A dos días de haberse abierto las inscripciones para los cargos de elección popular regionales, Ernesto Orozco Duran marca como favorito en todos los sondeos para hacerse con la elección el próximo 29 de octubre, día seleccionado para la elección según el calendario electoral, y muy a pesar de lo que sus adversarios puedan pensar de él hay una verdad aplastante y es que Ernesto tiene todos los astros alineados para ser el próximo alcalde de Valledupar.
A dos días de haberse abierto las inscripciones para los cargos de elección popular regionales, Ernesto Orozco Duran marca como favorito en todos los sondeos para hacerse con la elección el próximo 29 de octubre, día seleccionado para la elección según el calendario electoral, y muy a pesar de lo que sus adversarios puedan pensar de él hay una verdad aplastante y es que Ernesto tiene todos los astros alineados para ser el próximo alcalde de Valledupar.
Ya me imagino la incomodidad de muchos cuando lean esta columna puesto que en épocas de campaña la mayoría de los aspirantes entran en una especie de borrachera electoral que no les permite leer la realidad política y caen en la torpeza no sólo de desconocerla sino de hacer mal los cálculos electorales lo que los lleva a un desperdicio de tiempo y de plata tratando de conquistar los electores como se dice en el argot popular, a pulso, o dicho de otra manera, esperando despertar el voto de opinión que al final termina votando por el que va a ganar.
Ernesto representa hoy una inmensa mayoría de la sociedad que ve en él el ejecutivo ideal para proyectar y transformar Valledupar por los próximos 50 años, y no solo porque sea capaz sino que por primera vez en muchos años los candidatos más opcionados para aparecer en el tarjetón terminarán directa o indirectamente apoyándolo o haciendo parte de la estructura que administrará Valledupar en el siguiente cuatrienio, es decir Ernesto contará con todo el respaldo político y de gobernabilidad con el que haya contado mandatario alguno, esto por supuesto hace parte del lado positivo al ganar las elecciones con semejante respaldo; pero por supuesto los mismos elementos que se convierten en sus mayor fortaleza serán lamentablemente una amenaza en el futuro, y habló del momento en que se barajen los nombres de los aspirantes a llenar los cargos de Congreso de la República (Cámara y Senado) donde los grupos que lo apoyaron reclamarán su espacio y es ahí donde la puja puede dar al traste con el ahora fuerte apoyo de todos los sectores y demandarán de él mucha resiliencia política.
El ambiente político nacional ha generado una fractura en la sociedad que ha polarizado y enrarecido la misma creando dos bandos casi que irreconciliables (derecha vs izquierda) y por supuesto las posturas políticas e ideológicas están generando un reagrupamiento de los sectores más conservadores que le apuestan a la inversión en infraestructura, al fortalecimiento empresarial y a la planeación como punta de lanza, modelo que gana mucho mas adeptos que el otro sector que le apuesta al subsidio y a una lucha permanente por recuperar supuestos derechos arrebatados, modelo que a la postre no genera ni votos ni opción real de poder.
Ernesto debe demostrar que está listo para gobernar y no me refiero solo a su capacidad como gerente o a su experiencia, sino que requerirá de muchísima entereza moral para no dejar que un sector de sus aliados lo conduzca por el mismo camino que tiene hoy tras las rejas al exalcalde Augusto ‘Tuto’ Uhía y los mismos temores que despierta precisamente en algunos sectores porque cuando se gana con exceso de apoyos la tentación sobre el presupuesto y la contratación son muy grandes.
Para los que hayan leído hasta aquí, sospecho que ya me estarán recordando a mi progenitora, y les aclaro que mi apreciación sobre el triunfo de Orozco Duran no descalifica la capacidad de los demás aspirantes que dicho sea de paso los hay muy buenos, pero una cosa son las aptitudes particulares y profesionales y otras muy distintas la capacidad de organizar alianzas políticas a largo plazo independientemente si nos gusta o no porque algo debemos tener claro y es que en las justas electorales no gana el más calificado sino el que logre la mayor cantidad de consensos y hasta ahora Ernesto lo ha logrado.
Insisto, Ernesto tiene servida en bandeja la oportunidad de inmortalizarse haciendo lo que Alex Char y su equipo han hecho con Barranquilla, lograr integrar un gran bloque de empresarios e inversionistas que le apostaron a esa ciudad precisamente porque el entonces alcalde les daba confianza y esa confianza se la ganó Char siendo un visionario y un gran ejecutor; pero si por el contrario se equivoca y sucumbe ante alguno de sus experimentados aliados expertos en sacrificar alcaldes, la desilusión y la esperanza quedará sepultada por muchos años y con ella su carrera política.
En síntesis, si a Ernesto le va bien, a Valledupar le irá mejor, es cuestión de lógica y de sentido común, el que lo haya entendido de otra manera aún no ha aprendido nada de política electoral y lo siento por ellos.
