositivas, no solo para esas dos empresas o negocios, sino para que sirva de reflexión a todos los que participan en el mercado de servicios de atención al cliente.
En atención a los expertos, existen unas reglas básicas del servicio al cliente que ninguna empresa u organización puede desconocer, tales como cumplir todo lo que promete, darle al cliente más de lo que espera, tener en cuenta que un empleado insatisfecho genera clientes insatisfechos, ser consciente que por muy bueno que sea el servicio al cliente, siempre se podrá mejorar y estar en permanente proceso de optimización y no creer que ya se logró el máximo nivel de eficiencia.
Todos esos factores deben constituirse en una prioridad dentro de la estrategia organizacional, “ya que la atención al cliente determinará el tipo de relación que tengas con ellos, su lealtad con tu marca, así como la rentabilidad del negocio”.
Siempre se ha comentado que los costeños, en medio de su espontaneidad, no son los mejores en temas relacionados con servicios de atención al cliente, al público. Cosa distinta sucede con la gente del interior del país y de regiones específicas como los paisas y los santandereanos.
Siempre se ha comentado que los costeños, en medio de su espontaneidad, no son los mejores en temas relacionados con servicios de atención al cliente, al público. Cosa distinta sucede con la gente del interior del país y de regiones específicas como los paisas y los santandereanos.
En Valledupar se han visto varios episodios de empresas o negocios de emprendimiento que hacen lanzamiento de sus servicios con bombos y platillos, algunos exhibiendo grandes infraestructuras físicas, locativas y demás ingredientes que generan un buen impacto de primera impresión en el público.
Sin duda alguna, todo eso es importante, no obstante, en algunos casos se olvidan de algo que pareciera insignificante pero que resulta fundamental para la conquista del cliente: la atención al público, la cortesía y el buen trato.
Es necesario que en nuestra ciudad los pequeños y grandes empresarios comiencen a valorar este aspecto de mejor manera. Debe prevalecer la educación y la cortesía y no confundir eso con la forma relajada del ser costeño, en este caso del vallenato. Por muy caribeño que se considere, algunos comportamientos, conductas y lenguajes, resultan inapropiados cuando se trata de atención al público.
EL PILÓN ha sido impulsor de todos aquellos procesos y proyectos que ayuden a dinamizar la economía de la ciudad y la región, no desistirá en esa tarea de manera permanente, pero de igual forma también estará presto a advertir sobre posibles fallas o falencias que se puedan presentar en el desarrollo de los mismos.
En ese sentido, se pudo percibir en el acto de inauguración del restaurante del cantante Silvestre Dangond, evento promocionado y difundido de manera gratuita antes y después por este medio, algunos detalles que debieron preverse y no desagradar a cierto grupo de los asistentes. El protocolo allí no fue el mejor, en especial para la prensa, algunos se sintieron pordebajeados.
También sucedió hace cierto tiempo en el evento de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica en el Cesar, Acodres, allí protocolariamente también se rajaron, dos coincidencias negativas en dos grandes actos cuya finalidad es conquistar al público.
Son observaciones propositivas, no solo para esas dos empresas o negocios, sino para que sirva de reflexión a todos los que participan en el mercado de servicios de atención al cliente.
En atención a los expertos, existen unas reglas básicas del servicio al cliente que ninguna empresa u organización puede desconocer, tales como cumplir todo lo que promete, darle al cliente más de lo que espera, tener en cuenta que un empleado insatisfecho genera clientes insatisfechos, ser consciente que por muy bueno que sea el servicio al cliente, siempre se podrá mejorar y estar en permanente proceso de optimización y no creer que ya se logró el máximo nivel de eficiencia.
Todos esos factores deben constituirse en una prioridad dentro de la estrategia organizacional, “ya que la atención al cliente determinará el tipo de relación que tengas con ellos, su lealtad con tu marca, así como la rentabilidad del negocio”.