A dos días de haberse abierto las inscripciones para los cargos de elección popular regionales, Ernesto Orozco Duran marca como favorito en todos los sondeos para hacerse con la elección el próximo 29 de octubre, día seleccionado para la elección según el calendario electoral, y muy a pesar de lo que sus adversarios puedan pensar de él hay una verdad aplastante y es que Ernesto tiene todos los astros alineados para ser el próximo alcalde de Valledupar.
A dos días de haberse abierto las inscripciones para los cargos de elección popular regionales, Ernesto Orozco Duran marca como favorito en todos los sondeos para hacerse con la elección el próximo 29 de octubre, día seleccionado para la elección según el calendario electoral, y muy a pesar de lo que sus adversarios puedan pensar de él hay una verdad aplastante y es que Ernesto tiene todos los astros alineados para ser el próximo alcalde de Valledupar.
Ya me imagino la incomodidad de muchos cuando lean esta columna puesto que en épocas de campaña la mayoría de los aspirantes entran en una especie de borrachera electoral que no les permite leer la realidad política y caen en la torpeza no sólo de desconocerla sino de hacer mal los cálculos electorales lo que los lleva a un desperdicio de tiempo y de plata tratando de conquistar los electores como se dice en el argot popular, a pulso, o dicho de otra manera, esperando despertar el voto de opinión que al final termina votando por el que va a ganar.
Ernesto representa hoy una inmensa mayoría de la sociedad que ve en él el ejecutivo ideal para proyectar y transformar Valledupar por los próximos 50 años, y no solo porque sea capaz sino que por primera vez en muchos años los candidatos más opcionados para aparecer en el tarjetón terminarán directa o indirectamente apoyándolo o haciendo parte de la estructura que administrará Valledupar en el siguiente cuatrienio, es decir Ernesto contará con todo el respaldo político y de gobernabilidad con el que haya contado mandatario alguno, esto por supuesto hace parte del lado positivo al ganar las elecciones con semejante respaldo; pero por supuesto los mismos elementos que se convierten en sus mayor fortaleza serán lamentablemente una amenaza en el futuro, y habló del momento en que se barajen los nombres de los aspirantes a llenar los cargos de Congreso de la República (Cámara y Senado) donde los grupos que lo apoyaron reclamarán su espacio y es ahí donde la puja puede dar al traste con el ahora fuerte apoyo de todos los sectores y demandarán de él mucha resiliencia política.
El ambiente político nacional ha generado una fractura en la sociedad que ha polarizado y enrarecido la misma creando dos bandos casi que irreconciliables (derecha vs izquierda) y por supuesto las posturas políticas e ideológicas están generando un reagrupamiento de los sectores más conservadores que le apuestan a la inversión en infraestructura, al fortalecimiento empresarial y a la planeación como punta de lanza, modelo que gana mucho mas adeptos que el otro sector que le apuesta al subsidio y a una lucha permanente por recuperar supuestos derechos arrebatados, modelo que a la postre no genera ni votos ni opción real de poder.
Ernesto debe demostrar que está listo para gobernar y no me refiero solo a su capacidad como gerente o a su experiencia, sino que requerirá de muchísima entereza moral para no dejar que un sector de sus aliados lo conduzca por el mismo camino que tiene hoy tras las rejas al exalcalde Augusto ‘Tuto’ Uhía y los mismos temores que despierta precisamente en algunos sectores porque cuando se gana con exceso de apoyos la tentación sobre el presupuesto y la contratación son muy grandes.
Para los que hayan leído hasta aquí, sospecho que ya me estarán recordando a mi progenitora, y les aclaro que mi apreciación sobre el triunfo de Orozco Duran no descalifica la capacidad de los demás aspirantes que dicho sea de paso los hay muy buenos, pero una cosa son las aptitudes particulares y profesionales y otras muy distintas la capacidad de organizar alianzas políticas a largo plazo independientemente si nos gusta o no porque algo debemos tener claro y es que en las justas electorales no gana el más calificado sino el que logre la mayor cantidad de consensos y hasta ahora Ernesto lo ha logrado.
Insisto, Ernesto tiene servida en bandeja la oportunidad de inmortalizarse haciendo lo que Alex Char y su equipo han hecho con Barranquilla, lograr integrar un gran bloque de empresarios e inversionistas que le apostaron a esa ciudad precisamente porque el entonces alcalde les daba confianza y esa confianza se la ganó Char siendo un visionario y un gran ejecutor; pero si por el contrario se equivoca y sucumbe ante alguno de sus experimentados aliados expertos en sacrificar alcaldes, la desilusión y la esperanza quedará sepultada por muchos años y con ella su carrera política.
En síntesis, si a Ernesto le va bien, a Valledupar le irá mejor, es cuestión de lógica y de sentido común, el que lo haya entendido de otra manera aún no ha aprendido nada de política electoral y lo siento por ellos.